El Kata de Karate

Oskar Gutiérrez San Roman CN-6ºDan

El sistema antiguo de entrenamiento de karate se centraba en la repetición de los katas. Los adeptos entrenaban con pocos katas, uno, dos, o tres. La calidad del adepto se media por el grado de conocimiento. El conocimiento de muchos katas no revestía ninguna importancia. Si alguno decía «yo conozco veinte katas», se hubiera pensado «es porque no conoces bien ninguno”. Los adeptos debían, poner mucha energía en un solo kata y mostrar ahí los resultados de lo aprendido. Un kata se aprendía y se repetía bajo ángulos múltiples y variados. No se trataba de una forma única y auténtica, el kata debía incluir variantes técnicas que permitieran responder a las múltiples situaciones de combate. El kata tenía un papel pragmático, muy completo, de formar y de mejorar las técnicas realmente válidas. Era un soporte técnico real.

En todo caso, cuando me encontraba estancado hace unos veinticinco años, me planteé todas estas cuestiones. Tenía  una sensación de vacío y me dije «¿Qué es lo que no va en los katas?» El kata es la esencia del karate y resulta que en  el combate no utilizo nada de su contenido técnico.  ¿Dónde está esa riqueza de la que tanto hablan? La paradoja es que después de tanto tiempo muchos colegas siguen preguntando la misma cuestión, y surgen muchas reflexiones dando vueltas en círculo del que jamás van a salir. Resolver este problema no es fácil. Basta con que reviséis los katas que conocéis y probéis a aplicar estos pasajes. ¿Sois capaces de explicar el sentido y los objetivos de cada gesto técnico de modo satisfactorio? ¿No hacéis los gestos técnicos simplemente porque los habéis aprendido así? Si no sentís plenamente el significado y el objetivo de una técnica, creo que os va a servir de muy poco como técnica de combate. Cuando digo técnica de combate, lo digo con el sentido que tiene la palabra y las dimensiones del acto en sí, un enfrentamiento de dos o varios humanos.  Para ser eficaz en el combate hay que dominar los problemas de percepción mediante el trabajo técnico y la experiencia,  y me parece necesario cuestionarse acerca de las diferentes actitudes posibles en combate, que solo con el aspecto técnico de los katas actuales no se puede resolver , lo que hace que uno sienta la  necesidad de buscar en profundidad  .

Muchos están frecuentemente inquietos, inseguros y sin confianza frente a una verdadera riqueza que les abre la puerta de la libertad y de las posibilidades más variadas. Sin embargo, otros permanecen tranquilos ante la pobreza y la mediocridad, por que la única razón que tienen son los adornos de la autoridad «OFICIAL» que los respalda y que les evita reflexionar en otras posibilidades .Hay algo de eso en la fuerza de las organizaciones. Estas representan una autoridad que se apoya sobre la valoración de una forma única de cada kata, de los modelos de entrenamientos, de las reglas, de los grados. En el antiguo sistema de karate todos estos atractivos no existían porque simplemente no le convenían al arte marcial. Hoy es lo que conviene a los deportes, pero no a las artes marciales dominadas por este medio ¿No es esta la triste realidad?

Cuando se dice ‘para el karate es importante el kata como esencia misma de él’ ¿uno se basa en el sistema antiguo?, Se haya tenido o no conciencia de ello. Pero debemos recordar que se concebía el kata con respecto a la razón de su contenido. Pero hemos visto que el kata » tradicional» de hoy no es el mismo en la práctica y en la enseñanza. Un kata no puede tener tanto significado en el sistema de karate actual, donde cada estilo o escuela se refiere a un modelo fijado, concebido él como legítimo. Basta que examinéis los katas que practicáis.

Para hacer un verdadero trabajo técnico, cae por su  propio peso que es necesario estudiar todas estas posibilidades, porque es así como la técnica puede llegar a ser realmente operativa, variable dependiendo de las situaciones.

El kata era importante para un adepto porque podía aprender estas variantes técnicas escondidas o disimuladas. Un gesto contenía en sí mismo decenas de variantes. Conocer un kata significaba comprender y dominar esa complejidad, por eso un solo kata era suficiente, no era practicando de una manera fija como el adepto encontraba el interés del kata. A medida del progreso del adepto, el maestro le abría los ojos sobre las técnicas subyacentes. Podría decirse: En el kata se efectúan las formas más condensadas y simplificadas, debes ejecutar cada uno de los pasajes de manera diferente, tienes que encontrar la sutilidad con la cual cambiar el ángulo del cuerpo, esto es lo esencial del combate, pero no tienes necesidad de experimentarlo en la ejecución del kata. El kata es un hueso, sus conocimientos forman tu carne, alimenta bien tu carne., este modo de trabajar un kata no era posible más que en un sistema de transmisión personal que, sin embargo podía concernir a varios alumnos. Eso es imposible en un sistema institucional que además sólo oficializa una única forma de ejecución.

Para profundizar en el trabajo de los katas conviene distinguir las tres categorías de katas que generalmente se confunden: rintô-gata (kata de combate), hyôen-gata (kata de demostración) y rentan-gata (kata energético o de fortalecimiento físico). Como bien se ha hablado en varios artículos.

Los rintô-gata son los katas originales. Constituían en otros tiempos el contenido mismo de la enseñanza en la transmisión esotérica. Las otras dos categorías de katas han sido elaboradas para facilitar el acceso a los katas de origen, es decir para obtener las cualidades necesarias para la ejecución de los rintô-gata. Casi todos los katas que conocemos hoy pertenecen a las dos últimas categorías y los rintô-gata están prácticamente olvidados, y forman parte de los antiguos modos de transmisión esotérica.

El rintô-gata : kata original

En los años de la postguerra, el difunto maestro Yasugi Kuroda de la escuela Kaïshin-Ryû combatió contra cuatro yakuza armados con sables cortos. Se trataba de una agresión y el maestro Kuroda les había vencido teniendo como arma un abanico. Después de esta experiencia dijo: no había ninguna diferencia entre los katas que yo practico todos los días y el combate que sostuve. El enfrentamiento mismo no era agradable ni interesante. Aquí Kuroda habla precisamente de rintô-gata. No aplicó tal técnica contra tal técnica sino que fue algo espontáneo como la enseñanza de sus katas. ¿Conocéis esta dimensión de los katas en el karate? Personalmente yo no.

Con este ejemplo podemos comprender el arte del maestro Y. Kuroda y también la existencia del soporte técnico del arte del sable bajo la forma del kata en su escuela. Estos katas de un gran rigor han sido transmitidos de un modo selectivo… No se encuentra esta dimensión en los katas del karate de hoy, pero no se trata de un desconocimiento, si fuera así, seríamos afortunados porque existiría la posibilidad de aprenderlo algún día. Pero no creo en esta eventualidad, porque el karate se ha desarrollado poniendo al frente los rentan-gata y hyôen-gata mucho más accesibles que los rintô-gata. Estos últimos han sido sumergidos en el fondo de los katas desde comienzo del siglo XX. Recordemos de nuevo el hecho de que el karate era una práctica extremadamente selectiva. Si se ha hecho accesible a todos no ha sido porque se hayan abierto las puertas de acceso, sino porque se han producido modificaciones cualitativas importantes del contenido y modo de transmisión.

Pienso que un karateka que busca el valor más grande dentro del karate, debe ampliar su visión de búsqueda hasta las dimensiones del rintô-gata : kata de un rigor extremo conteniendo en sí el método más complejo del karate. Vuelvo a decir que es a causa de la dificultad que implica este rigor, que han sido elaborados los rentan-gata y los hyôen-gata permitiendo una mayor difusión.

El rintô-gata se caracteriza por ser un método de gran pragmatismo. Si no respeta una eficacia real para el combate, no puede ser un rintô-gata. Si fuera de otra manera, ¿cómo un adepto de antaño sin tener tiempo para perder podía dedicarse profundamente? Porque tenían una riqueza real y les era suficiente un solo kata. El kata es un medio práctico, el valor de un kata se determina por su capacidad de responder al objetivo técnico original. Cualquiera que sea la etiqueta de autenticidad de un kata, sino se puede encontrar los elementos por los cuales os va a formar a vosotros mismos y responder a sus objetivos originales, hay que juzgar que este kata presenta lagunas.

Es una cuestión que yo afronto desde hace años y prosigo mi investigación en este camino.

OSKAR GUTIERREZ

3 Comments

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    Estupendo artículo. Así me encuentro yo ahora mismo, intentando buscar el sentido «marcial» a un Arte ha sido relegado a mero deporte o pasatiempo…

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    Muy bueno bro. Terrible data muchísimas gracias:) saludos

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