¿Es importante la comprensión de la historia del Karate? ¿O es una distracción irrelevante desde la persecución de la eficiencia combativa?
Feb12

¿Es importante la comprensión de la historia del Karate? ¿O es una distracción irrelevante desde la persecución de la eficiencia combativa?

¿Es importante la comprensión de la historia del Karate? ¿O es una distracción irrelevante desde la persecución de la eficiencia combativa? ¿Quizá puede que sea ambas cosas? Desde mi punto de vista la “historia” puede ser una fuerza tanto para el progreso como para el estancamiento y en este artículo me gustaría hablar sobre varias cuestiones relacionadas con la historia del Karate y de cómo pueden afectar nuestro enfoque del arte hoy. Aquellos que estén familiarizados con mis artículos anteriores sabrán que yo distingo entre “pragmatistas” e “historiadores”. Un historiador sería alguien que está interesado en cómo se practicaban las artes marciales en el pasado. La precisión histórica sería su principal preocupación. En cambio, un pragmatista es alguien que quiere hacer las artes marciales tan eficientes como sea posible en el mundo actual. La efectividad combativa sería su principal preocupación. Aunque pienso que la historia de las artes marciales es de gran importancia, me clasificaría a mí mismo no obstante como pragmatista ya que siempre coloco la eficacia combativa por encima de la adherencia a las prácticas de la historia. Mi identificación personal como pragmatista puede que sorprenda a algunos debido al fuerte énfasis que hago en la importancia de los katas tradicionales. Sin embargo, el kata forma parte de mi práctica precisamente porque sirve a mis objetivos como pragmatista. No practico kata por interés histórico o para “permanecer fiel a la tradición”. Practico kata y bunkai por mi interés en su aplicación combativa. Cuando empezamos nuestra práctica marcial nos enseñan el sistema de nuestros profesores. A medida que pasa el tiempo, deberíamos empezar a discriminar y decidir qué aspectos de esa enseñanza deseamos mantener tal cual, qué otros tenemos que reinterpretar, y qué aspecto descartaremos completamente. Éste es el proceso “shuhari” y hablé sobre el mismo en mayor detalle en otros artículos y podcasts. Como parte de mi propio desarrollo marcial, hay prácticas que he descartado. Por ejemplo, en mi dojo no hacemos combate a un paso (N.T.: ippon-kumite), a tres pasos(N.T.: sanbon-kumite) y a cinco pasos (N.T.: gohon-kumite). Me importa poco que estas prácticas me fueran transmitidas. También me importa poco que tales prácticas pudieran ser consideradas “tradicionales” (aunque yo personalmente discutiría esa definición) o de importancia histórica. En mi experiencia tales prácticas no conducen a la eficiencia combativa – de hecho se interponen en su búsqueda al introducir muchas falsedades – y por tanto no las he mantenido como parte de mi práctica. Puedo asegurar que si hubiera encontrado el kata y bunkai (aplicación del kata) de poco valor combativo, también lo habría descartado sin vacilación. También apoyo completamente a aquellas personas que no han encontrado...

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BUNKAI: El olvidado 95% del Karate
Jun06

BUNKAI: El olvidado 95% del Karate

Prácticamente todos los karatekas incluyen la práctica de kata como parte de su entrenamiento. La pregunta formulada por la inmensa mayoría es “¿por qué?“. Ciertamente muchos practicantes de Karate desprecian su práctica ya que creen que es un ejercicio inútil que no aporta nada para mejorar la habilidad de lucha; “Odio el kata. ¡Prefiero el combate!” es el alarde de “macho” realizado por muchos insensatos grados inferiores (y lamentablemente unos pocos grados superiores). Sin una comprensión de la información y técnicas incluidas en el kata, el Karate es un arte muy limitado. ¿Cuántos clubes de Karate incluyen golpes en distancia corta, forcejeo, proyecciones, inmovilizaciones, estrangulaciones y lucha de suelo en su práctica? ¡La respuesta es todos! Pero muy pocos se dan cuenta de ello ya que dejan tales métodos escondidos en los katas. El Karate fue desarrollado para ser un método completo y efectivo de auto-defensa civil. El Karate, tal y como es practicado hoy por la mayoría de la gente, va en el mejor de los casos de medio a largo alcance. Sin embargo, la mayoría de las peleas empiezan cerca y casi siempre incluyen alguna forma de lucha o forcejeo. ¿Vamos a asumir que los maestros pasados estaba equivocados?. Los fundadores de nuestro arte eran hábiles luchadores que entendían cómo ocurrían las peleas reales. Si ignoramos los métodos incluidos en los katas estamos practicando un porcentaje muy pequeño del programa del Karate. La mayor parte del entrenamiento en Karate de hoy gira alrededor de técnicas desarrolladas para su uso en el entorno deportivo. Las técnicas de Karate originales, tal y como están almacenadas en los katas, son las que están destinadas a ser utilizadas en situaciones reales contra agresores violentos y no entrenados. Para poder valorar el kata es necesario entender por qué los fundadores de nuestro arte los desarrollaron en un primer momento. Los katas son el vehículo a través del cual las técnicas y principios combativos de un maestro o estilo en particular son transmitidos de generación en generación. El Karate es una habilidad física y por lo tanto se necesitaba desarrollar un método físico de almacenar estas técnicas y principios combativos. Frecuentemente, no eran los fundadores de unos métodos de lucha en particular los que formulaban los katas, sino sus alumnos. Un buen ejemplo de esto es el kata “Chinto” (o “Gankaku“, como lo llaman los practicantes de Shotokan). Chinto era un marinero y artista marcial chino que naufragó en Okinawa. Encontrándose atrapado, Chinto empezó a robar para poder alimentarse. Cuando el Rey se enteró de la situación envió a Sokon Matsumura (un legendario maestro de Karate empleado por el rey como guardaespaldas) para deshacerse de Chinto. Se...

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