El gato atado
El maestro de zen y sus discípulos comenzaron su meditación de la tarde. El gato que vivía en el monasterio hacía tanto ruido que distrajo los monjes de su práctica, así que el maestro dio ordenes atar al gato durante toda la práctica de la tarde. Cuando el profesor murió años más tarde, el gato continuó siendo atado durante la sesión de meditación. Y cuando, a la larga, el gato murió, otro gato fue traído al monasterio y siendo atado durante las sesiones de práctica. Siglos más tarde, eruditos descendientes del maestro de zen escribieron tratados sobre la significación espiritual de atar un gato para la práctica de la meditación. Maestro: rituales que nacen accidentalmente pueden convertirse en creencias absurdas que se traspasan de generación a generación. ¿Y tú? .. tienes algun gato atado en tu vida? Cuento tradicional Zen...
¿Quién decide?
Dos amigos se reunieron para comer y antes uno de ellos pasó por el quiosco a comprar el periódico. Este saludo amablemente al vendedor. El quiosquero, en cambio respondió con malos modales y muy desconsiderado le lanzó el periódico de mala manera. El comprador en cambio sonrió amablemente y pausadamente deseo al quiosquero que pasará un buen día, dándole las gracias por su servicio. Los dos amigos continuaron el camino y cuando ya estaban alejados del quiosco, el otro amigo le dijo: – Oye ¿Este hombre siempre te trata así? – Si, por desgracia – le dijo el amigo – ¿Y tú siempre te muestras con él tan educado y amable? – Si, así es. – Y ¿me quieres decir, por que tú eres tan amable con él, cuando él es tan antipático contigo? – El amigo le contesto: es bien fácil. No quiero que sea él quien decida como me he de comportar...
Palabras
Los discípulos estaban enzarzados en una discusión sobre la sentencia de Lao Tse: “Los que saben no hablan; Los que hablan no saben”. Cuando el Maestro entró donde aquellos estaban, le preguntaron cuál era el significado exacto de aquellas palabras. El Maestro les dijo: – ¿Quién de vosotros conoce la fragancia de la rosa? Todos la conocían. Entonces les dijo: – Expresadlo con palabras. Y todos guardaron silencio. Cuento de “¿Quién puede hacer que amanezca?” de Anthony de Mello...
El Fuego Rojo
El sabio pidió al discípulo: «Si quieres continuar en mis enseñanzas, tráeme el fuego rojo que arde con pequeñas y lentas llamaradas. “Al discípulo le agradó que le pidiera tal cosa: había, en las montañas que rodeaban el monasterio, oquedades de las que emanaban cualquier tipo de fuegos desde las profundidades de la Tierra: fuegos amarillos, fuegos rosas, fuegos verdes…Hacía muchos años que estaba en aquélla escuela, preparándose, y no iba a fracasar después de todo lo aprendido: de las ciencias del Universo y de la Tierra que ya conocía. Cogió su mochila y comenzó a buscar. Escaló rocas cada vez más altas, exploró grutas cada vez más oscuras y profundas, y encontraba fuegos de todo tipo: rojo con grandes llamas, rojo con ondulantes haces, rojo con llamas multicolor… pero rojo, y con pequeñas y lentas llamas…Pasaron los días y las semanas. En sus ojos sólo veía fuegos, pero no el fuego que buscaba. Al fin, cansado y con la ropa destrozada, volvió al monasterio. Relató que lo había intentado, incluso le había traído brasas de otros tipos de fuegos más hermosos que el que le habían pedido. El sabio se levantó de su asiento y caminó por la estancia, en cuyas paredes, iluminadas por letras y pequeñas llamas de fuegos rojos había esculturas de antiguos guerreros. Se detuvo ante uno de los recipientes con aquél carbón encendido y miró al discípulo diciéndole. – Aprendamos a ver lo que tenemos delante de los ojos. Aprendamos a percibir lo que está oculto desde siempre para nosotros, simplemente, porque no queremos...
El más sabio
Cuentan que una vez, tres ilustrados monjes viajaban por Turquía con deseos de disputar con los hombres más sabios del país. Preguntaron entonces al sultán a quién podían dirigirse y éste les habló de un maestro sufí muy famoso en la zona. Los monjes explicaron que estaban interesados en conocerlo porque cada uno tenía una pregunta existencial y mística que hacerle. Entonces el sultán mandó llamar al maestro al palacio. -Dejemos que hagan sus preguntas– dijo el maestro confiado cuando le explicaron la razón de la visita de los monjes. El primer monje se puso de pie y preguntó: – ¿Dónde está el centro de la tierra? – En este momento, ese punto está exactamente bajo la pata derecha de mi asno –respondió con seguridad-. Si no me crees, mide la tierra y lo comprobarás. El primer monje se fue y el segundo preguntó con mala intención: – ¿Cuántas estrellas hay en en cielo? – Tantas como pelos tiene mi asno. – ¿Cómo puedes probarlo? – Si no me crees, cuéntalos con total libertad – respondió el sufí. – ¿Cómo puedo contar todos los pelos del animal? – protestó el monje. – Tan fácil como puedas contar las estrellas del cielo El segundo monje dio un paso atrás, confundido, y el tercer monje se puso de pie: – ¿Cuántos cabellos crees que tengo en la barba? – preguntó – Tantos como tiene mi asno en la cola – ¿Cómo puedes probarlo? – Es fácil – contestó el maestro con firmeza -, simplemente arranquemos los pelos de tu barba y los de la cola de mi asno uno por uno y así sabremos el resultado. Al tercer monje no le entusiasmó la idea y también se retiró, muy impresionado. Los tres estuvieron de acuerdo en que habían sido derrotados. Maestro: existe una sola posibilidad de encontrar respuestas dignas, y es formulando preguntas inteligentes. A palabras necias, oídos sordos. Fuente: Cuentos Sufis, la filosofía de lo simple Foto portada: Jose Luis...
Excelente reflexión
Un ratón mirando por un agujero de la pared, ve al granjero y su esposa abrir un paquete. Quedo aterrorizado al ver que era una trampa para ratones! Fue corriendo al patio a advertirle a todos. Hay una ratonera en casa! hay una ratonera! La gallina que estaba cacareando y escarbando le dice: «disculpe señor ratón yo entiendo que es un gran problema para Ud., pero no me perjudica en nada», entonces fue hasta el cordero y le dice lo mismo: «disculpe señor ratón pero no creo poder hacer algo mas que pedir por Ud. en mis oraciones», el ratón se dirigió a la vaca y ella le dijo: «Pero acaso estoy en peligro? pienso que no! dijo la vaca», el ratón volvió a la casa, preocupado y abatido para encarar a la ratonera del granjero. Aquella noche se oyó un gran barullo como el de la ratonera atrapando su víctima, la mujer corrió a ver que había atrapado!!! En la oscuridad ella no vio que la ratonera atrapó la cola de una serpiente venenosa. La serpiente veloz mordió a la mujer, el granjero la llevo inmediatamente al hospital, ella volvió con fiebre alta. El granjero para reconfortarla le preparo una nutritiva sopa, agarro el cuchillo y fue a buscar el ingrediente principal: la gallina; como la mujer no mejoro los amigos y vecinos fueron a visitarlos, el granjero mato al cordero para alimentarlos, la mujer no mejoro y murió, el esposo vendió la vaca al matadero para cubrir los gastos del funeral..! La próxima vez que alguien te cuente su problema y creas que no te afecta por que no es tuyo y no le prestes atención, piénsalo dos veces, el que no vive para servir no sirve para vivir. El mundo no anda mal por la maldad de los malos sino por la apatía de los buenos…Así que cuando alguien necesite de ti por sus problemas tiéndele la mano o dale una palabra de...
 
				 
				 
				 
							 
							 
							
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