Sobre la noción de Mikiri y la conservación de la adherencia a la distancia del adversario

Hay veces que explicar Conceptos técnicos del Karate por Internet, sin estar presente y pudiendo demostrar lo que se pretende explicar es complicado.

También, a veces resulta muy alambicado y forzado demostrar mediante una fotografía creada en una pose estática, porque realmente no muestra la verdad de lo que queremos mostrar.

Esta foto tomada de Internet es un ejemplo Maestro que sirve a nuestro propósito para mostrar, a la vez, dos Conceptos diferentes, y sin embargo estrechamente ligados.

Decía hace tiempo, utilizando el símil empleado por David Lowry, que si uno se imagina a un perro en una caseta guardando una propiedad, y atado a una cadena anclada al suelo, nuestra distancia de seguridad objetiva para no ser mordidos por el perro, sería exactamente un poco más que el largo de la cadena que mantendría al perro alejado de nosotros, y a nosotros fuera de su capacidad de mordernos, por poco.

Ese poco es el que marca la diferencia entre ser o no mordidos, entre ser o no golpeados en un Combate de Karate.

Fue lo que permitió a Musashi sobrevivir al duelo de la Ganryu jima cuando Sasaki Kojiro corto en dos el hachimaki de Musashi con su ataque, pero no a él.

La estrategia de Musashi de tallarse un Bokken más largo que la Katana de Kojiro en un remo de la barca, hizo que su golpe le diera de lleno en la cabeza a Sasaki Kojiro y que, sin embargo, el golpe de este apenas le rozara, cortando en dos su hachimaki.

Realizar un acto como ese necesita habilidad combativa, necesita el dominio del espacio-tiempo, del maai y del Hyoshi, de la distancia y del ritmo, y, también la perfecta comprensión de la mente y de la táctica del contrincante, de hacerse uno con él, y vivir en su mente todo el proceso que cristaliza en el ataque.

Llamamos en el Estilo Shito-ryu Kusshin a la forma de defender mediante la cual, y gracias a la acción de nuestras piernas, subimos o bajamos nuestra posición, y la hacemos todo lo corta que necesitemos como para absorber con esa retracción el ataque del adversario.

También, como muestra la foto, podemos retraer nuestra cabeza hacia atrás para dejar fuera de distancia el ataque del adversario.
Ese es un movimiento del cuerpo que implica un perfecto control de la distancia y el ritmo del combate, una Kawashi waza denominada Sori mi.

Lo bueno de esta foto es su propia dinámica del movimiento que demuestra como el atacante, el competidor rojo, ha llegado a la máxima extensión posible de su técnica en la posición en la que se encuentra, y que, de ir más allá, significaría un punto de no retorno en el caso de que el defensor, en este caso el competidor azul, iniciase el contraataque.

También que muestra que, aunque el competidor azul tiene en prevención y control su mano derecha, no hay realmente una defensa activa tipo nagashi uke de ésta, sino que el ataque se ha defendido con la distancia.

Es, como hablábamos antes, el límite de la cadena del perro, el puño del atacante rojo ya no llega, ya no pega, o como el perro : ya no tiene la capacidad de morder.

Eso, esa acción, esa combinación espacio-temporal de distancia y ritmo, es lo que se denomina en el Budo Clásico, y también en el Karate, como Mikiri 見切り, en donde Mi 見 es ver, o vision, y Kiri 切りes la acción de cortar, o corte. Podríamos traducir Mikiri, por lo tanto, como corte con la mirada.

Y, como la cadena del perro, se deja sin efecto el ataque del adversario por una pequeña distancia, justo la necesaria para que no nos llegue, pero también nuestra distancia imprescindible para no elongarnos demasiado del adversario, y poder contraatacarle justo en el momento en el cual él es consciente de que su ataque ha fallado y de que tiene que empezar a protegerse y defender nuestro contraataque.

Mikiri nos permite estar tan próximos al adversario que, en ese punto final de su ataque él sufre un Suki, un gap, y una Kyo, una debilidad. Por ello, en ese instante, y gracias a la correcta utilización de Mikiri, el ha pasado de una situación de Jitsu o plenitud a una de Kyo o debilidad. Nuestra Senjutsu, nuestra táctica, ha de pasar por aprovechar esa situación de Kyo o debilidad del adversario para transformarla en una Tsukuri nuestra, es decir en una posición ventajosa desde la que iniciamos el contraataque, o, y también es una acción válida, nuestro contraataque se puede iniciar, aprovechando la hiperextension de su posición, creando una Dai Kyo, una gran debilidad. Para ello utilizaríamos nuestra pierna adelantada, muy próxima a la suya, realizando un kuzushi, un desequilibrio y colapso de su estructura, con una técnica de barrido en ko uchi gari. Nuestro objetivo principal no es el derribo, sino el kuzushi, el colapso de su estructura defensiva, lo que le fijará en ese punto, y le hará, en primer lugar preocuparse por restablecer su equilibrio, en segundo lugar tomar conciencia de su situación, y en tercer lugar iniciar un acto defensivo o evasivo ante nuestro contraataque.

Lo que ocurre, y es lo importante de entender en este caso, es que el cambio de una posición energética de Jitsu, de plenitud, a una de Kyo o Dai Kyo, o posición de debilidad, nos compra tiempo para materializar el contraataque, y eso es en si misma una enorme ventaja. En un duelo a espada la diferencia entre la vida y la muerte.

Al final, y si lo analizamos bien, se trata en última instancia de una correcta utilización de dos Principios de Grulla Blanca o Baihe Quan denominados como 吞 Tun – Tragar (Absorber) y 吐 T’u – Escupir.

Para alguien con mentalidad empresarial, política, o financiera, de todo este proceso se puede sacar una gran enseñanza, porque lo que ocurre en el Combate es perfectamente extrapolable.

Ramon Fernandez-Cid

Author: Ramon Fernandez-Cid

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