Nadie está donde está

«Nadie está donde está, escribe R. Mate (1991, 293-294), porque un buen día se le ocurrió dar una vuelta por la vida. Todos venimos de una tradición y traemos encima una historia…

Imagen zenonline

Podíamos haber nacido sobre un planeta en el que la herencia no estuviera manchada de sangre y hubiera sido acumulada en buena lid. Pero vivimos en uno en el que hay mucha miseria y sufrimiento y, por lo que sabemos de historia, no son males naturales sino frutos de la injusticia».

Gardiner al respecto de Schopenhauer recuerda  que la importancia que se le otorga a valores como la justicia, a la caridad y la abnegación radican para él en la distinción entre apariencia y realidad, es decir, idea y voluntad. El mundo como idea no es otra cosa que ilusión que  nos ofrece una realidad fragmentada y rota bajo un principio de razón suficiente gobernado por la voluntad. 

En cuanto a la moralidad, el hecho de que no podamos percibir cómo es la realidad en sí, esto es como una voluntad unitaria, produce que los individuos se sientan ajenos los unos a los otros. Cada individuo asume la consciencia que le permiten los límites de su propia existencia individual, de su contexto y sus capacidades, y esto se traslada a que las relaciones entre personas que se auto perciben separadas de las otras tengan su expresión en el egoísmo.

La conducta moral, según decía Schopenhauer : «tiene que ser algo que requiera poca reflexión y aún menos abstracción… y que, independientemente de la formación intelectual, hable a todos, incluido el hombre más rudo, se base meramente en la comprensión intuitiva y se imponga inmediatamente a partir de la realidad de las cosas. Mientras la ética no pueda mostrar un fundamento de esa clase, podrá disputar y desfilar en los auditorios: la vida real se burlara de ella» (Schopenhauer, 1993, 212).

«La moral hay que construirla partiendo de experiencias concretas, avanzando por negación a partir de cada vivencia del mal y del dolor. Sólo el aprendizaje y la negación nos permiten esbozar una moral. Más aún, podríamos afirmar que sólo con la acumulación de experiencias puede la moral ir adquiriendo progresivamente un carácter universal que no lo será nunca de manera definitiva . La moral es una historia que comienza con la experiencia y continúa con la experiencia» (Ortega, 2006, 514-515).

La ética (responsabilidad) no sucede a un sujeto (subjetividad) ya constituido. La subjetividad no es un en sí y para sí, es en su misma esencia para el otro. El otro en su necesidad y urgencia, antes de toda argumentación ética, me constituye en sujeto.

«El Yo (Moi) no toma conciencia de esta necesidad de responder como si se tratara de una obligación o de un deber particular sobre el que tendría que decidir. En el hecho de ponerse, el Yo es por completo responsabilidad o diaconía… Ser Yo (Moi) significa, a partir de aquí no poder sustraerse a la responsabilidad, como si todo el edificio de la creación descansara sobre mis espaldas» (Levinas, 1993, 47).

Los practicantes de Artes Marciales hemos recibido una base ética y filosófica que procede de nuestro propio entorno geográfico y cultural, expresada en todas las citas que he puesto más arriba, pero también hemos recibido unos valores morales eminentemente sociales, además de individuales, procedentes esencialmente del Confucionismo, que ha sido la Doctrina moral y ética imperante en todo Oriente.

Quizá, de todas las frases y máximas expresadas por Kenwa Mabuni, el Fundador del Estilo Shito-ryu sea Kunshi no Ken 君子 の 拳 la que mejor define en toda la Historia del karate, el significado moral y ético que implica el Camino del Karate.

La parte esencial de esta máxima es la palabra Kunshi 君子, que en chino se pronuncia como Junzi, y que tiene detrás Conceptos filosóficos del Confucianismo que Confucio expresó en sus Analectas. ¿Que significa realmente el Concepto filosófico de la figura del Junzi 君子?.

Para Confucio, el Junzi 君子 sostenía las funciones del gobierno y la estratificación social a través de sus valores éticos. A pesar de su significado literal, cualquier hombre justo dispuesto a mejorar puede convertirse en un Junzi 君子.

Y en esa relación : Junzi 君子-Ética-Moral es en la que se baso Kenwa Mabuni para indicar que el entrenamiento y aprendizaje del Camino del Karate deberían tener como meta convertirse en un Junzi 君子, un hombre con grandes valores éticos y morales que diera ejemplo a toda la Sociedad que vive a su lado y le conoce bien. La Ejemplaridad en el comportamiento, y en la aplicación de esos valores éticos y morales es, en realidad, el fin último al que ha de aspirar un practicante de Karate. El Camino es largo, y lleno de obstáculos que Ortega definía como “el Ser y su circunstancia ”, pero es el esfuerzo en perseverar en el Camino, corrigiendo los muchos errores que todos cometeremos a lo largo de él,y esa voluntad de perseverar en que el recorrido sea realizado con la ética y la moral justas, las de un Junzi 君子, lo que al final dará testimonio de nuestra valía como seres humanos.

Ese esfuerzo por convertirse en un Kunshi o Junzi, en un hombre ejemplar, es algo que tiene que ser innato e interior a nosotros, la palanca que hace que nos movamos en cada faceta de la vida, así es que, como decía Schopenhauer depende de nuestra propia voluntad como individuos, en nuestro deseo de hacerlo, de convertirnos en alguien ejemplar, y como dice Gardiner:  la importancia que se le otorga a valores como la justicia, a la caridad y la abnegación radican para él en la distinción entre apariencia y realidad, es decir, idea y voluntad.

Todo en la práctica del Karate, y me refiero no solo a la práctica marcial física, sino también a la mental, está encaminado a que nuestra voluntad, convertida en Decisión o Kime, nueva simultáneamente a nuestro cuerpo y a nuestra mente de la forma más eficiente posible. Con respecto a la Ética y a la Moral, el vivir según ellas, y perseverar en un comportamiento personal regido por ellas, depende de nuestra propia voluntad individual, aunque, como citaba más arriba : «Nadie está donde está, escribe R. Mate (1991, 293-294), porque un buen día se le ocurrió dar una vuelta por la vida. Todos venimos de una tradición y traemos encima una historia… 

Nuestra voluntad individual por convertirnos en un Junzi 君子, se convierte automáticamente en una acción que trasciende nuestra propia voluntad personal para, por mor del Ejemplo de vida y comportamiento, que se apoya en lo que cita R. Mate, como que venimos, somos herederos, de una Tradición y una historia a la que debemos fidelidad.

El paradigma, la prueba del nueve de que lo que digo es cierto, lo constituye el reconocimiento que la Comunidad Marcial otorga a alguien que encarna esos valores después de toda una vida dedicada a convertirse en un Junzi 君子, en un Caballero Ejemplar, y es el Título formal de HANSHI (範士).

Y conviene explicar su significado para los no iniciados : Hanshi es un Título que otorga el Sistema japonés del Shogo (称号) Budo, y que es otorgado por la Dai Nippon Butoku Kai (大日本武徳会) o “Gran Sociedad Japonesa de Las Virtudes Marciales” que es a su vez  la entidad reguladora central y promotora principal de las artes marciales japonesas ya que, entre otras cosas, fue fundada y es auspiciada por la propia Corte Imperial Japonesa y compuesta únicamente por los mejores y más reputados exponentes de la cultura marcial de Japón .

Así es que, si contemplamos el significado de la propia palabra “Han範” en Hanshi significa “ejemplo, modelo” e indica “un maestro que puede servir como un ideal para los demás”.

Quiere esto decir que un Título de HANSHI (範士) es el mayor reconocimiento social al que puede aspirar una persona que ha dedicado su vida al Camino del Budo, ya que es algo que te han de reconocer o apreciar los demás, y eso será en base a una vida en la que los hechos que aprecian y ven los demás a través del comportamiento social de un budoka, exceden cualquier palabra o justificación que pueda ser pronunciada.

Y, basado en todo esto, me permito hacer notar a mis colegas y amigos, que, al final, lo que se reconoce es el hecho de que la persona que recibe tal Título es un Ejemplo a imitar, alguien que predica más con el Ejemplo que con la palabra. Si lo pensamos bien, todos deberíamos aspirar a ese Título, no para vanagloriarnos de él, por el reconocimiento Social que significa, sino por intentar merecerlo, que los demás crean que lo merecemos, y lo que eso también significa en última instancia. Eso justifica una vida recorrida por un largo Camino lleno de obstáculos, pérdidas de la senda precisa incluidas, y perseverar en la búsqueda del Camino correcto en base a nuestra Conciencia de  un Concepto Moral y Ético que hemos recibido en herencia, y que, sin él, nada tiene sentido por muy buena que sea la forma externa que seamos capaces de expresar.

Me viene a la memoria lo que me dijo Taiji Kase Sensei aquella noche en el Aparcamiento del Restaurante en el que habíamos cenado en Gijón , pasando su brazo sobre mi hombro : Ramón, la técnica no es tan importante, lo importante es lo que haya en tu corazón.

Si tuviera que resumir lo que es un Maestro de Karate, diria que el ideal lo encarna alguien que se construye a sí mismo, a base de una voluntad férrea, para darse a los demás.

Ramon Fernandez-Cid

Author: Ramon Fernandez-Cid

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