Posted By Fernando Martín Millana on Nov 4, 2018 | 0 comments
Kojo fue un estudioso de artes marciales chinas que ante la popularidad de Kanryo Higaonna empezó a decir que él mismo habia aprendido formas más superiores y verdaderas en China que Higaonna. Sin otra salida, ambos decidieron medir sus conocimientos realizando Sanchin ante un juez, un doctor de Kagoshima que les juzgó sus conocimientos sobre tensión de músculos, posturas y respiración. El juez quedó impresionado por la concentración abdominal de Higaonna y su elevación de testículos, dándole sin duda como vencedor del reto. El hecho llegó a ser conocido en toda Okinawa.
Antiguamente existía una costumbre en el mundo de las geishas que hoy en día nos puede llegar a resultar algo brutal o hasta incluso traumático. Consistía en vender la virginidad de las aprendices (Maiko) al cliente que ofrecía la mayor suma de dinero por ellas. A esta práctica que se prohibió en el año 1959 se la llama “Mizuage” (水揚げ), y se la consideraba como una ceremonia en la que la joven maiko dejaba de ser una niña para convertirse en una adulta. La Okaasan (Madre) de la okiya cerraba el acuerdo económico con el mejor postor y luego establecían el inicio de la ceremonia.
Esta ceremonia llegaba a durar hasta siete días, durante los cuales se hacía una preparación para conocerse, hasta que en el último día se realizaba la pérdida de la virginidad. Una vez que la maiko perdía su virginidad, cambiaba su aspecto y vestimenta con la cual se distinguía que ya no era una niña.
El dinero recaudado normalmente era usado a favor de la maiko que vendió su mizuage, con el cual se costeaban sus gastos en cuanto a aprendizaje e indumentaria. Por otra parte, en algunos casos, la okiya se quedaba con todo el dinero para pagar la deuda de la aprendiz.
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