Utilización de diez zonas sensibles y vulnerables del cuerpo humano en acciones de autodefensa. (1ª parte)

Tesina para el examen de 5º Dan de José Luis Herrero

1. INTRODUCCIÓN

Las acciones defensivas y ofensivas en todas las artes marciales, y el karate no es una excepción, se dirigen a zonas sensibles del cuerpo para neutralizar al adversario lo antes posible, y se orientan a colocar al atacante en una posición que quede vulnerable a otras técnicas de continuación.

Estas zonas sensibles, que en japones se denominan kyusho, engloban multitud de puntos (muchos de ellos descritos en el Bubishi) que se corresponden, en muchos de los casos con los puntos de presión nerviosa, descritos en los meridianos de acupuntura.

No versa sobre ellos este trabajo, ya que, sin negar su efectividad, sí que puede ser puesta en cuestión en una situación de autodefensa, que por su misma característica se convierte en incontrolada y no deseada por quien recibe la agresión, con su carga de nerviosismo, ansiedad e incertidumbre.

En este trabajo se analizan diez zonas del cuerpo humano que, debido a su sensibilidad, vulnerabilidad y asequibilidad, pueden ser atacadas en una situación de autodefensa con garantías de éxito. Estas diez zonas se han elegido tratando de abarcar todas las partes corporales. Por supuesto no son las únicas, el elegir diez es más una cuestión de restricción en la extensión del trabajo a presentar, que en realizar un estudio exhaustivo de todas las existentes.

De cada una de las zonas descritas trataré de explicar los fundamentos anatómicos y los efectos resultantes de su lesión desde una base médico/científica.

La circunstancia en la que encuadro el ataque a estas zonas es una situación de autodefensa, no una competición deportiva en la que existen reglas, que si se rompen hay árbitros que detendrían el combate. Se trata de una situación incontrolada, en la que el agredido se ve sometido contra su voluntad a una agresión que pone en peligro su integridad física e incluso su vida. Si bien el karateka, aun en esta coyuntura, debe evaluar las posibles consecuencias de sus acciones, tanto para sí mismo si falla en su propia defensa, como para el agresor si se va más allá de lo debido.

El ataque sobre los puntos propuestos se plantea, no como el golpe definitivo que termine con la agresión, que en esta situación puede ser difícil de realizar, sino como el inicio de otras técnicas de continuación que permitan neutralizar definitivamente la acción del agresor.

De cada una de las zonas propuestas se describirá:

  • Localización en el cuerpo humano, función anatómica y fisiológica.
  • Daños que se ocasionan al lesionar estas zonas.
  • Tipos de ataques sobre las áreas referidas.
  • Desde que tipo de situación comprometida por parte del agredido se puede acceder a estas zonas.
  • Secuencia de técnicas de continuación que podrían seguirse tras lesionar estas zonas.

Las zonas sensibles objeto del estudio son:

  • Los ojos.
  • La nariz.
  • La comisura de los labios.
  • La mandíbula.
  • La prominencia laríngea.
  • Los pezones.
  • Los testículos.
  • El bíceps braquial.
  • La cara lateral externa del muslo.
  • La cara lateral interna del muslo.

2. ANALISIS DE LAS ZONAS SENSIBLES Y VULNERABLES

2.1. LOS OJOS

Descripción:

Los ojos son los órganos de la visión del cuerpo humano. El ojo es un globo hueco, casi esférico lleno de líquido. La capa externa (la esclerótica y la córnea) es fibrosa y protectora. La capa media (compuesta por la coroides, el cuerpo ciliar y el iris) es vascular. La capa más interna (la retina) es sensorial. Los líquidos del ojo están separados por el cristalino, en humor vitreo (detrás del cristalino) y humor acuoso (delante del cristalino). El cristalino es flexible y está suspendido por los ligamentos, y es el que permite el enfoque de los objetos. Los ojos externamente están protegidos por los párpados.

Daños que se ocasionan al lesionar la zona:

Las contusiones serias del globo ocular producen lesiones graves en la estructura interna del ojo: hemorragias oculares internas causadas por lesiones vasculares, aumento de la presión ocular (pudiendo provocar problemas de glaucoma), desgarros del iris, visión borrosa, luxación del cristalino, desgarros o inflamación de la retina y daños al nervio óptico.

Las consecuencias de un ataque contundente sobre el nervio óptico pueden tener un efecto de continuación sobre el sistema nervioso, que provoque una reducción de la frecuencia cardiaca, inconsciencia y/o paro cardiaco. Este episodio se conoce como reflejo óculo-cardiaco o fenómeno de Aschner.

En el golpeo también es posible que puedan ocurrir fracturas en las estructuras óseas orbitales que rodean el globo ocular, con daños en nervios y vasos sanguíneos.

Vaciar la órbita del globo ocular con los dedos es, no obstante, casi imposible.

Tipos de ataque:

El ataque a esta zona se puede producir mediante presión o mediante golpeo, con dedos, uñas, puños e incluso codos. Los efectos buscados se llevan a cabo con el mínimo empleo de la fuerza, por lo que constituye un blanco de primer orden. La constitución de la persona agresora carece de importancia.

El efecto reflejo, normalmente, hace que el agresor suelte a su presa o afloje la presión sobre la misma, momento que se utilizará para responder a la agresión, mediante golpeo, luxaciones, proyecciones y controles, en el caso de que fuera posible controlarlo, si no fuera posible este control habría que continuar hasta neutralizar al agresor, o ver posibilidades factibles de huida.

Situación comprometida del agredido:

Se puede usar desde cualquier situación, siempre y cuando se pueda llegar con los brazos a los ojos, pero es efectivo especialmente si se utilizan los dedos cuando el agresor tiene agarrado al agredido, tanto en posición vertical como en el suelo.

Secuencia de técnicas de continuación:

  • Acción ofensiva: Agarre de la solapa con las dos manos.
  • Acción defensiva: Meter los dedos de la mano derecha en uno de los ojos.
  • Técnicas de continuación: Waqui gatame al brazo izquierdo, barrido a la pierna izquierda y control del agresor en el suelo.

2.2. LA NARIZ

Descripción:

Este punto realmente aglutina a dos, que se pueden atacar juntamente o por separado en función de la situación del agredido: el hueso nasal (realmente son dos huesos unidos en su parte central y que se denominan huesos propios de la nariz) y la base de la nariz.

El hueso nasal: se encuentra en la parte anterior del cráneo. Es un hueso especialmente delgado que sobresale del rostro, sin ninguna protección. Se continua con los cartílagos triangulares y los cartílagos alares.

La base de la nariz: el término anatómico del canal vertical situado entre el labio superior y la nariz es el de philtrum. En su extremo superior se extiende para unirse con el puente de la nariz (la columela) y formar el ángulo nasolabial.

Daños que se ocasionan al lesionar la zona:

Incluso los golpes ligeros pueden provocar la fractura del hueso y los cartílagos nasales. Los resultados son: dolor extremo (por los nervios etmoideos posterior y anterior) y abundante lagrimeo (reduciendo la visión), además la parte cartilaginosa del tabique nasal puede salirse de su emplazamiento óseo (subluxación).

En la base de la nariz se produce dolor intenso proveniente de los receptores locales.

Tipos de ataque:

El hueso nasal, junto con los cartílagos situados bajo el mismo, se pueden golpear con puño directo (seiken), puño de martillo (kentsui), base la palma (teisho), cantos de la mano (shuto, haito), codos (empi), rodilla (hizagashira), cabeza, etc.

En cuanto al punto subnasal o base de la nariz, el ataque se produce al golpear con el canto de la mano (shuto, haito), o al presionar, pudiendo utilizar también el pulgar.

Situación comprometida del agredido:

El hueso y los cartílagos se pueden atacar tras una defensa como respuesta a un ataque frontal, anticipándose ante una agresión inminente y tras un agarre o una inmovilización.

El punto subnasal es más factible de atacar en situaciones de agarres, tanto en el suelo como de pie.

Como en el caso anterior, cuando el agresor suelte a su presa o afloje la presión sobre el mismo, se responderá a la agresión, mediante golpeo, luxaciones, proyecciones y controles, en el caso de que fuera posible controlarlo, si no habría que continuar hasta neutralizar al agresor o ver posibilidades factibles de huida.

Secuencia de técnicas de continuación:

  • Acción ofensiva: Presa sobre el cuello con el brazo.
  • Acción defensiva: Presión y tracción hacia detrás de la base de la nariz.
  • Técnicas de continuación: Derribo, poniendo la pierna como obstáculo y control en el suelo.

2.3. LAS COMISURAS DE LOS LABIOS

Descripción:

Los labios tienen una funcionalidad como puerta de entrada a los aparatos respiratorio y gastrointestinal. Su característica principal es que carecen de anclaje óseo o cartilaginoso, y están conformados por una estructura móvil y elástica, compuesta principalmente de piel, mucosas y semimucosas.

La comisura o ángulo bucal es la unión del labio inferior y el superior. Es el punto de anclaje de varios músculos que producen elevación, depresión y retracción de ángulo bucal. La comisura también limita la apertura bucal.

Daños que se ocasionan al lesionar la zona:

Los efectos son: dolor y desgarro de los labios.

Tipos de ataque:

El ataque se produce al engancharlos con los dedos en uno o ambos ángulos de la boca y tirando hacia afuera de la cara.

Al igual que en el caso de los ojos, el efecto reflejo hace que el agresor suelte su presa, momento que se aprovechará para responder a la agresión de la manera ya descrita en puntos anteriores.

Situación comprometida del agredido:

Libera fácilmente las inmovilizaciones siempre que se tenga acceso a la zona. Existe el peligro de ponerse en riesgo uno mismo si se permite el contacto de los dedos con los dientes. La constitución de atacante carece de importancia.

Secuencia de técnicas de continuación:

  • Acción ofensiva: Derribo al suelo y ataques seguidos de puño.
  • Acción defensiva: Defensa frente al golpeo y agarre a la comisura de los labios traccionando hacia el exterior de la cara.
  • Técnicas de continuación: Montarse sobre el agresor y golpeo en la cara.

Continuara …

Jose Luis Herrero

Author: Jose Luis Herrero

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