Desde la Ignorancia a la Sabiduría

Gustavo A. Reque CN-6ºDan Para alcanzar el estado mental de sabiduría, que no es otro que -un estado mental en el que se vive muy bien- sólo hacen falta dos ingredientes: la voluntad y el aprendizaje. El primero tiene que ver con el deseo y el segundo con la pereza. El aprendizaje nace en un deseo que nos conduce al conocimiento y de ahí a la sabiduría, pero no confundamos el conocimiento con la sabiduría. El conocimiento te ayudará a ganarte la vida, mientras que la sabiduría, a construirla. No obstante, ambos tienen un denominador común: el proceso de aprendizaje., Cuando comienzas a preocuparte por algo, maravillosa preocupación, comienzas a darte cuenta de la ignorancia en la que vives. Este «darse cuenta», implica un grado de reconocimiento y de humildad que te llevará hacia el desarrollo de tu conciencia. Después entrarás en la fase de la recolecta de información sobre el tema que te preocupa y más tarde conocerás sobre el tema y te harás un experto en ello. El ego estará siempre al acecho y fácilmente caerás en la soberbia del erudito -una pesadez insufrible para el que te escuche de la que solo podrás librarte con la humildad del que muestra, pero no inculca o presume. Por fin, llegarás a la fase de sabiduría que es premio más valioso al que puedas llegar con tu mente humana. Al iniciarte, en la fase de la ignorancia, no sabes cuánto sabes (nacemos sabiendo todo, pero creemos que lo hemos olvidado), irás reconociendo todo lo que te enseñen y lo percibirás con una sensación de «ya lo sabía, pero no sabía como reconocerlo». El ego tiene una capacidad inmensa para convencer a ti mismo de que «lo sabes todo, sin saber de nada». Opina sin saber y juzga sin conocer. Así, se infiltra en lo más puro de tu vida que es aprender. Cuando comienzas a informarte, lo cual implica un gran esfuerzo, descubres cuánto no sabes, es el «solo sé que no sé nada» del filosofo griego. Una vez que conoces del tema descubres cuánto sabes y si el ego sigue dominándote, entonces entrarás en la vertiginosa espiral de las comparaciones con otros que «saben menos o quizá, más que tú». Todos conocemos lo insufrible que es estar un rato hablando con un pedante; un erudito con ego que habla desde el púlpito de la soberbia. Por fin, si llegas a la sabiduría con consciencia y por lo tanto sin ego, descubrirás que, ya no sabes cuánto sabes. Desde ese estado, la vida se transforma en una sucesión de acontecimientos vividos con total plenitud. Es el conocido vivir «aquí...

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Niveles de Goshin
Mar26

Niveles de Goshin

José Luis Prieto Méndez CN-7ºDan Defensa Personal, Autodefensa y Seguridad Personal Con frecuencia los diálogos y conversaciones en el ámbito marcial acaban por derivar en discusiones acerca de la capacidad de nuestros respectivos sistemas, para afrontar situaciones de agresión. Como no puede ser de otra manera, siempre intentamos llevar el ascua a nuestra sardina. En el mejor de los casos, creo que tenemos algo más claro lo que es nuestro arte marcial, que lo que es la defensa personal; pues cada cual le da la interpretación que mas se ajusta a lo que hace, y así puede dotar de mayor “empaque marcial” a su sistema. Cada una de las interpretaciones es perfectamente valida, en la medida que se ajusta a nuestras necesidades y capacidades, y cumple los objetivos que pretendemos. Lo que creo interesante es abordar las diferencias para que tengamos una visión global que nos permita ubicarnos y saber con certeza donde estamos situados, y a donde queremos llegar en esta faceta de la protección personal. Pienso que las distintas interpretaciones pueden ser jerarquizadas en tres grupos o niveles, según el grado de complejidad; y que van, desde una visión muy elemental que responde a una necesidad de autoprotección física básica, a otra mas elaborada en las que se abordan no solo agresiones físicas, sino también situaciones violentas, y llegando por último a la más sutil, en donde se buscan soluciones tanto a los conflictos con los demás (inter-personales) como las relacionadas con uno mismo (intra-personales). Aunque puedan parecer cuestiones semánticas, creo importante distinguir entre estos conceptos, para conocer nuestro posicionamiento respecto de los demás. Me ha parecido oportuno denominar a cada uno de estos tres niveles de forma distinta para hacer mas evidentes las diferencias entre unas y otras formas de entender los conceptos. Defensa Personal Tenemos por un lado la idea de defensa personal que nos viene desde la visión de las artes marciales “duras” en las que se considera como defensa personal todo elemento técnico capaz de derribar o dejar fuera de combate a un supuesto agresor y que generalmente se realiza mediante técnicas de golpeo de lo más contundente. Estos sistemas buscan la eficacia a cualquier precio (tal es así, que comúnmente lo consiguen) Es un tipo de reacción que nace de la idea de entender al agresor como al enemigo; alguien cuya voluntad es la de causarnos un daño físico o moral importante, y por tanto tenemos la necesidad imperiosa de reaccionar de igual manera ante tal agresión. La eficacia es su premisa y los fines suelen justificar los medios para conseguirlos. Considero que es la propuesta del todo o nada, del tu o...

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Reflexiones sobre el método de artes marciales VII
Mar15

Reflexiones sobre el método de artes marciales VII

Kenji Tokitsu CN-9ºDan   . El peso material vs el peso mental Antes hemos mencionado el concepto jia-jié, que es uno de los métodos para llegar a formar la fuerza del cuerpo totalmente integrado. En lugar de utilizar pesas o algún peso material, en el yi chuan se utiliza el peso de la intención, o la intención del peso. El método del jia-jié corresponde a este trabajo. Yo lo formularía así: «recurrir a las situaciones visuales o a las imágenes mentales que hagan activar los músculos necesarios para el trabajo en cuestión». Hàn Xingqiao explica en la obra presentada en crónicas anteriores: «En la práctica del jia-jié, existen dos modos: El primero es el jia-jié concreto. Por ejemplo, tienes delante un gran árbol y te imaginas que puedes moverlo. Trabajas imaginando que lo agarras y, con la ayuda de tus brazos, lo atraes hacia ti, lo empujas etc., para entrenarte de esta manera. El segundo modo es el jia-jié sin forma. No tienes a nada alrededor, pero te imaginas que estas delante de un gran árbol con el que vas a entrenar de la misma manera.Es el ejercicio más esencial del yi chuan…» Se emplea un método similar en el taichi chuan. En tus clases de taichi chuan, seguro que te han dicho que hagas los gestos «como si estuvieras metido en el agua encontrando resistencia por todas partes, sea cual sea la dirección de tus movimientos.» Cuando practicas el taichi chuan, la resistencia del agua es imaginaria y lo que produce esta sensación es tu mente o intención (yi). Si te metes bien en esta situación mentalmente, sientes efectivamente una resistencia en todos tus gestos. Tus  movimientos ya no resultarán vacíos, como cuando remueves el aire, porque te parecerá sentir una resistencia real, como si te movieras dentro del agua. La resistencia imaginaria del agua es el producto de tu pensamiento intencional (yi). Aunque se produzca mentalmente, crea tensiones efectivas en los músculos que se activan contrayéndose según las situaciones imaginadas. Cuanto más grande la resistencia o el peso imaginario, mayor será la activación de los músculos en respuesta a esa situación imaginada. Así, los músculos se reforzarán por una especie de autocarga o auto-resistencia. Estas cargas o resistencias no tienen ninguna consistencia material, ya que son el producto de tu pensamiento intencional cuyas posibilidades son incontables. Hàn Xingqiao dice: «debes crear miles de situaciones imaginarias con el fin de fortalecerte por todas partes.» Así, el que sabe utilizar el yi puede aprovechar cualquier carga imaginaria para fortalecer su cuerpo. Para los que se entregan a esta búsqueda, es un regalo mucho más valioso que el oro, porque...

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Karate y Autodefensa
Mar06

Karate y Autodefensa

José Luis Prieto Méndez CN-7º Dan “No todo el Karate es autodefensa y no toda la autodefensa es Karate” Que el Karate sirve para defenderse es una obviedad. La pregunta que surge es ¿defenderse de qué, de quién y cómo lo hacemos? Si tras unos años de entrenamiento, hubiéramos conseguido adquirir la habilidad de poder derribar a un adversario de un solo golpe (kime-waza), o mas aún; la capacidad de martarlo (ikken hissatsu) ¿habríamos cumplido nuestro objetivo? ¿Es ese el objetivo marcial último? De ser así, deberíamos conceder altos grados a delincuentes habituales, a sicarios sin escrúpulos o a asesinos en serie, pues habrían demostrado su capacidad de hacer daño sin ningún género de duda. Si ya eres cinturón negro de karate, o posees varios danes, enhorabuena, lo has conseguido. ¿Y ahora qué? Si aspiras a algo más, enhorabuena también; pues ello te permitirá seguir aprendiendo y mejorando. Creo que es importante establecer cuales son los objetivos marciales (propios o de nuestro sistema) para saber dónde nos encontramos, a dónde queremos ir y qué tenemos que hacer para conseguirlo. Con frecuencia nos conformamos con divulgar las virtudes de nuestro estilo (que siempre ha de ser mejor que todos los demás) en la creencia de que si nosotros practicamos ese estilo, que es el mejor, estaremos en disposición de ser los mejores (si es que ya no lo somos) Aunque eso fuera cierto, una cosa son las posibilidades y otra bien distinta las habilidades. Una cosa es que tengamos el teléfono móvil de última generación, con todos los adelantos técnicos habidos y por haber (el karate); y otra cosa bien distinta es que sepamos sacarle partido a toda esa tecnología (nuestra capacidad). Es fácil comprobar que la mayoría solo realizan llamadas y envían mensajes de texto, independientemente de las posibilidades del aparato. El Karate es sin duda un arte marcial extraordinariamente versátil. Los Kata están llenos (sobre todo los de Naha-Te) no solo de atemi, sino también de derribos, luxaciones y un sinfín de técnicas mas allá de las utilizadas en Ju-Kumite o Shiai-Kumite. No debemos preguntarnos cuántas cosas es capaz de hacer el Karate, sino, cuántas cosas somos capaces de hacer nosotros. ¿De veras sabemos golpear? O sabemos hacer Gyaku-Zuki y Mawashi-Geri. ¿Que pasa con los Ate-Waza (codazos, rodillazos, cabezazos)? Sabemos que existen, pero ¿los dominamos? ¿Y las luxaciones y derribos y estrangulaciones? ¿Forman parte del karate o los consideramos como un añadido externo al karate que debemos rechazar? Quizás solo debamos contemplar como “propias” las escasas y esteriotipadas aplicaciones que con poca frecuencia y escaso acierto realizamos en algunos Bunkai. Si entendemos que ya sabemos derribar a un...

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El kata en el karate
Mar05

El kata en el karate

A pesar de que se tienen grandes conocimientos sobre la existencia de los katas en las diversas disciplinas marciales hoy en día siguen siendo insuficientes a la hora de comprender sus estructuras tan extensas creándonos carencias y una gran dificultad a la hora de encontrar una coherencia entre ellas. El kata literalmente lo podemos traducir por “Forma”. Significado que aunque abarca muy poca comprensión aparentemente es con lo que tendremos que quedarnos. Entretanto no encontremos un referente en el pensamiento y la cultura occidental. En las artes Marciales y particularmente en el karate aunque sus katas están estrictamente estructurados con movimientos muy precisos a pesar de ello hay un elemento fundamental que completa la transmisión del arte, esta transmisión no es ni más ni menos que la “Oral”. Tomando la definición anterior del Kata “Forma”, bajo mi punto de vista e intentando encontrar un significado más amplio podemos verlo como la “Manera” de llegar a un estado espiritual evidentemente desde la concepción Orientalista a través del camino hacia nuestra realización. Ese camino es el Do, utilizando para ese fin estos gestos formalizados y codificados llamados Katas. La cultura japonesa contempla esta manera de ritualizar el Kata como la forma de realizar la vía que no es otro camino que el de la técnica cuyo origen se encuentra en el hombre. La realización de cualquier Kata independientemente de cualquier arte es breve, aparentemente simple y precisa. En el karate tradicional los katas comportan entre dieciocho y setenta movimientos siendo la ejecución de cada uno de ellos un combate imaginario y real entre varios adversarios. Cada kata es una respuesta diferente ofensiva o defensiva a través de las técnicas ante supuestos ataques de diversos adversarios. Todas las técnicas de karate se encuentran formalizadas en las katas teniendo una presencia fundamental en las formas de combate. Para alcanzar la comprensión de la importancia de la técnica no es solo necesario a la hora de realizar el kata concentrarnos en los encadenamientos que conforman cada una de ellas sino que hay que ir buscando otros objetivos sin descuidad la técnica (la perfección técnica es una utopía). Comprender un Kata es un proceso que lleva varios años, quizás toda una vida. Este trabajo cognoscitivo pasa por un proceso donde obtenemos de cada uno de los departamentos estancos el mayor conocimiento del kata. En primer lugar hay que hacer hincapié en el primer proceso de trabajo con el kata que es la automatización de toda sucesión de sus técnicas que más tarde avalaran la realización perfecta del kata a través del movimiento dinámico y potente factores de suma eficacia del Kata. En la forja de...

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Reflexiones sobre el método de artes marciales VI
Feb01

Reflexiones sobre el método de artes marciales VI

Kenji Tokitsu CN-9ºDan De la fuerza turbia a la fuerza integral Al hacer un trabajo manual minucioso, activas los músculos de las manos y de los brazos con precisión. Cuanto más te concentres en los gestos, menos piensas en las otras partes del cuerpo, hasta el punto de no prestarles atención alguna. Lo mismo puede ocurrir cuando realizas trabajos físicamente duros. Tras una jornada de trabajo físico, incluso de esfuerzo no repartido por todas las zonas corporales, sientes que tienes todo el cuerpo cansado. “Estoy totalmente agotado” no significa que hayas trabajado todas las zonas corporales por igual hasta el agotamiento.

En cualquier caso, incluso cuando estás “totalmente” cansado al final del día, el ejercicio físico que has hecho no deja de ser parcial comparado con el “total” del concepto zheng-ti, que yo traduciría como “el cuerpo integrado en su conjunto”. El zheng-ti, concepto esencial del yi chuan, no surge de una impresión, sino que se forma técnicamente mediante la práctica de un método. Esta distinción es necesaria para avanzar en nuestra reflexión. 

Pero primero aclaremos una cosa. Hemos empezado a reflexionar sobre el taichi chuan, pero estamos insistiendo en el método del yi chuan. ¿Por qué? 

Porque creo que la parte oscura del método del taichi chuan se verá de modo más claro y directo si echamos mano del concepto zheng-ti del yi chuan. En mi opinión, este concepto proporciona la respuesta a nuestra pregunta inicial: “¿cómo se puede aumentar la fuerza y la velocidad a través de un trabajo aparentemente flexible y lento?” 

Mientras no aclaremos esta problemática, la práctica del taichi chuan, y de lo que la gente conoce como disciplinas internas, no podrá librarse de ese aura místico del tipo: “si desarrollas el qi, podrás dominar a cualquier adversario.” Nosotros pensamos que el qi (o ki) en arte marcial sólo tiene valor en conjunción con las funciones físicas y técnicas. Juntos, forman una relación mutua: según aumenta el ki, aumenta también la función muscular.

Dicho esto, volvamos a nuestro tema con la ayuda de otro ejemplo. 

Supongamos que tienes delante a un hombre de aspecto musculoso. Entrena regular y metódicamente en un gimnasio utilizando pesas y diversos aparatos. Todo su cuerpo está desarrollado, ya que trabaja con esmero cada uno de sus músculos. 

Por ejemplo, para trabajar su bíceps, apoya el codo en una tabla y hace repeticiones con una mancuerna. Trabaja cada grupo muscular de modo similar. Así, tiene todo el cuerpo recubierto de grandes músculos potentes. Sabe desplegar fuerzas bien construidas. La fuerza turbia y la fuerza del zheng-ti Hàn Xingqiao, cuya obra hemos mencionado anteriormente, diría que la fuerza de este hombre es una...

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