Tanto Waza
José Luis Prieto Méndez C.N.7º Dan Son las técnicas de cuchillo, y en su entrenamiento y desarrollo es importante que exista una coherencia y afinidad (Riai) entre las técnicas de mano abierta y las realizadas con arma. Caben distinguir varios apartados técnicos dentro de este grupo: Conocimiento y Manejo del arma: Guardias y desplazamientos. Ejercicios de habilidad y coordinación. Trayectorias de ataque. Características del sistema defensivo Niveles de peligro: Amenaza La intención no es agredir, sino es un medio instrumental para intimidar o coaccionar (robo por ejemplo) Ataque La intención es herir, causar daño o lesión, tiene un carácter mas emocional generalmente asociado a la ira. Niveles de peligro según el tipo de adversario: Amenaza simple No sabe y no quiere hacer daño Amenaza compleja Si sabe y no quiere hacer daño Ataque evidente No sabe y si quiere hacer daño. Ataque encubierto o complejo Si sabe y si quiere hacer daño. Niveles tácticos: Nosotros sin arma y el adversario con ella. Nosotros con arma y el adversario también. Nosotros con arma y el adversario sin ella( acabamos de desarmarle) Algo destacable en el entrenamiento con cuchillo es que se hace necesario aprender a utilizarlo para poder ejercer como agresor en los entrenamientos. El trabajo con cuchillo se focaliza en unos objetivos operativos muy concretos, que en algunos casos, se alejan de la estética habitual (torso recto) en favor de una funcionalidad que se considera como elemento prioritario de autodefensa. Debemos considerar si el trabajo genérico que habitualmente desarrollamos en los dojos, se ajusta a nuestras necesidades y a las de una confrontación de este tipo. El cuchillo es un arma potencialmente peligrosa. Basta decir que a veces hasta podemos cortarnos pelando una manzana, cuanto mas en manos de una persona con intención y con conocimientos. La finalidad de la utilización de un arma no es otro que la de sacar ventaja en una situación de confrontación física; de forma que la fuerza, envergadura, corpulencia y demás atributos físicos pasen a un segundo plano. Así pues una persona, que por su morfología podría parecernos inofensiva o poco intimidante, pasa a convertirse en alguien que puede causarnos un grave daño o incluso la muerte. Psicológica y emocionalmente cualquier persona que se enfrenta a un arma pasa de forma automática a ponerse en situación defensiva, otorgando al otro una superioridad que va mas allá de lo puramente técnico. De ahí que muchos delincuentes o personas violentas lo utilicen como recurso marcial para sacar ventaja de su inferioridad física apoyándose, no solo en el arma , sino también en su falta de escrúpulos al orientarse por una opción que puede causar...
La naturaleza de la enseñanza de las artes marciales en Japón
Kōno Yoshinori A partir de abril de 2012, se ha establecido como obligatoria la enseñanza de las artes marciales en la escuela secundaria en Japón. Hay un grupo de opinión que se opone a esta obligatoriedad porque temen por la seguridad de los estudiantes; Kōno Yoshinori, investigador de las artes marciales tradicionales, nos señala ante todo la problemática de la implantación en el actual sistema educativo la enseñanza de las artes marciales. Japón durante cientos de años y hasta la modernización de la Restauración Meiji (1868), fue un país en el que las riendas del gobierno las llevaban los bushi (samuráis). Por esa razón, aún a día de hoy en el extranjero se piensa que los japoneses saben todos algún tipo de arte o técnica marcial. Las artes marciales japonesas en la historia moderna Ciertamente, Japón no ha estado nunca gobernado temporalmente por un gobierno militar. Su sociedad ha estado siempre administrada por un característico sistema jerárquico de clases: agricultores, artesanos, mercaderes, y por encima de ellos los samuráis. No obstante, aunque el sistema de clases japonés aparentemente genere una impresión de haber sido algo solido y firme, en realidad fue un sistema bastante fluido. Aunque oficialmente a la plebe (artesanos, mercaderes y agricultores) se le había prohibido aprender las artes marciales, en realidad apenas se respetaba esta ley, y particularmente en las áreas bajo el control directo del shogunato de Edo, los artesanos, mercaderes y agricultores aprendían las artes marciales sin ninguna vacilación. Por ejemplo, a finales del período Edo, los líderes del Shinsengumi (grupo que luchó frontalmente contra el movimiento que quería derrocar el sistema del shogunato), el comandante Kondō Isami y el vicecomandante Hijikata Toshizō, provenían de familias de campesinos y de entre los soldados del regimiento también hubo muchos que no pertenecían al linaje de los samuráis. Todos estos personajes aprendieron las artes marciales porque se sentían atraídos por la figura del samurái, y no creo que ninguno de ellos se viera forzado a aprenderlas contra su voluntad. Sin embargo, con la llegada de la era Meiji, llegó el servicio militar obligatorio y salvo las personas extremadamente débiles, todos tuvieron que someterse al entrenamiento militar, les gustase o no. Más tarde acaecería la derrota en la Segunda Guerra Mundial. En aquel momento, el GHQ (Cuartel General, por sus siglas en inglés) de las Fuerzas Aliadas, con el fin de eliminar totalmente la predisposición militar japonesa, prohibió cualquier cosa que tuviese relación con las artes marciales; sin embargo, más tarde levantaron esta prohibición como medida para potenciar el papel de Japón como fuerza aliada. De este modo, con el paso de los años, las artes marciales como el...
¿Es posible compaginar el deporte de alto nivel con los estudios?
Oscar Martínez de Quel Quienes me conocen saben que mi respuesta es un SÍ rotundo. Pero quiero aprovechar el blog para profundizar en este tema que preocupa a padres, profesores, entrenadores y sobre todo a deportistas. Nico García: plata en Londres’12 Para demostrar a los jóvenes que sí es posible compaginar el deporte con los estudios, lo mejor es poner como ejemplo a deportistas que han conseguido un sobresaliente en ambas facetas. Me gustaría destacar a Juan Antonio Corbalán, médico cardiólogo y exjugador de baloncesto, medalla de plata en los JJ.OO. de Los Ángeles’84. Él fue el ejemplo para muchos deportistas-estudiantes de mi generación, que veíamos en él a un gran exjugador que había sabido convertirse en un gran profesional dentro de su ámbito. Del mismo modo, podemos mencionar a Carlota Castrejana, licenciada en derecho y presente en cuatro JJ.OO., primero en baloncesto y luego en atletismo; a Cecilia Blanco, dos veces olímpica en judo y licenciada en Ciencias de la Actividad Física y el Deporte; y a otros muchos. Un caso que conozco de cerca es el de Nicolás García (medalla de plata en taekwondo en los Juegos Olímpicos de Londres 2012), a quien he visto entrenar cada día durante 8 años en el Centro de Alto Rendimiento de Madrid. Nico es estudiante de 4º de Arquitectura, su hermano gemelo, Hugo, ha terminado Ingeniería Aeronáutica y Eric, su hermano mayor, obtuvo el premio Arquímedes en su Licenciatura en Ciencias Físicas. Los tres han sacado adelante sus estudios universitarios entrenando a diario (de 8:00 a 9:30 y de 18:30 a 20:30) y compitiendo a nivel nacional e internacional. Los hermanos García en el CAR de Madrid Evidentemente, compatibilizar ambas cosas no es fácil, requiere esfuerzo, constancia, disciplina y una buena gestión del tiempo. Cada deportista debe adaptar su carrera académica a las exigencias de su deporte. No será igual la vida de un nadador que debe entrenar más de 5 horas diarias, que la de un tenista que pasa media vida viajando, o la de un futbolista que tiene que soportar diariamente la presión de los medios de comunicación. Cada persona deberá organizar su tiempo para no sacrificar su formación. En muchos casos, es necesario que el ritmo no sea “a curso por año” sino adaptarlo a las posibilidades reales. También se puede adecuar el tipo de educación (presencial o a distancia), contar con tutores que conozcan la problemática, etc. En este sentido, las universidades y las instituciones todavía deben seguir trabajando para hacer posible la adaptación de los estudios a la exigente vida del deportista de alto nivel. Además de creer que es posible compaginar los estudios con el deporte, considero...
La Dificultad Del Kendo
Andrés Sánchez Cuando hablamos con personas que son ajenas a algún tipo de arte marcial, una de las primeras cosas que nos preguntan, después de que le expliquemos en que consiste eso a lo que le dedicamos tantas horas, es qué cinturón somos. De alguna forma la imposición del karate o el judo, al ser las artes marciales mayoritarias, ha creado un canon en la sociedad, en el que se piensa, por parte de los no iniciados, que la meta de todo arte marcial es llegar al cinturón negro. En kendo, el equivalente a ese cinturón negro al que hacía mención es el primer Dan. Si bien es cierto que el primer Dan es el objetivo de muchos practicantes de kendo, no es menos real que ese primer Dan no es más que el primer paso que indica que tenemos los conocimientos básicos de la disciplina. Un primer Dan en kendo, como en el resto de artes marciales, demuestra interés, esfuerzo, constancia y la adquisición de una serie de técnicas que sabes realizar de forma correcta. No hay que engañarse, aprender kendo no es fácil, pero nada lo es en esta vida. Cuando nos sacamos el carné de coche o moto, creemos que sabemos conducir. Si bien tenemos los conocimientos básicos de cómo funciona un vehículo específico y sabemos las normas de circulación, esos conocimientos distan mucho de los de un conductor profesional. Y es que la práctica y la experiencia es un grado. Un conductor con un año real de práctica continua no puede compararse con alguien que lleva 20 años al volante. Pero la intención también cuenta, no es lo mismo alguien que le gusta conducir, que el que solo lo hace por necesidad. Después de un primer Dan viene el segundo, y después el tercero y así sucesivamente hasta los 8 que actualmente se pueden alcanzar. Cada adquisición de un nuevo Dan requiere de una prueba; una prueba que es evaluada por un tribunal, pero que realmente es una prueba a uno mismo. Enfrentarte a tus miedos, tus nervios, administrar el estrés y demostrarte a ti mismo lo que sabes, es el que mostrará al tribunal el grado que tienes, el grado que te mereces. Aunque la experiencia es un grado, la práctica continua también influye. Con la edad nuestros músculos se hacen más perezosos, y si no están tonificados a base de horas de entrenamiento que no solo hagan automáticos los movimientos aprendidos, sino que además den la velocidad y soltura requerida, nuestro grado puede no servir demasiado ante alguien que sí entrene con regularidad aunque su grado sea teóricamente más bajo. Si algo nos recuerda...
La denominación de origen
Cayetano A. Sánchez (Ko-Oni) Empecemos por la perogrullada…: Todas aquellas artes marciales tipo Karate, Kenpo, -Jutsu, -Do, etc., por definición son de origen japonés de manera directa o indirecta y, también por definición, especialidades o subespecialidades de los sistemas de lucha practicados por soldados y militares en general. Pero han pasado más de 50 años desde que algún maestro nipón admitiera en su grupo a un occidental, lo que supone una nueva generación de maestros y, por lógica elemental, la posibilidad de que Japón haya perdido la hegemonía en el dominio de estas artes tan enraizadas con su tradición. Es decir, es posible que uno (o más) occidentales dominen incluso mejor que un japonés la disciplina o especialización de la que hablamos. Otra cosa es que por motivos de esa misma tradición, sea reconocido o no oficialmente. Llegado al punto en el que el alumno ha alcanzado el máximo nivel de maestría (dominio) de esa escuela, estilo, concreto, tradicionalmente se le entrega un título llamado Menkyo Kaiden, traducido coloquialmente como «Licencia o Certificado de transmisión total». Este certificado no significa que ya domine TODO sobre las artes marciales, sino únicamente el estilo o escuela que otorga ese Menkyo Kaiden. Por poner uno de esos ejemplos incuestionables se sabe que Gichin Funakoshi obtuvo el Menkyo Kaiden de su Maestro Anko Itosu, lo que no significa que, por extensión, dominase todas las técnicas de Karate ya que, por citar otro ejemplo, nunca entrenó el Karate de la ciudad de Matsumora, mucho menos que conociese el Shindo Shin Ryu Jujutsu, o el Muso Shin Ryu Iaido. Partiendo de esta premisa y a raíz de la lectura del blog de Arthur Clarke, se me plantean varios interrogantes a los que intentaré dar respuesta. Llega un momento en la vida de todo Budoka o practicante de artes marciales en que piensa, cree, tiene la certeza, o consigue el Menkyo Kaiden… que ya ha llegado al punto máximo de las enseñanzas en esa escuela concreta. A partir de ese momento se contemplan varios escenarios: El Camino no acaba Toda escuela, estilo, corriente o cualquier otra denominación, no es más que una parte que forma parte de un conjunto. Igual que Gichin Funakoshi no tenía la más mínima idea (que se sepa) de Aikido (o Morihei Ueshiba de Karate-Do), nuestro Menkyo Kaiden puede elegir continuar el camino buscando otras partes del conjunto, en lenguaje llano, otras especialidades o estilos que incorporará a su bagaje de conocimientos y así hasta el infinito o que alcance ese famoso «Satori» que le confiera una sabiduría más allá de lo conocido. El sentido del Deber Dado que en los tiempos...
Leyenda de Sadako Sasaki y las mil grullas de origami. Mil grullas por Japón. Una leyenda para la esperanza.
Según una leyenda japonesa, tu mayor deseo se hará realidad, si construyes mil grullas de papel. La consigna de crear grullas de papel en la lucha por la paz, se remonta a la historia de una de las pequeñas víctimas de la bomba de Hiroshima durante la Segunda Guerra Mundial. Sadako Sasaki tenía dos años cuando cayó la bomba en Hiroshima, ciudad en la que vivía. Diez años más tarde (cuando tenía 12 años), como consecuencia de la irradiación que le produjo la bomba de Hiroshima, los médicos le diagnosticaron leucemia. Cuando la pequeña Sadako estaba en el hospital recuperándose de su enfermedad, su amiga Chizucho le explicó la historia de las 1.000 grullas de papel. La historia consiste en que si deseas algo con mucha fuerza y construyes 1.000 grullas de papel ( papiroflexia), los dioses te concederán ese deseo que tanto anhelas. Es así como Sadako deseó curarse de su terrible enfermedad y para ello se propuso construir por sí misma 1.000 grullas de papel, aunque no logró conseguirlo porque falleció mucho antes de poder acabarlas todas. Murió en octubre de 1955 y sólo había conseguido plegar 644 grullas de papel. Simbólicamente, sus amigos continuaron su misión y completaron las mil grullas, con la esperanza de que se evitaran las guerras en el futuro y se consiguiera la paz entre todos los países del mundo. Tres años más tarde de la muerte de Sadako, los niños de toda la ciudad de Hiroshima le dedicaron una estatua de ella con una grulla en su mano. La estatua está en el Parque de la Paz de Hiroshima. Cada año, para el 6 de agosto, Día de la Paz, llegan miles de grullas de papel a Hiroshima desde todos los lugares del planeta. Los niños de la ciudad cuelgan las grullas en el monumento de Sadako, con la esperanza de transmitir este mensaje a todo el mundo. Como consecuencia del Terremoto de Japón, muchísimas personas y asociaciones de todos los lugares del mundo se han propuesto construir grullas de papel con la finalidad de enviarlas a Japón. En Japón hay personas encargadas de recoger estas grullas que la gente envía anónimamente y colocarlas en los distintos templos del país, con el deseo de que Japón pueda salir de la pesadilla que está viviendo y que la vida, la salud, la esperanza y la prosperidad se restablezcan de nuevo en sus vidas. Una japonesa residente en Madrid ha recuperado la leyenda japonesa de las mil grullas de papel para pedir a los internautas que se unan a esta iniciativa de abrazo y ánimo a Japón que simboliza la paz. A través de una página web llamada ‘Las 1.000 grullas ‘. Makiko pide ayuda para...

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