El Tao del Guerrero. El camino.

“Hay una pregunta que un guerrero tiene que hacerse obligatoriamente: ¿Tiene corazón este camino?” (1)

Cada momento de nuestra existencia es único. Si el camino es sinuoso estamos ante la oportunidad de dirigirnos hacia la perfección, cada recodo es un obstáculo a superar y una oportunidad de superarnos y de poner en práctica los principios del guerrero. Pero constantemente nos haremos esta pregunta: ¿este camino es el camino correcto?

De nuevo C. Castaneda en boca de don Juan nos dice: “Todos los caminos son lo mismo: no llevan a ninguna parte. Sin embargo, un camino sin corazón nunca es agradable. Un camino con corazón resulta sencillo: a un guerrero no le cuesta tomarle gusto; el viaje se hace gozoso; mientras un hombre lo sigue, es uno con él”. (1)

Dedicar tiempo y esfuerzo es gratificante siempre que disfrutemos con ello, siempre que vivamos el momento sintiendo que pueden ser los últimos minutos de nuestra vida, por lo que hay que experimentarlos en completo equilibrio.

En los principios fundamentales del confucianismo vemos que el concepto de equilibrio es pues la perfección. Nos apunta que conocer el equilibrio es ser perfecto, y por lo tanto nos acercamos al conocimiento del bien. Según esta filosofía el medio de alcanzar este conocimiento es racionalista y humanista, por lo que difiere del camino que más tarde desarrollaría el budismo mediante la meditación.

Cuando el Bujitsu se convierte en Budo las artes marciales se transmutan al camino del Ren (*). Tao, Ren, Do. Cada uno puede ser interpretado según su origen filosófico, son diferentes y son lo mismo, al interpretarlos se pierde su esencia por lo que se convierte en algo personal e interno, e incluso espiritual.

Es imprescindible saber cómo podemos transitar el camino. El libro del Tao de Lao zi (2), nos dice:

Actúa sin actuar,

Ocúpate en no ocuparte en nada,

saborea lo que no tiene sabor.

Ten por grande lo pequeño y por mucho lo poco,

responde con la virtud a los que mal te quieren.

Intenta lo difícil en lo fácil,

realiza lo grande en lo menudo.

Las cosas difíciles del mundo comienzan por lo fácil,

y las cosas grandes del mundo por lo menudo empiezan.

Por eso el sabio nunca realiza cosas grandes,

y así es como puede llevar a cabo grandes cosas.

Quien promete a la ligera por fuerza gozará de escaso crédito,

quien juzga todo fácil por fuerza hallará todo difícil,

de ahí que el sabio tenga todo por difícil,

y así nunca tropieza con dificultades.

El camino no es solo algo externo, aunque en el exterior está el aprendizaje, es un camino de pruebas y dificultades donde demostraremos paciencia para esperar y valor para enfrentarnos no a la lucha en si, ya que eso al guerrero le gratifica, sino valor para no decepcionarnos con lo que el resultado final de la lucha nos manifieste.

“Por eso un hombre de conocimiento elige un camino con corazón y lo sigue: y luego mira y se regocija y ríe; y luego ve y sabe. Sabe que su vida se acabará en un abrir y cerrar de ojos; sabe que él, así como todos los demás, no va a ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás. En otras palabras, un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, sólo tiene vida que vivir, y en tal condición su única liga con sus semejantes es su desatino controlado. Así, un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda, y resuella, y si uno lo mira es como cualquier hombre común, excepto que el desatino de su vida está bajo control. Como nada le importa más que nada, un hombre de conocimiento escoge cualquier acto, y lo actúa como si le importara. Su desatino controlado lo lleva a decir que lo que él hace importa y lo lleva a actuar como si importara, y sin embargo él sabe que no importa; de modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.» (3)

Claro que a diario nos encontramos con situaciones cambiantes y a veces sorpresivas, pero habitualmente nos acomodamos en la zona de confort donde todo es conocido y seguro. Pero si ese reto es complicado descubrimos que nuestro principal enemigo está dentro de nosotros: somos nosotros mismos. Nos dice la escritora Cassandra Clare: Sin importar lo que seas físicamente, hombre o mujer, fuerte o débil, enfermo o saludable, todas esas cosas importan menos que lo que contiene tu corazón. Si tienes el alma de un guerrero, eres un guerrero”.

Si nos arriesgamos a salir de nuestra zona de confort el camino se hace muy empinado y ahí es donde descubrimos si nuestra consciencia, nuestro poder personal, está preparado para actuar de forma efectiva. Pero la lucha contra las dificultades no tendría sentido si no sale del corazón, si el camino no tiene corazón. Como dice Sócrates en El guerrero pacífico: “El viaje aporta la felicidad, no es destino”.

Castaneda le hace una pregunta a su maestro don Juan que nos puede hacer reflexionar: “¿Cómo puedo estar seguro de si un camino tiene corazón?”. Don Juan le contesta: “Cualquiera puede saber esto. El problema es que nadie se hace la pregunta y cuando uno por fin se da cuenta de que ha tomado un camino sin corazón, el camino está ya a punto de matarlo. En esas circunstancias muy pocos hombres pueden pararse a considerar, y más pocos aún pueden dejar el camino.” (3)

Notas: (*) Uno de los cuatro principios fundamentales de la filosofía ética y política de Confucio, el “Ren 仁 “es el corazón humano, la naturaleza de la persona y también significa humanidad.

Referencias

(1).C. Castaneda. Las enseñanzas de don Juan

(2). Lao zi. El libro del Tao, edición de J.I.Preciado. Círculo de lectores.

(3).C. Castaneda. Una realidad aparte.

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