Como perdemos lo que más amamos
“Un hombre, que había perdido a su esposa durante el parto, estaba criando solo a su hijo, a quien amaba más que nada en el mundo. Un día, mientras el padre estaba ausente, unos saqueadores quemaron la mayor parte del pueblo y secuestraron a su hijo. Cuando el padre volvió, confundió uno de los cadáveres quemados y pensó que era el de su hijo. Completamente devastado, hizo cremar el cuerpo y puso las cenizas en una urna que colocó en el mejor lugar de la casa. Días después, el niño logró escapar de los saqueadores. Corrió de regreso a casa y llamó a la puerta de la casa que su padre había reconstruido. El hombre preguntó quién era. Cuando el muchacho contestó: “Soy yo, tu hijo, por favor, déjame entrar”, el padre apretó contra su pecho la urna con las cenizas, y pensó que otro niño del pueblo le estaba jugando una broma cruel. “Vete”, le gritó de nuevo. El muchacho continuó tocando en la puerta y rogándole al padre que le abriera. Sin embargo, el hombre, convencido de que no se trataba de su hijo, siguió diciéndole que se fuera. Finalmente, el niño se dio por vencido. Se fue y nunca más volvió”. Como dice la psicóloga Jennifer Delgado: Convertimos lo improbable en imposible cada vez que: – «Nos aferramos a una idea, asumiendo que es una verdad absoluta e inmodificable, de manera que nos cerramos a abrir la puerta de nuestra mente y dejar entrar a la verdad.» Igualmente afirma que: – «Nos convertimos en víctimas del sesgo de confirmación (consiste en fijarse y recordar solo los detalles que confirman nuestras expectativas o estereotipos.), anotando mentalmente solo los detalles que confirman nuestra versión de la historia, aquello que nos permite creer lo que queremos creer, desechando las pistas y argumentos en contra. Y– «Confundimos el concepto de improbable con el de imposible, por lo que ni siquiera escuchamos cuando la oportunidad toca a nuestra puerta.» Y para terminar nos hace reflexionar: «debemos mantenernos muy atentos a este sesgo porque la testarudez, el hecho de mantenernos aferrados a determinadas ideas para «defender» el pasado o mantener intacto nuestro ego, puede hacer que perdamos lo que más amamos. No debemos olvidar que el orgullo y la rigidez son los motivos principales por los que arruinamos nuestras relaciones interpersonales.» Foto:...
La esencia de la docencia
Un anciano conoce a un joven quien le pregunta:– ¿Se acuerda de mí?Y anciano dice que no.Entonces el joven dice que fue su alumno.Y el profesor pregunta:– ¿Qué estás haciendo?– Soy profesor– Ah que bueno ¿Como yo?– Sí. Me convertí en maestro porque usted me inspiró a ser también como usted.Luego le pregunta al tipo cuándo lo inspiró a ser maestro. Y el alumno cuenta la historia:“Un día, un amigo mío, también estudiante, llegó con un hermoso reloj nuevo, y decidí que lo quería para mí y lo robé, lo saqué de su bolsillo. Poco después, mi amigo notó el robo y se quejó a usted (maestro). Entonces se dirigió a la clase:– El reloj de su colega fue robado. Quien lo robó, que lo devuelva.No lo devolví porque no quería hacerlo.Luego cerró usted la puerta y le dijo a todos que se pusieran de pie y que iría a uno por uno para buscar en los bolsillos de todos hasta encontrar el reloj. Pero les dijo a todos que cerraran los ojos, que haría esto con los estudiantes con los ojos cerrados …Todos cerraron los ojos y usted fue de bolsillo en bolsillo y cuando llegó al mío encontró el reloj y lo tomó. Continuó usted buscando en todos, y cuando terminó, dijo: ‘Abran los ojos. Ya tenemos el reloj’.No me dijo usted nada.Nunca mencionó el episodio.Nunca dijo quién había robado a nadie.»Y ese día, usted salvó mi dignidad para siempre. Fue el día más vergonzoso de mi vida. Pero también el fue el día que mi dignidad se salvó de no convertirme en ladrón, mala persona, etc. Nunca dijo nada.No me dio apenas una lección moral. Y recibí el mensaje. Y entendí, que esto es lo que debe hacer un verdadero educador.¿Se acuerda de ese episodio, maestro?Y el profesor responde:– Recuerdo la situación, el reloj robado, busqué en todos, etc.Pero no te recordaba.Porque también cerré los ojos mientras buscaba. (Esto es la esencia de la docencia). *Si Para Corregir Necesitas Humillar… no sabes...
Cuando me amé de verdad
CHARLES CHAPLIN “Cuando me amé de verdadcomprendí que en cualquier circunstancia,yo estaba en el lugar correcto, en la hora correcta,y en el momento exacto, y entonces, pude relajarme.Hoy sé que eso tiene un nombre… Autoestima Cuando me amé de verdad,pude percibir que mi angustia,y mi sufrimiento emocional, no es sino una señalde que voy contra mis propias verdades. HOY SÉ QUE ESO ES… AUTENTICIDAD Cuando me amé de verdad,dejé de desear que mi vida fuera diferente,y comencé a aceptar todo lo que acontece,y que contribuye a mi crecimiento. HOY SÉ QUE ESO SE LLAMA… MADUREZ Cuando me amé de verdad,comencé a percibir que es ofensivo tratar de forzar alguna situación, o persona,sólo para realizar aquello que deseo, aun sabiendo que no es el momento,o la persona no está preparada, inclusive yo mismo. HOY SÉ QUE EL NOMBRE DE ESO ES… RESPETO Cuando me amé de verdad,comencé a librarme de todo lo que no fuese saludable:personas, situaciones y cualquier cosaque me empujara hacia abajo.De inicio mi razón llamó a esa actitud egoísmo. HOY SÉ QUE SE LLAMA… AMOR PROPIO Cuando me amé de verdad,dejé de temer al tiempo librey desistí de hacer grandes planes,abandoné los mega-proyectos de futuro.Hoy hago lo que encuentro correcto, lo que me gusta,cuando quiero, y a mi propio ritmo. HOY SÉ QUE ESO ES… SIMPLICIDAD Y SENCILLEZ Cuando me amé de verdad,desistí de querer tener siempre la razón,y así erré menos veces. HOY DESCUBRÍ QUE ESO ES… HUMILDAD Cuando me amé de verdad,desistí de quedarme reviviendo el pasado,y preocupándome por el futuro.Ahora, me mantengo en el presente,que es donde la vida acontece. Hoy vivo un día a la vez. Y ESO SE LLAMA… PLENITUD Cuando me amé de verdad,percibí que mi mente puede atormentarme y decepcionarme.Pero cuando la coloco al servicio de mi corazón,ella tiene una gran y valioso aliado. TODO ESO ES… SABER VIVIR No debemos tener miedo de cuestionarnos,de hecho hasta los planetas chocan,y del caos suelen nacer la mayoría de las estrellas.” Se dice que escribió este poema, “As I began to love myself “, cuando tenía 70...
Cita con la Muerte
Vivía en Bagdad un comerciante llamado Zaguir. Hombre culto y juicioso, tenía un joven sirviente, Ahmed, a quien apreciaba mucho. Un día, mientras Ahmed paseaba por el mercado de tenderete en tenderete, se encontró con la Muerte que le miraba con una mueca extraña. Asustado, echó a correr y no se detuvo hasta llegar a casa. Una vez allí le contó a su señor lo ocurrido y le pidió un caballo diciendo que se iría a Samarra, donde tenía unos parientes, para de ese modo escapar de la Muerte. Zaguir no tuvo inconveniente en prestarle el caballo más veloz de su cuadra, y se despidió diciéndole que si forzaba un poco la montura podría llegar a Samarra esa misma noche. Cuando Ahmed se hubo marchado, Zaguir se dirigió al mercado y al poco rato encontró a la muerte paseando por los bazares. – ¿Por qué has asustado a mi sirviente? – preguntó a la Muerte.– Tarde o temprano te lo vas a llevar, déjalo tranquilo mientras tanto.– No era mi intención asustarlo -se excusó ella – pero no pude ocultar la sorpresa que me causó verlo aquí, pues esta noche tengo una cita con él en Samarra. Fuente: sufi tradicional Foto: Jazella en...
El árbol de los problemas
Imagen shonflare en Pixabay Un hombre tomó la decisión de reparar una vieja granja que tenía en el campo. Para ello contrató a un carpintero que le ayudaría durante todo el proceso. Un día se acercó a la granja para verificar cómo iban todos los trabajos. Llegó temprano y comenzó a ayudar al carpintero. Ese día parecía que las cosas no le iban bien. Su cortadora eléctrica se había quedado sin batería haciéndole perder dos horas de su tiempo. Más tarde un corte en el suministro eléctrico le había hecho perder una hora más. A última hora de la tarde se le acabó el pegamento y no pudo finalizar las tareas que tenía programadas para ese día. Por si fuera poco cuando se disponía a volver a casa, su camión no arrancaba. Ante esta situación el dueño de la granja se ofreció a llevarlo. Mientras recorrían los paisajes de la zona, el carpintero iba en silencio. Parecía triste y cansado después de un día tan malo. Después de treinta minutos de recorrido llegaron a la casa del carpintero, y sorprendentemente lo invitó para que conociera a su familia. Mientras se dirigían a la puerta, el carpintero se detuvo durante unos segundos frente a un pequeño árbol de un color verde intenso. Tocó varias ramas cuidadosamente con sus manos, mientras admiraba sus preciosas hojas. Cuando abrió la puerta ocurrió una increíble transformación. Su cara estaba llena de sonrisas, satisfacción y alegría. Sus hijos se abalanzaron sobre él. Le dió un beso a su mujer y lo presentó. Lo invitó a una cerveza y una apetitosa empanada. Ya despidiéndose, lo acompañó hasta el coche. Cuando pasaron nuevamente cerca del árbol, no pudo evitar la curiosidad y le preguntó acerca de lo que había hecho un rato antes frente al árbol. ¡Ohh!, ese es mi árbol de los problemas, contestó. Y luego procedió a explicar y dijo: sé que no puedo evitar tener dificultades en mi trabajo, percances y alteraciones en mi estado de ánimo. Pero una cosa si es segura: Esos problemas no pertenecen ni a mi esposa y mucho menos a mis hijos. Así que simplemente los cuelgo en el “árbol de los problemas” cada noche cuando llego a casa. Luego por la mañana los recojo de nuevo, porque tengo que solucionarlos. Lo divertido es, dijo sonriendo el carpintero, que cuando salgo en la mañana a recogerlos, no hay tantos problemas como los que recuerdo haber colgado la noche anterior. El dueño de la granja se subió a su coche, meditando sobre la estrategia del carpintero para ser más feliz y evitar contaminar el hogar con los problemas laborales. Llegó a la granja y se dispuso a seleccionar su árbol...
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