El Tao del guerrero (La disciplina)

“La única alternativa que le queda a la humanidad es la disciplina. La disciplina es el único repelente. Pero con disciplina no me refiero a arduas rutinas. No me refiero a levantarse cada mañana a las cinco y media y a darte baños de agua helada hasta ponerte azul. Los “guerreros” entienden por disciplina la capacidad de enfrentar con serenidad circunstancias que no están incluidas en nuestras expectativas. Para ellos, la disciplina es un arte: el arte de enfrentarse al infinito sin vacilar, no porque sean fuertes y duros, sino porque están llenos de asombro.” (1)

La palabra disciplina procede de una raíz que significa “aprender”, procede de la misma raíz que la palabra “discípulo”, es decir, aquel que está dispuesto a aprender y recibe una enseñanza de otro. Disciplina es esa capacidad de abrirte que te ayuda a aprender.

La disciplina está definida como la manera ordenada y sistemática de hacer las cosas, siguiendo un conjunto de reglas y normas estrictas que, por lo general, la rigen una actividad o una organización.

La disciplina del guerrero no tiene que ver nada con las connotaciones negativas como la de realizar algo mediante ordenes que pueden ser reguladas mediante una sanción. El significado más acertado sería el de autodisciplina, en el sentido de “hacerse discípulo de uno mismo”, es decir, responder mediante nuestras actitudes y conductas hacia comprensiones e ideales más altos.

Lo entenderíamos pues como el trabajo que ejerce una persona para adquirir buenos hábitos en el ambiente ético y moral, originado en el respeto mutuo y en la cooperación como base para la adquisición de destrezas en la vida, no entendiéndolo como “autocontrol”.

Osho pone el dedo en la llaga indicándonos que son dos palabras muy diferentes, son extremos opuestos. Afirma que la disciplina es una comprensión natural. El control tiene muchos “deberías” y “no deberías”, la disciplina, ninguno de ellos. El control pertenece al ego, persigue un ideal, mantiene en tu mente sobre cómo deberías ser, es manipularte a ti mismo.


Y continua: «El control viene del ego, la disciplina del no ego; control es manipularte a ti mismo, disciplina es entenderte a ti mismo; la disciplina es un fenómeno natural, el control es antinatural; el control es una forma de supresión, la disciplina es espontánea. Solo necesita entendimiento -tu entiendes y actúas de acuerdo a tu entendimiento. La disciplina no necesita un ideal que seguir, no tiene un dogma que seguir, la disciplina no es perfeccionista- te guía lentamente hacia la unidad.»(2)

Por otro lado, el término disciplina se refiere a la ciencia, materia académica, asignatura, campo de estudio, modalidad de un deporte o arte marcial; por ejemplo: la disciplina del karatedo, aikido, etc.

Consultando en la web de significados sobre la autodisciplina, nos dice que es la capacidad de seguir reglas impuestas personalmente, con orden y constancia, usando solo la fuerza de voluntad.

La autodisciplina es una virtud que se adquiere con constancia. Ser una persona disciplinada implica enfocarse en las metas que se desean alcanzar, ya sea en el ámbito personal, laboral o académico.

La capacidad de autodisciplinarse requiere de la transformación de la disciplina en hábito, respetando las reglas y normas impuestas por cada uno hasta que se vuelva algo normal. (3)

El guerrero aprende a transitar el camino que ha elegido trayendo paz a su vida. Cuando la dirección es clara y definida lo recorrerá con plena satisfacción. Con la claridad de la disciplina, el guerrero hace que su alegría crezca porque cuando la disciplina no existe, la mente “el ego” dirige nuestra vida, ya que es lo que ha estado acostumbrada a hacer durante largo tiempo. El guerrero aprende al recorrer su camino que el discernimiento y la presteza traen paz a su vida.

Además, sabe que la satisfacción aparece cuando tenemos una dirección clara y definida hacia dónde dirigir nuestra vida. Con la precisión de la disciplina, el guerrero hace crecer su alegría, porque cuando no hay disciplina, la limitada mente del “ego” dirige nuestra vida, porque lo ha hecho durante tanto tiempo que nos hemos acostumbrado a que sea así.


La disciplina nos ofrece un sitio definido y claro para seguir creciendo. Gracias a la disciplina podemos experimentar la amplitud de nuestra consciencia y explorar todos los límites de nuestro potencial, intentando siempre que no se convierta en rutina.

Sobre lo cual Carlos Castaneda lo expresa muy claramente, decía don Juan: “La disciplina abruma la mente”, y continúa “pero la disciplina a la que me refiero no tiene nada que ver con rutinas acerbas. Los “guerreros” entienden la disciplina como la capacidad de encarar con serenidad las dificultades que no están incluidas en nuestras expectativas. Para ellos, la disciplina es un acto volitivo que les permite enfrentar todo lo que se les presenta sin remordimientos ni expectativas. Para los “guerreros” la disciplina es un arte: el arte de encarar el infinito sin vacilación, no como resultado de su firmeza, sino de su admiración reverente. En pocas palabras, diría que la disciplina es el arte de sentir admiración reverente”. (4)

Los que practicamos artes marciales tenemos en mente a los guerreros samurái como símbolo de honor, valentía y disciplina, tres cualidades que se nos presentan como imitables no sólo para una vida dedicada a la batalla, sino para la propia existencia, en las luchas cotidianas que sostenemos a lo largo de la vida.

No cabe duda de que el código del samurái nos muestra enseñanzas notables y provechosas sin tener una visión “bélica” de la vida, realmente se trata de un método orientado hacia la consecución de cierto ideal de vida en beneficio tanto del individuo como de la comunidad.

Uno de estos legendarios guerreros, Miyamoto Musashi, nos ha dejado una obra escrita que ocupa un lugar importante en la historia y la disciplina del sable japonés.

Miyamoto Musashi antes de morir escribió: “No desviarse nunca de la vía de la estrategia”. Esta frase se encuentra en un texto corto titulado La vía que hay que seguir solo (Dokkôdô), escrita después del Gorin-no-sho. Estos últimos textos parecen haber sido escritos con el último soplo vital de Musashi.

Miyamoto Musashi

Para mejor entendimiento sobre la disciplina del samurái, relaciono los 21 artículos reflejados en la obra de Tokitsu, Kenji sobre Miyamoto Musashi (5):

  1. No contravenir la vía del mundo humano que se perpetúa de generación en generación.
  2. No buscar el placer por sí mismo.
  3. En ninguna circunstancia depender de un sentimiento parcial.
  4. Pensar en uno mismo con ligereza y pensar en el mundo con profundidad.
  5. Separarse siempre de la avidez.
  6. No lamentar los propios actos.
  7. No tener nunca celos de los demás ni en lo bueno ni en lo malo.
  8. No dejarse entristecer por una separación.
  9. El resentimiento y las quejas no son buenas ni para uno mismo ni para los demás.
  10. No dejarse gobernar por el sentimiento del amor.
  11. No tener predilección por nada.
  12. No tener deseo especial por el domicilio privado.
  13. No buscar el placer en la comida.
  14. No poseer objetos antiguos que guardar para el futuro.
  15. No actuar siguiendo creencias habituales.
  16. No buscar en especial, ni coleccionar, ni practicar las armas más allá de lo que es útil.
  17. No evitar la muerte en la vía.
  18. No buscar la posesión de bienes, ni feudos para la vejez.
  19. Respetar a Buda y a los dioses sin contar con su ayuda.
  20. Puede abandonarse el propio cuerpo, pero debe mantenerse el honor.
  21. No desviarse nunca de la vía de la estrategia.

El mérito del guerrero es que tiene dominio sobre sí mismo; domina sus propias emociones. La gran diferencia entre un guerrero y el hombre común es que éste se reprime y el guerrero dirige sus emociones. Los hombres comunes se reprimen porque tienen miedo de mostrar sus emociones, de decir lo que quieren decir. Para el guerrero dirigir las emociones significa expresarlas en el momento adecuado, ni antes ni después. Esta es la razón de la impecabilidad del guerrero. Poseen un dominio absoluto sobre sus propias emociones y, consecuentemente, sobre su propio comportamiento.

Para terminar Osho nos habla de la necesidad de la disciplina para crear nuevos caminos: “La disciplina es simplemente un esfuerzo para crear nuevos caminos por los que pueda moverse la energía, para que no necesite ir por el viejo camino. {…}. Por tanto, la consciencia y la disciplina deberían ir juntas. Hay gente que insiste en que la consciencia es suficiente por sí misma. En cierta manera tienen razón; pero alcanzar ese nivel de consciencia en que ésta resulta suficiente, en que ésta es su propia disciplina, es muy difícil. Raramente sucede”. (6)

Referencias:

(1)- Castaneda.C. (2015)-El lado activo del infinito. México. Grupo Editorial México

(2)- Osho Times- Body Dharma- La disciplina de mi cuerpo

(3)- https://www.significados.com/autodisciplina/

(4)- Castaneda.C. (2015) El silencio interno. CreateSpace Independent Publishing Platform

(5)- Tokitsu.K  (2008)- Miyamoto Musashi. Barcelona (España). Ed. Paidotribo

(6)- http://oshoespiritual.blogspot.com/2016/01/la-consciencia-y-la-disciplina.html

Artículo anterior: La humildad

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