Zhang Zhuang ó Ritsu-Zen

Decía el maestro de chikung Wang Xiangzhai, ¡Lo ordinario es lo extraordinario!.

Zhan Zhuang literalmente sería “Poste Erguido”, aunque puede interpretarse de muchas formas, “Aprender a estar de pie”, “Abrazar el árbol”, “Meditación de pie”, Estar de pie como un árbol”…., cualquier definición podría servir. En japonés el término utilizado es “Ritsu-zen” o meditación de pie. Esta forma de trabajo individual es la más importante y más practicada de chikung, ayudándonos a integrar todos los elementos inherentes al chikung, la postura, la relajación, la intención y la respiración. Siendo un ejercicio básico y en apariencia sencillo posibilita la relajación del cuerpo como preparación para otros ejercicios pues ayuda a crear y liberar el flujo natural de energía de nuestro interior.

Con la práctica se va aprendiendo algo tan sencillo como “estar de pie”, algo así como si fuésemos una estaca de madera clavada firmemente en la tierra, a la vez que abrazamos un gran balón o esfera.

En cuanto a la diferencia existente con la meditación de sentado, tiene muchas ventajas al tener la mente más dispuesta a permanecer “alerta”, pues el menor desliz en la conciencia nos haría perder el equilibrio, además las piernas y los pies estirados con naturalidad, sin cruzar, ayuda a que la circulación sanguínea no se obstaculice, es más puede verse mejorada.

Es conveniente que antes de realizar este ejercicio, realizásemos unos ejercicios de calentamiento (estiramientos, torsiones, desbloqueos, etc.) de forma que el cuerpo y la mente estén preparados para su correcta ejecución, ya que puede tratarse de un ejercicio realmente “duro”, si no se hace con esta preparación. Igualmente lo recomendable es empezar por cortos periodos de tiempo e ir ampliándolos gradualmente.

Esta postura Zhan Zhuang, es la base de todas las escuelas de chikung, formando parte de la propia experiencia, es la quietud en el movimiento. Externamente no hay movimiento, pero internamente, el chi y el aliento están moviéndose (yin y yang). Una de las finalidades de esta postura es la de captar energía de la tierra (flexionaremos ligeramente las rodillas). También la de captar energía del cielo (estiramos la cabeza a partir de la nuca, como si un hilo tirara de nuestra coronilla). Igualmente la intención es cargarnos de energía hacia el dan tian, por lo que abrimos el ming men, suprimiendo la curvatura lumbar al meter ligeramente la cadera hacia delante.

También activamos la energía de los 12 meridianos principales, al abrir los brazos y separar los omóplatos, abrimos el punto Senzhu (VG-12) a los meridianos yang que se cruzan en ese punto, justamente debajo de la séptima vértebra cervical. También ahuecamos el pecho y “vaciamos” las axilas para que la energía yin salga del tórax hacia los brazos y llegue a los puntos ting de los dedos.

La órbita microcósmica de los meridianos du mai y ren mai se intensifica activándose la energía “jing”, por lo que unimos la punta de la lengua con el paladar.

En la su práctica intentaremos no hacer algo con el chi, simplemente nos haremos conscientes de la calidad del chi: cómo se mueve, dónde se bloquea o dónde fluye libremente, si lo sentimos limpio o turbio, suave o áspero.

En resumen en el chikung cotidiano de estar de pie, tenemos la oportunidad de descubrir el misterio y la belleza más profundos. Y nos preguntamos ¿Dónde esta el secreto?. Es un secreto por que no lo vemos, pues es tan evidente, tan cotidiano que no le prestamos atención. Está tan  oculto como pueda estar el aire que respiramos, o del mismo modo que el agua está oculta para el pez. Es la búsqueda de la unidad, el retorno al silencio, a la quietud, el camino hacia nuestro Yo interior.

Fernando Martín Millana

Profesor Chikung- 7ºDan Karate-do

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