“La gente débil se venga, la gente fuerte perdona”, dijo Albert Einstein,
A lo largo de nuestro camino ¿Cuántas veces nos hemos encontrado guardando rencor contra personas que a nuestro parecer nos han lastimado tan intensamente que cada parte de nosotros arde como un volcán? ¿Y estos resentimientos tan dolorosos han dado algún resultado positivo a nuestra salud y bienestar emocional?
Leí en una ocasión que, en algunos rituales o ceremonias guerreras, el arrepentimiento se expresaba en público, tomaban como ejemplo a los maestros iluminados, para seguir las enseñanzas guerreras, como ayuda a los guerreros compañeros de viaje. En esa época antigua, esas ceremonias reunían a los guerreros errantes en días de luna nueva y luna llena en los que renovaban públicamente su intención de seguir plenamente el camino del guerrero, confesar sus errores, y cuestionarse mutuamente diferentes aspectos trascendentes de su práctica. Al terminar la ceremonia cada uno volvía por sus caminos, frescos y totalmente renovado.
Esta claro, que si perdonar y perdonarse no es una cuestión sencilla, perdonar y más en público es un acto que requiere valor, amor y una autoestima alta. El perdón suponía una liberación y comprensión de los demás, aunque se arriesgaban a sabiendas que podía no ser así, al confesar esos actos podían sufrir consecuencias legales, la expulsión de la comunidad u otras pérdidas. Pero para el guerrero la mayor perdida podía ser el autoengaño en las relaciones con los demás.
El autoengaño es algo que llega a volverse cotidiano entre todos nosotros y aunque parezca asombroso no solo a los aprendices guerreros les cuesta darse cuenta de sus errores, algunos maestros también caen en el autoengaño al ser incapaces de reconocer el haber hecho daño a sus alumnos o a la propia comunidad. Todos somos seres humanos con nuestras pasiones y nuestros errores, incapaces a veces de ver algunos de estos errores ya que no los reconoceremos o no seremos conscientes de ellos.
Escribió Deepak Chopra que las heridas se originan en el pasado, pero se sanan en el presente y añadió “Las vidas adquieren pleno sentido gracias a la percepción, la empatía la tolerancia y el perdón”.
Y sobre el perdón seguía apuntándonos que en el momento en el que podamos identificar las heridas originadas en el pasado, debemos pedir que sean sanadas. Nos decía que una manera de hacerlo es con la fuerza más poderosa de la mente: el perdón. Y siguiendo con lo anterior añadía que a todos nos avergüenza la debilidad; sin embargo, gracias a la comprensión, aceptación y liberación de las heridas logramos perdonar. Y terminaba afirmándonos que así la vida adquiere pleno sentido gracias al perdón en el ahora.
Los sabios de la antigüedad nos decían que debemos aprender a perdonar liberándonos de la pesada carga de los juicios para sentirnos mucho más ligeros.
Coincidían en enseñarnos que al juzgar imponemos el bien y el mal a situaciones que simplemente están ahí. Al juzgar a los demás reflejamos nuestra falta de auto aceptación, por lo que lo justo es aprender que todo se puede entender y perdonar. Nos iremos dando cuenta que cada persona a la que perdonemos hará que aumente nuestro amor hacia nosotros mismos.
Podemos pensar que al final, el perdón es un maravilloso regalo que nos damos a nosotros mismos.
Eckhart Tolle nos enseña que “En el momento en que usted de verdad perdona, ha recuperado el poder que estaba en su mente. La falta de perdón es la misma naturaleza de la mente, igual que el falso ser hecho por la mente, el ego, no puede sobrevivir sin lucha y conflicto. La mente no puede perdonar. Sólo usted puede. Usted se hace presente, entra en su interior, siente la paz y quietud vibrantes que emanan del Ser.”
El maestro Tolle nos reafirma en la necesidad de estar consciente y entregarse antes de poder perdonar, y nos define el “Perdón” como un término que se ha usado durante dos mil años, pero la mayoría de las personas tiene una visión muy limitada de lo que significa. “Usted no puede perdonarse verdaderamente, o perdonar a los demás, mientras derive su sentido de sí mismo del pasado. Sólo accediendo al poder del Ahora, que es su propio poder, puede haber verdadero perdón. Esto hace impotente al pasado y usted comprende profundamente que nada de lo que haya hecho o que le hayan hecho pudo siquiera tocar en lo más mínimo la esencia radiante de quien usted es.”
“Cuando se entrega a lo que es y así se vuelve completamente presente, el pasado deja de tener poder alguno. No lo necesita ya. La presencia es la clave. El Ahora es la clave. “(1)
“Si no perdonas vivirás con tus enemigos, con tus heridas, con tus dolores.” Dr. Wayne Dyer.
“De modo que por un lado quieres olvidar y perdonar, porque la única forma de olvidar es perdonar, pero por otro existe una relación más profunda. A menos que comprendas esa relación, ni Jesucristo ni Buda te servirán de ayuda. Recordarás sus hermosas palabras, pero no pasarán a formar parte de tu modo de vida, no circularán por tu sangre, por tus huesos. No formarán parte de tu clima espiritual; te resultarán ajenas, algo impuesto desde afuera; al menos te atraen intelectualmente por su belleza, pero en lo existencial seguirás viviendo como siempre.” (2)
El doctor Dyer hablaba en sus libros muy a menudo sobre el perdón, el nos enseñaba que el perdón es bienestar, y que es el comienzo de la transformación.
El guerrero tiene como uno de sus fines el crecimiento espiritual, y perdonar es esencial para ello. La experiencia sobre alguien que nos ha intentado lastimar es un aprendizaje, ya que sabemos que al guerrero solo le lastima el que puede, no el que quiere. Si nos dejamos lastimar puede llegar a ser doloroso, pero esto no es más que un pensamiento o sentimiento. Estos pensamientos serán una energía pesada que ocupara un precioso espacio en nuestra vida. Si nos deshacemos de ellos, conseguiremos tranquilidad y en resumen más paz.
Una pequeña historia para entenderlo: El perdón y el olvido.
Un ex-convicto de un campo de concentración nazi fue a visitar a un amigo que había compartido con él tan penosa experiencia.
¿Has olvidado ya a los nazis? le preguntó a su amigo.
Si, dijo éste.
Pues yo no. Aún sigo odiándolos con toda mi alma.
Su amigo le dijo apaciblemente:
Entonces, aún siguen teniéndote prisionero.
«Acepta a cada persona tal y como es, perdónala sin dejar de ser tú mismo y sobre todo perdónate. Todo perdón empieza contigo mismo». (3)
Y vamos un poco más allá, ¿y si llegásemos como guerreros a no tener nada que perdonar?, ya que, “si lo comprendemos todo, lo perdonas todo”, nos apunta Anthony de Mello y añade, “que sólo existe el perdón cuando te das cuenta de que, en realidad, no tienes nada que perdonar.”
Nos lo razona así: “Nadie hay mejor ni peor que tú. Es posible que el otro haya obrado mal en determinada circunstancia y tú no, pero habrá sido por su programación, o por circunstancias anteriores que ahora le han hecho, por miedo, comportarse así. Todos tenemos las mismas inclinaciones, y la prueba es que, si nos molestan las fallas de los demás es, precisamente, porque nos están recordando nuestras propias fallas, y si nosotros no nos permitimos fallar (o no queremos reconocerlo), ¿cómo vamos a aceptárselo a los demás? En cuanto se reconoce lo propio, ya no molesta verlo en los demás.” (3)
Y para terminar Osho nos permite entrar en el verdadero significado del perdón. Nos dice que no es cuestión de cuántas veces: “el perdón simplemente significa que aceptas a la persona como es, que todavía lo amas de la forma que es. El perdón significa que no lo juzgas.
Pero ordinariamente pensamos que el perdón significa que sabiendo que ha hecho mal, todavía lo perdonas. Primero juzgas y luego perdonas. Tu perdón es falso. El perdón real es sin juicios… No hay rencor o quejas. No es realmente una cuestión de perdonar porque no hay enojo en primer lugar.” Osho al final nos da la clave para avanzar en nuestra evolución personal.
«Alguien debe arriesgarse a devolver la lesión con amabilidad, o la hostilidad nunca se convertirá en buena voluntad.» Lao-Tzu
REFERENCIAS
(1)- E.Tolle.- El poder del Ahora
(2)- Doctor Wayne Dyer
(3)- Anthony de Mello
Artículo anterior: La disciplina
3 mayo, 2021
Muy interesante.
Me parece complicado el perdón en algunas ocasiones.
Gran tema para debatir