Fecha límite

Los españoles decimos “fecha límite”pero los anglosajones dicen “dead line”o línea de muerte.

Imagen de Mohamed Hassan en Pixabay

Es como subrayar que el tiempo es un bien muy escaso y limitado, un lujo que no se puede comprar, que no hay dinero en el mundo que pueda comprar el tiempo.Sin embargo, la forma mas placentera de vivir es, precisamente, aquélla en la que no existen las “Dead lines” o fechas límite para algo, para cumplir con una obligación, las que sea.

En el Karate deportivo vemos que el Calendario obra como una dictadura sobre los Competidores, fechas limite de inscripción, de preparación, etc, etcétera. El tiempo es siempre una variable esencial en la ecuación, y además suele ser conocida, y por esa razón se le llama fecha límite.

En la preparación deportiva, o técnica, dada una fecha fijada de antemano en un Calendario federativo de Competiciones o de Exámenes, se adapta todo a ese limite de tiempo y se conoce como Planificación o Preparación. La materia técnica a dominar se periodiza y se pule con el entrenamiento, así como también la condición física necesaria para llegar a la fecha límite en las mejores condiciones posibles.

Todo eso, la Planificación y la Preparación marcan Hitos a conseguir dentro de los límites temporales que han de ser respetados.Pero el Karate entrenado y estudiado como un Arte Marcial no entiende de límites temporales, ni dé Hitos, ni de fechas límite.Es libre de todas esas limitaciones, porque sus límites son otros bien distintos: El pulido técnico y de conocimiento del Arte no es mas que una herramienta que busca un fin muy superior en la jerarquía de las Etapas, y que no es otro que el perfeccionamiento individual , y ese nunca tiene una fecha límite: Nos ha de acompañar hasta la tumba o la pira funeraria, es Desde ese punto de vista eterno en nosotros.Si entrenamos y perfeccionamos el Karate en nosotros mismos como el caminante que no tiene otra cosa que hacer mas que caminar un Camino que sabe que no tiene fin, que no tiene mas Dead line que la de su propia Vida, pierde el ansia por el Reconocimiento, que no tiene el menor valor, Ya que él es su propio Juez, y su Conciencia la vara de medir de sus logros.

Decimos que la lucha contra nuestro Ego es el objetivo, y sin embargo llenamos nuestro Camino de Dead Lines que marcan objetivos, grados, títulos,Campeonatos, etcétera, etcétera, etcétera.En realidad somos presas de nuestro fariseísmo que no admite el mero análisis lógico comparativo entre los “supuestos objetivos marcados “ es decir, la propia Filosofía que invocamos como Objetivo máximo a lograr, y la pírrica realidad de nuestra propia actitud contraria a ella.Seamos pues sinceros: Hemos edificado un Edificio que contiene en la ecuación variables y parámetros no cuantificables porque todos ellos tienden hacía el infinito cuando no les ponemos límites.

No podemos decir que luchamos contra nuestro Ego como objetivo a conseguir cuando no hacemos otra cosa que alimentarlo con grados y reconocimientos.

El Camino del Karate, puesto que es un Camino de perfección personal, necesita de renuncias y también de ser consecuentes con nuestros propios actos y mentalidad. Si el Camino del Karate es mas que una máxima vacía de contenido, un slogan, y es realmente un Shugyo, una peregrinación ascética, necesita de muchas renuncias y sacrificios personales, de aislarse o apartarse del mundo y la parafernalia que conlleva la Estructura creada en torno al Karate, las Organizaciones y Federaciones, y todo lo que eso conlleva, y dedicarse al entrenar y estudiar Karate con el máximo esfuerzo y dedicándole todo el tiempo, porque cuando el cuerpo descansa la mente medita, está activa y analiza críticamente las sensaciones que ha aprendido y percibido con el entrenamiento. Eso significa que uno ha de convertirse en lo que los chinos conocen por Hsien o Ermitaño.

Hubo personas que hicieron eso: Siguieron su Shugyo personal de autoperfección, incluso, como Mushashi, después de una vida dedicada a la perfección en la eficacia de su Arte y de haber puesto en riesgo su vida en mas de sesenta duelos a muerte. Musashi lo dejó escrito para la posteridad en su Gorin no Sho, mi libro de cabecera desde hace muchos años y que conservo en la edición original francesa de Mashumi Shibata que me acompaña desde hace más de cuarenta años.

Por lo tanto, dejemos el fariseísmo de lado, y entendamos que para ser realmente eficaces en la lucha contra nuestro propio Ego se necesitan muchas renuncias y mucha fuerza de voluntad.Lo demás, lo que hacemos todos habitualmente, con nuestras Dead Lines que nos llevan, como al toro al que se le lleva por un aro cogido por su nariz ,a veces en contra de nuestra voluntad, y por deseo e interés  que deberían estar para servirnos, y a los que encumbramos y permitimos gobernar nuestro tiempo y esfuerzo.

Tadashi Nakamura Sensei publico un libro en cuyo prólogo ha escrito el Maestro Zen Hakuyu Taizan Maezumi, Roshi, que analizando el libro dice:

“Escribe: “No hay un día de graduación del Dojo, el lugar de la iluminación, por lo que no existe la ansiedad de competir contra una fecha límite de ningún tipo”. Aquí veo su maravillosa visión y comprensión. No es solo el principio general de una forma bien refinada, como las formas de la ceremonia del té, el arreglo floral, la caligrafía, así como  de artes marciales  como el kendo, judo, aikido, kyudo y karate, sino que también es el principio básico del Zen que la práctica constante e incesante es esencial para la realización de la vida en cada momento. No tenemos un día de graduación sino la continuación de una vida renovada. Escuchemos más lo que dice. “La esencia de Karate-Do, sin embargo, está totalmente eliminada de la noción de ganadores y perdedores, trofeos y premios: el verdadero oponente de los estudiantes es el yo”. Veo un cierto paralelo en expresión con el maestro Zen Dogen, fundador de la escuela Soto Zen en Japón. Él escribe: “Estudiar la forma iluminada es estudiar el yo. Estudiar al yo es olvidarte de sí mismo. Olvidarse al Ser es ser iluminado por miríadas de dharmas. Y ser iluminado por miríadas de dharmas es liberar el cuerpo y la mente, así como la de los demás. Hay iluminación sin trazas; Permita que esta iluminación sin rastreo continúe para siempre “.

Al final, aunque muchos occidentales no sean capaces de percibirlo y busquen la inmediatez de la aplicación práctica desechando, dejando de lado una Cultura que en realidad no entienden, el Zen impregna todo en el Budo, como una de las tres corrientes filosóficas heredadas a través de China.

Dar a un botón y hacer que un rayo láser lea un DVD en el que otro rayo láser a codificado imágenes y sonidos es algo cotidiano en nosotros, sin embargo, la realidad es que eso que parece tan real y cotidiano es fruto de la aplicación de teorías y Principios teóricos como la Mecánica Cuántica, que es ardua de entender porque es el punto impensable en el que se han terminado por unir Filosofía y Ciencia Empírica.

Y eso es algo que no deberíamos olvidar, porque el Karate es muchísimo más que romperle los morros con efectividad y competencia a otros. Aunque, para entender eso, uno debería dejar de mirarse el ombligo y elevar su visión de las cosas de una manera mas general, pues el mundo está interconectado y es mas amplio que la visión corta de lo específico y lo concreto.

Ramon Fernandez-Cid

Author: Ramon Fernandez-Cid

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