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Funakoshi vs. Motobu:

No importa qué estilo de artes marciales persigas o cómo lo hagas, tu enfoque polarizará a las personas. Algunos practicantes respetarán y admirarán tus esfuerzos, mientras que otros explicarán alegremente por qué nunca deberías usar un gi nuevamente.

Las artes marciales afectan a las personas de una manera muy profunda y fundamental. Debido a eso, los puntos de vista divergentes sobre asuntos marciales pueden cambiar drásticamente para empeorar … rápidamente. Uno de los conflictos más famosos entre los principales exponentes de su arte fue entre los dos maestros de karate de Okinawa que ayudaron a iniciar la introducción del karate en la parte continental de Japón desde su remota isla donde se desarrolló: Okinawa.

La disputa fue entre Funakoshi Gichin y Motobu Choki. Ambos son hombres de gran fama y reputación, pero en la mayoría de los casos eran opuestos diametralmente.

Dos maestros con diferentes métodos
Funakoshi Gichin fue el iniciador del primer estilo puramente japones, que hoy se llama Shotokan Karate do. Razón por la cual Se le conoce comúnmente como el padre del Karate japonés, y con razón. Nadie hizo más para llevar el karate a la vanguardia en Japón, y los esfuerzos de Funakoshi para lograr que Karate fuera reconocido por el japonés Butokukai (la organización japonesa establecida por el gobierno para supervisar, preservar y promover las artes marciales en Japón) fueron inmensamente impresionantes.

Curiosamente, entre sus compañeros y maestros, Funakoshi nunca fue considerado un luchador o técnico dominante. Él ganó su reputación como un caballero de pensamiento elegante; un hombre de filosofía, habilidad lingüística, perspicacia política y, por supuesto, cierto talento en karate. En cuanto a las formas y la técnica … Funakoshi también demostró su sabiduría al asociarse en gran medida con uno de los grandes eruditos de la historia moderna: Mabuni Kenwa. La memorización de diversos katas por parte de Mabuni fue asombrosa, y muchos instructores de primer nivel vertieron su conocimiento sobre él como un cuenco, con la esperanza de que él pudiera ayudar a transmitir sus artes, que en algunos casos casi estaban moribundas.

Mabuni, como Funakoshi, era un hombre refinado en términos de educación formal y en el conocimiento del idioma japonés y las costumbres sociales japonesas. Quizás por eso se llevaban tan bien. Pero al otro lado del pasillo había un hombre a quien consideraban brusco y distante, pero también un hombre que era un extraordinario luchador con un poder tremendo. Este hombre era Motobu Choki, a menudo conocido como Motobu Saru (el Mono), llamado así por su gran agilidad, y quien a la postre demostraría ser el yang del yin siempre presente de Funakoshi.

El desarrollo de estos dos hombres fue tan diferente como sus personalidades. Desde un punto de vista clasista si se quiere, Motobu era de una clase más alta (la familia Motobu provenía de nobles de alto rango bajo la antigua realeza feudal de Okinawa) que Funakoshi. La familia de Funakoshi poseía un estatus menor, pero Motobu pertenecía a una de las líneas más fuertes de Okinawa. Fue su familia justamente, la que conservó y transmitió su arte de Ti, la Mano del Palacio (Motobu Udundi) (la línea de Choki es ahora conocida como Motobu-ryu) que supuestamente se enseñó al Rey de Okinawa y su círculo íntimo de nobles.

A pesar de esta diferencia de clase, el crecimiento de los dos hombres sería bastante opuesto a lo que cabría esperar. Motobu Choki, siendo el tercer hijo nacido, no tenía derecho al arte prestigioso de su familia (la enseñanza estaba reservada solo para el primer hijo), pero, al parecer, a menudo intentaba echar un vistazo al entrenamiento de su hermano mayor. Fue criado por su madre y no recibió la educación formal de su hermano mayor y hay algunas dudas sobre si sabía leer y escribir o, en ese caso, en qué medida. Esto puede haber engendrado resentimiento.

Con el tiempo, Motobu conservó y sumó varias técnicas que practicó golpeando el makiwara y probó su efectividad en las zonas más difíciles de Naha (no era algo raro entre algunos estudiantes de karate si querían medir sus habilidades), con lo cual se involucró en muchas peleas. Pronto su destreza creció, como también lo hizo su reputación de peleador.

Esta condición hizo que muy pocos maestros lo tuvieran en cuenta como estudiante. Pasaron muchos años de experiencia en solitario hasta que Motobu Choki comenzó a entrenar bajo la tutela de instructores de la talla de Matsumora Kosaku (Tomari Te), Ankoh Itosu (aunque después de un corto tiempo Motobu fue expulsado por su actitud) y Tokumini Pechin. A lo largo de su crecimiento y maduración, Motobu siempre fue considerado como un luchador temible, que se desarrolló más por su cuenta, sin haber sido considerado como discípulo de alguna línea específica. Aunque esto como se puede apreciar ya se sabe que no fue tan así.

En el lado opuesto estaba Funakoshi. Funakoshi, aunque no poseía la notable distinción de clase que poseía Motobu, fue un niño brillante y agradable, que se hizo amigo del hijo de Azato Ankoh. Azato (estudiante del legendario Bushi Matsumura) era un hombre de prestigio y considerado como uno de los maestros de Ti más destacados de su época (algunos lo acreditaron como el verdadero fundador del Shuri-te). Fue ex guardaespaldas del Rey de Okinawa, diplomático y también asesor. Le gustó la actitud que tenía el joven Gichin y de esta forma se convirtió en su primer maestro. Más tarde, Funakoshi estudió con otro líder del karate de Okinawa, Itosu Ankoh, quien introdujo por primera vez el karate en el sistema escolar de Okinawa y creó las formas Pinan, sin dudas un renovador que tendría una enorme influencia en el futuro de Funakoshi y en lo que posteriormente seria el karate japones.

Como estudiante, Funakoshi recibió una educación escolar clásica y finalmente se convirtió en maestro de escuela. Al igual que su instructor Ankoh Itosu, Funakoshi estaba a favor de las reformas japonesas y rápidamente se convirtió en un referente absoluto para que los japoneses vieran a este arte del karate con una identidad nacional, alejando así una trayectoria que hasta ese momento se apreciaba desde el punto de vista histórico bastante misteriosa.

Nota:
Lo que se aprecia acá no es un fenómeno nuevo. Me imagino que muchos lectores lo han experimentado. De hecho, este tipo de conflictos se remontan a los principios mismos del Ti. Uno de los primeros ejemplos esta en Sokon ¨Bushi¨ Matsumura (el gran maestro del karate hoy asociado al Shorin-ryu, guardaespaldas del rey de Okinawa) quien refiriéndose a la Mano del Palacio (supuestamente enseñado solo al Rey y los nobles de la corte más alta incluía muchas técnicas similares al aikido), lo consideraba como ligero, sin forma, y bastante incompleto.

Dos hombres de puntos de vista divergentes

Las diferencias entre Funakoshi y Motobu no eran sólo teóricas o de retórica. Tenían posiciones tan encontradas que no se aceptaban el uno al otro. Motobu consideraba que Funakoshi era bastante suave y superficial en su comprensión del karate. Observaba los cambios que estaba haciendo Funakoshi y los criticaba, diciendo que se alejaban del verdadero espíritu del Ti de Okinawa que este había visto y experimentado.

Funakoshi, por otro lado, miraba a Motobu con desdén debido a su constante comportamiento rudo y su aparente falta de gracia social. Funakoshi no creía que Motobu fuera un representante apropiado del karate. Funakoshi era un político natural. También un excelente organizador y hasta un filósofo si se quiere. Había sido educador en Okinawa, enseñó karate en escuela de Okinawa, hablaba japonés con fluidez y sus costumbres sociales eran absolutamente japonesas, y por si fuera poco se sentía muy cómodo en su papel de difusor del karate en esta sociedad. En contraste, Motobu había evitado la educación formal en Okinawa, por lo que nunca llegó a dominar el idioma japonés y menos su cultura. El karate de Motobu también fue en parte auto desarrollado entre la experiencia obtenida en clases personales obtenidas de parte de importantes instructores de karate como ya hemos visto, y en parte debido a su calidad de desarrollador y experimentador de lo que aprendía, algo que se acrecentaba y acreditaba en los callejones del puerto de Naha (Okinawa). La personalidad de Motobu también era mucho más directa, franca y de opinión seca y cortante. Tampoco era organizado, algo que se apreciaba en sus finanzas personales. A menudo dependía de otros para obtener ayuda, incluso apoyo para subsistir.

Hubo algunas supuestas reuniones de práctica entre Motobu y Funakoshi. Hay una incluso en la que Motobu se animó a entrenar con Funakoshi e intentar completar técnicas con él, (una historia un tanto controvertida que hasta puede ser del todo inexacta o no). Cuentan que a cada paso del entrenamiento, Motobu fácilmente tiraba a Funakoshi y frustraba todos sus esfuerzos. Esto, por supuesto, podría ser una historia un tanto folclórica, en fin, probablemente nunca lo sabremos a ciencia cierta.

Pero si hay una historia verídica y que ciertamente sucedió, giraba en torno a un combate de boxeo. Las exhibiciones de boxeo en Japón se habían vuelto muy populares (en casi toda Asia pasaron situaciones similares, con resultados varios). Muchas, como esta en especial, fueron catalogadas como un desafío entre el famoso boxeador de turno y cualquier artista marcial japonés que se atreviera a confrontarlo. Después de que Motobu fuese testigo de que los japoneses que se atrevían y aceptaban el desafío salían profundamente derrotados, se irrito tano que respondió a un desafío. Motobu, a pesar de su edad (algo más de 50 años), dejó inconsciente a un boxeador muy grande de un solo golpe. Sin embargo, cuando se informó sobre este evento en una edición de 1925 de Kingu (una popular revista nacional), fue la imagen de Funakoshi y no la de Motobu la que apareció, aunque el nombre de Motobu se informó correctamente. Algunos han sugerido que la razón de este error fue intencional, ya que el artículo fue escrito con una información aumentada por estudiantes de Funakoshi de ese entonces. Otra explicación es que la imagen de Motobu simplemente no estaba disponible y la revista la sustituyó con lo que tenía más a mano.

Sin dudas este error a Motobu lo molesto tremendamente. No obstante, finalmente este evento le dio a Motobu y a su karate un fundamental impulso. Motobu (radicado en Osaka) ganó una notoriedad casi instantánea y capto una gran cantidad de estudiantes. El Karate a su vez consiguió atención nacional. A pesar de ser un arte nuevo e importado de los confines de Okinawa (ahora absorbido por Japón), el karate demostró ser superior (al menos en este caso) sobre el arte occidental del boxeo. Desafortunadamente o afortunadamente también ganó la atención de algunos de los estudiantes de Funakoshi.

Todos estos factores y muchos más contribuyeron a la disputa entre estos dos karatekas de su tiempo.

En sí mismo, este es un estudio muy interesante que movilizo a dos hombres de gran importancia para el futuro desarrollo del karate japonés, estos no solo conocían la realidad de esta disputa, sino que también fueron estudiantes de ambos maestros.

Konishi Yasuhiro y Otsuka Hironori
En los círculos de karate japoneses, estos nombres son bien conocidos. Konishi Yasuhiro desarrollaría el Shindo Jinen Ryu y se convertiría en motor fundamental para la aceptación del karate dentro de las artes marciales japonesas tradicionales, y Otsuka fundaría y encabezaría el estilo del conocido como Wado Ryu.

Ambos hombres pasaron mucho tiempo estudiando con Funakoshi y ayudaron a la propagación de su karate en Japón.

Otsuka (también era un experto en Shindo Yoshin Ryu Jujitsu) y fue uno de los primeros estudiantes japoneses de Funakoshi. En 1924 acompañó a su maestro a la sala de entrenamiento de kendo de Konishi en la Universidad de Keio (Konishi también era un experto en jujitsu e instructor de kendo) con una carta de presentación solicitando que se le permitiera comenzar a enseñar su arte en el dojo de Konishi. Konishi entendió el valor del nuevo arte y quería estudiarlo, consintió y ayudó a Funakoshi a establecerse en Japón. Konishi también ayudó a Funakoshi a establecer un club de práctica de To-te en la Universidad de Keio (el primer club universitario de karate en Japón) y junto con Otsuka se desempeñaron como instructores.

Konishi igualmente ayudó a Motobu. También estudió con él y ayudó económicamente a Motobu mediante la organización de seminarios, sesiones de capacitación y la organización de la Sociedad de Apoyo de Choki Motobu, a través de la cual Motobu podía cobrar una cuota. Konishi también actuaba como traductor para Motobu (Motobu no habla bien japonés).

Según la mayoría de las historias, se afirma que Konishi y Otsuka deseaban tomar los aspectos básicos, formas y condición física desarrollados por Funakoshi y sumarlos a sus propios conocimientos de jujitsu, así también con la temida destreza en el combate de Motobu. Motobu también se había convertido en uno de los practicantes más famosos del kata Naihanchi (considerado durante mucho tiempo como la piedra angular del Shuri-te) y era un kata muy estudiado para comprender los aspectos más profundos y funcionales, aspectos combativos de la tradición del Ti.

No necesitamos estirar nuestra imaginación para darnos cuenta de lo que Funakoshi y Motobu debieron haber pensado acerca de la influencia que ellos ejercían en estos dos jóvenes. La actitud de Konishi y Otsuka de buscar instructores altamente calificados en áreas particulares no era para nada inusual, y de hecho, se podría decir que era parte de la tradición cultural de Okinawa.

Por supuesto, cuando se observa está situación a través de una lente japonesa, estas acciones eran casi impensables. Los Ryu / Ha, de las artes marciales japonesas Koryu (antiguas artes del samurai japonés) eran altamente reservados y exclusivos, un hábito nacido de siglos de lucha interna e identificación rígida de clase. La idea de ir a otro instructor no era aceptable y especialmente si uno de los maestros odiaba al otro.

Sin embargo, esto es lo que sucedió con Konishi y Otsuka y ambos se convirtieron en practicantes altamente capacitados y refinados.

Un conflicto de culturas
Como hemos visto, Funakoshi y Motobu no eran miembros del club de fans de cada uno. Sin embargo, vemos ejemplos de la antigua cultura de Okinawa que sobresalen: compartir y entrenar a pesar de las diferencias. Al mismo tiempo, vemos los inicios de la influencia japonesa a medida que cada rama de karate se denominaba, etiquetaba y seccionaba. Konishi y Otsuka vivieron en un momento interesante donde su deseo de mejorar su aprendizaje les permitió ver dos visiones complementarias entre sí. Hoy seria del todo imposible ya confronta con la tendencia que ha tomado la historia para identificar a el karate moderno.

Este conflicto de intereses existe hoy en día, ya que vemos cómo se desarrollan las mismas disputas y la misma actitud de etiquetar y confinar cada estilo.

Gerardo Balves

Author: Gerardo Balves

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1 Comment

  1. Avatar

    La contradicción es buena, porque es la que induce al desarrollo. Pero para que eso ocurra, cada punto de vista tiene que estar bien sustentado y orientarse a una buena intención de beneficio común. Por el contrario, si las divergencias no tienen sustento, o si obedecen a otros intereses, sólo generarán conflicto, división y atraso, lo cual perjudica no sólo a las personas involucradas en la actividad, sino también a la actividad en sí misma.

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