Kata y el Kumite:¿Dos Caras de una Misma Moneda?

Roberto Gonzalez Haramboure. PhD. Hanshi

«Lo menos que podemos hacer en favor de algo, es conocerlo”

Sabemos que el Karatedo, al igual que casi toda arte marcial, se compone de las kata (ejercicios formales) y el kumite (ejercicios de lucha). Los katas son combates imaginarios contra uno o varios adversarios, en los que se integran movimientos de ataque y defensa en un marco prestablecido; y el kumite es un contexto en el cual se aplican los movimientos defensivos y ofensivos dentro de situaciones reales e impredecibles.

Según Nicol, C. W. (1979), planteando lo que podría haber sido el origen de las primeras katas, expresó que: “Desde los inicios de la historia, según cuentan las pinturas rupestres, la habilidad para las pelea ha sido trasmitida mediante la práctica ritual. Cuando el cazador prehistórico regresaba al campamento después de un encuentro con un adversario o animal salvaje, podía demostrar su proeza, actuando mejor que hablando. Bailaba, exagerando y repitiendo los movimientos. Guerreros jóvenes y niños copiaban las danzas, las ampliaban, complejizan y las coleccionaban luego de ritualizarlas. Constituían un adiestramiento soberbio, pues en ellas el guerrero podía enmendar el estilo, y desarrollar la habilidad de un maestro.”

Ahora bien, como mismo plantea el referido autor y un criterio muy aceptado internacionalmente, las kata y el kumite se complementan mutuamente. Al respecto se supone que en las katas se aprenden y perfeccionan los movimientos, para luego aplicarse racionalmente en el kumite para dar solución a una situación concreta. No obstante, de ser así, merece la pena detenerse en dos aspectos importantes que en la actualidad ocurren:

1. ¿Porqué, si en esencia ambas modalidades son dos formas de expresión de la misma esencia, hay personas que aman una de ellas y odian (o no se interesan) por la otra?

2. ¿Porqué, aún cuando muchas personas aman ambas modalidades, tienen éxito en una y la otra no?

Esos aspectos reales y muy frecuentes nos obligan a analizar más de cerca cada una de esas modalidades…y su relación, porque quizás la respuesta a esas preguntas radique en que realmente ambas no sean tan iguales como se supone.

Análisis

“No siempre las partes hacen el todo”

Si comparamos la kata y el kumite con respecto a las principales direcciones del entrenamiento vemos que:

Direccion
Kata
Kumite

Física
Tanto por el volumen (cantidad) como la intensidad (dificultad) del trabajo, se aprecia que ambas modalidades coinciden en desarrollar los mismos planos musculares, sistemas energéticos y capacidades físicas entre otros aspectos.

Técnica
Busca la ejecución del movimiento basado en los patrones clásicos.
La ejecución varía según la distancia, tiempo, dirección, posición inicial, acciones anteriores y siguientes y zona de ataque entre otros aspectos.

Táctica
Prácticamente nula, por cuanto se realiza dentro de un marco fijo y prestablecido.
Muy amplia y diversa, en dependencia de las situaciones que se presenten.

Psicológica
Prevalece la concentración de la atención basada en reflejos condicionados y estereotipos dinámicos ya creados con un automatismo mecánico.
Prevalence la dispersión de la atención con gran creatividad y espontaneidad.

Veamos: de cuatro aspectos solo coincide uno. ¿No muy bien eh? Algo debe hacerse. ¿pero qué?

Ante todo debe partirse del criterio que, para garantizar una mayor congruencia entre las modalidades de las artes marciales, algo debe modificarse (mejorarse). En ese caso la deficiencia se constata en la katas y no en el kumite, por lo cual ese será precisamente el campo de acción específico del presente documento.

El primer aspecto (físico) realmente no necesita ser modificado, por cuanto muestra una total congruencia entre las modalidades y ademas los elementos que desarrolla en relación con la esencia bioquímico fisiológica del arte marcial son pertinentes.

El segundo aspecto (técnico), aún con las diferencias inter modalidades que encierra, sería un error modificarlo, por cuanto podrían afectarse los patrones originales del movimiento. Esto no solo afectaría al kata en sí mismo sino a la acción ulterior en el combate, además de atentar contra la esencia biomecánica del arte marcial.

En cambio los aspectos tercero y cuarto (táctico y psicológico) si deben ser modificados, no solo para que coincidan más entre sí, sino para que brinden un mayor beneficio al practicante. Seguidamente se exponen las razones que fundamentan la necesidad de un perfeccionamiento.

Fundamentación

“Todas las cosas que no cambian, pierden la oportunidad de ser mejores.”

La frase antes expuesta, conjuntamente con los aspectos analizados, constituye el pilar fundamental que avala la decisión de modificar algunos elementos de las katas de las artes marciales. Pero aún con esta realidad, las artes marciales estan formadas por una serie de paradigmas que ofrecen una tenaz resistencia ante los cambios, por asumir que ello afecto la esencia y tradicionalidad. Sobre esa idea merece la pena recordar que la tradición proviene del latín traditio, y éste a su vez de tradere, «entregar». Es tradición todo aquello que una generación hereda de las anteriores y, por estimarlo valioso, lega a las siguientes. Se considera tradicionales a los valores, creencias, costumbres y formas de expresión artística característicos de una comunidad, en especial a aquéllos que se trasmiten por vía oral. Lo tradicional coincide así, en gran medida, con el folclore o «sabiduría popular».

Con respecto a ello el poeta Vicente Aleixandre en su discurso de recepción del premio Nobel destaca que la visión conservadora de la tradición ve en ella algo que mantener y acatar acríticamente. Sin embargo, la vitalidad de una tradición depende de su capacidad para renovarse, cambiando en forma y fondo (a veces profundamente) para seguir siendo útil. Termina destacando la importancia de la capacidad creadora de la tradición al escribir: Tradición y revolución, he ahí dos palabras idénticas.

Las artes marciales, según la Enciclopedia Wikipedia, se definen como: “prácticas codificadas que tienen como objetivo el someter o defenderse mediante diversas técnicas que colocan a un oponente o varios en situación de inferioridad.” No obstante casi todas las artes marciales, en al actualidad, se expresan fundamentalmente en sus dos vertientes: tradicional, equivalente a educación (que prioriza el proceso); y moderna, equivalente a deporte (que prioriza el resultado o producto). Veamos cada una de ellas en detalle.

En la vertiente educativa de las artes marciales, donde se prioriza el perfeccionamiento integral del ser humano, se reafirma la esencia genérica de la Educación al ser definida por Danilov, M. A. – Skatkin, M. N. (1980) como el: “conjunto dinámico y complejo de actividades sistemáticas, mediante el cual se interrelaciona la acción de los educadores y educandos y está encaminado a la formación y desarrollo del colectivo, así como de cada uno de sus miembros individualmente.” De ella, un aspecto vital consiste en el curriculum, que según Pansza, M. (1996) es una: “serie estructurada de conocimientos y experiencias de aprendizaje, que de forma intencional se articulan con la finalidad de producir aprendizajes que se traduzcan en formas de pensar y actuar frente a los problemas concretos que plantea la vida social y la incorporación al trabajo.” En este caso el curriculum se corresponde con los contenidos que debe recibir desarrollar el alumno asi como las actividades a desarrollar con ellos, para avanzar en cada uno de los niveles técnicos y concretar su educación bajo la respectiva doctrina.

Pero resulta de gran importancia a la hora de seleccionar un contenido así como de aplicarlo, recordar el criterio de Martínez, R. (1999) al definir un curriculum con un diseño pertinente como: “Aquella propuesta curricular que da respuesta favorable a las exigencias del desarrollo científico-técnico de la época, del sistema social y las derivadas de la actividad profesional.” Al respecto, dentro de los indicadores para evaluar la pertinencia de un curriculum esta autora plantea: “Mostrar sistematicidad en el tratamiento de los contenidos buscando núcleos esenciales.”, y: “Dirigirse a una integración de contenidos.” Estos indicadores coinciden con el criterio de González, O. (1995) al referir que: “Uno de los problemas de mayor trascendencia que enfrenta la enseñanza actual está relacionado con los criterios de selección y organización de la información científico-técnica en planes y programas de estudio, con la selección de las vías y los métodos con fines de aprendizaje. De aquí que una de las cuestiones ineludibles al organizar y realizar el proceso de enseñanza sea el de la determinación de los contenidos, su selección y estructuración, sistematización, su ordenamiento según determinados criterios, su dosificación”.

Es precisamente en ese sentido que debe buscar una mayor correlación entre las influencias del kata y el kumite (de hecho los principales contenidos de casi toda arte marcial), para que entre ambos contribuyan de una mejor manera a la educación de sus practicantes.

Por su parte, al asumir el Karatedo u otro arte marcial como deporte de combate, pasa a ser una actividad que propicia un trabajo físico y psíquico, y se define por la reglamentación de su práctica y su carácter competitivo. En ese caso Ozolin, N. G. (1970) afirma que el entrenamiento deportivo debe ser visto como un sistema, y lo define como: “La unidad objetiva sujeta a las leyes de los objetos ligados entre sí, o al todo compuesto de partes, organizados conforme a una determinada ley o principio”.

Al integrar las esferas en las cuales se expresan las artes marciales (Educación y Deporte) encontramos la Pedagogía deportiva, reconocida como: “la ciencia de la educación que se encarga de estudiar los procesos de instrucción y de formación integral de la personalidad del individuo, a través del desarrollo de las capacidades físicas e intelectuales, además de las habilidades motrices deportivas, influyendo igualmente de manera positiva en la conducta social de éste”.

Esta premisa de integración de contenidos y constante desarrollo no son muy aplicables a las kata del Karatedo, como seguidamente se puede apreciar mediante ideas muy difundidas al respecto como:

– Deben hacerse sin variaciones respetando sus patrones originales de movimiento.

– Ellas contienen todos los movimientos del Karatedo, y son la base para el kumite.

Para el primero de los casos se observa el planteamiento de Vidal N. (2008) Al declarar: “Los movimientos y técnicas que encontramos en cada Kata son modelos cuya eficacia fue puesta a prueba a través de períodos de enfrentamientos: fueron ensamblados en secuencias para sistematizar y para encontrar una metodología de enseñamiento lo más práctica posible. Muchas de las formas usadas hoy fueron introducidas entre 1600 y 1950 de China a Okinawa ya que en Oriente el Kata era el único medio para la instrucción de los aprendices”. Al respecto surge una interrogante elemental: “¿hasta qué punto lo que fue eficaz en un lugar y momento, lo sigue siendo aquí y ahora? No estimamos oportuno detenernos en esa respuesta, por cuanto la constante evolución de la vida diaria en todas las esferas ya se encargó de refutarla.

Para el Segundo caso, el propio Vidal, N. (2008) aludiendo al texto «Budo, mi camino en las Artes Marciales» de Sensei Bruno Silvio Abregú, refiere las palabres de Mabuni Sensei: “El Karate comienza y termina con el Kata. En estos ejercicios podemos encontrar todas las técnicas y caracterizan la verdadera esencia, no solo del Karate como Arte Marcial, también representan la base y originalidad de los varios estilos de Karate.” El propio autor continúa refiriendo que: “Las intenciones en el entrenamiento del Kata tratan áreas específicas tales como el promover el desarrollo de las combinaciones en el terreno de combate, el desarrollo físico (musculatura, articulaciones, equilibrio), los reflejos y la capacidad para moverse con rapidez, el ritmo y el dinamismo, la respiración y la armonía, etc..” Vidal, N. Citando al maestro Funakoshi en su obra Shoto Nijukun, plantea el principio de guía: Kata Wa Tadashiku Jissen Wa Betsu Mono o El Kata debe ejecutarse sin cambio y correctamente, en la lucha real se aplica lo contrario.

Respetando el criterio de ese autor, al respecto merece la pena valorar, primero, la posibilidad de desarrollar un reflejo en ausencia total de un estímulo; y Segundo, es igualmente cuestionable el hecho de declarar que en las katas se pueden desarrollar las combinaciones para el combate (que son impredecibles e infinitas), siempre que la práctica de las kata sea prestablecidas y solo unas pocas (en comparación con el kumite).

Profundizando en esas valoraciones personales creemos oportuno citar a Tokitsu, K. (2008) cuando refiere: “¿Cuál es la utilidad del kata? Para realizar eficazmente el combate es esencial aprender las sutilezas concernientes a la toma de distancia, la puesta en práctica de la cadencia y el ritmo. ¿En que kata podéis aprender estos elementos esenciales del arte de combate?

En los katas la diferencia y la especificidad de las escuelas aparecen netamente. Pero cuando miráis las formas de combate de las competiciones no hay tal diferencia entre los combatientes de las diferentes escuelas. ¿Por qué?

Se aprenden las técnicas casi codificadas con los katas, pero algunas de ciertas escuelas no son aplicables, sus formas técnicas están demasiado alejadas de la realidad del combate. En estos casos se justifica diciendo «en el kata se hace así pero en la aplicación hay que hacerlo diferente añadiendo tal o cual movimiento».

¿Por qué entonces no se hace desde el comienzo técnicas aplicables?
En las competiciones deportivas del Karate hay una diferencia neta entre el kata y el combate. En las federaciones oficiales de algunos países los dos grupos están claramente divididos. Se encuentra por un lado el equipo de combate y por otro el de katas. El entrenador aconseja a los miembros de su equipo de combate no practicar los katas porque adquirirían hábitos negativos para combatir eficazmente. El kata se concibe aquí como una traba y no como un elemento positivo para aumentar la capacidad de un karateka. ¿Entonces porqué se dice que la esencia del Karate está en los katas?

Constatamos fácilmente que no hay ninguna relación entre los resultados de una competición de combate de una escuela y la claridad del bunkai de sus katas.”

El propio Tokitsu, K., muy acertadamente, referire que: “Para hacer un verdadero trabajo técnico, cae de su propio peso que es necesario estudiar todas estas posibilidades, por que es así como la técnica puede llegar a ser realmente operativa, variable dependiendo de las situaciones.”

Los fundamentos recopilados, y conciliados, nos permiten arribar a las siguientes conclusiones parciales.

Conclusiones parciales

Hasta aqui se ha podido demostrar que desde los dos contextos en los que se desenvuelve el Karatedo y las artes marciales en general se coincide en la necesaria integración total de los contenidos (kata y kumite) hasta el momento no logrados. En ese sentido, para el caso especifico de los aspectos susceptibles a modificar en las katas (tácticos y psicológicos), estamos convencidos que es una muy acertada decisión limitar la ejecución de series prestablecidas heredadas, y por el contrario promover la libertad de creaciones propias. Esta alternativa, incluso cuando no se utiliza mucho, ha estado presente desde el mismo inicio de las kata (o serie de movimientos de lucha), ya que como mismo expresa el citado autor Nicol, C.W, los antiguos guerreros copiaban los movimientos, y antes de coleccionarlos, ritualizarlos y utilizarlos ulteriormente como adiestramiento: “ los ampliaban y complejizaban”

Para ello nos basamos, además, en el criterio de Piaget, J. al referir que: “El fin principal de la educación es el de crear hombres capaces de hacer cosas nuevas y no repetir simplemente lo que otras generaciones han hecho. El segundo fin de la educación es formar mentes capaces de criticar, de verificar y de no aceptar todo lo que se les ofrece.” Muy en congruencia con esa idea, esta la Teoría del Constructivismo defendida por Kraftchenko, O. – Hernández, H. (1999), se parte de la mediante la cual se concibe al conocimiento como una construcción personal que realiza el hombre en interacción con el mundo circundante. Cada persona “construye” su realidad, su representación del mundo, en función de su viabilidad.

Trabajando de esa manera no solo la kata estará dando un paso adelante con sus beneficios del kata al kumite, al practicante y al arte marcial en sí misma; sino quizas tambien en el acercamiento del karatedo al cuadro olímpico. Al respecto recordar que otras artes marciales devenidas deporte de combate como el Taekwondo y Judo (sin animo de criticarlos) han asumido el camino mas fácil: eliminarlas de la competición para priorizar el combate. Esa es una decision hasta cierto punto inteligente pero ¿como imaginar el karatedo sin katas? Luego entonces, debe buscarse otra solución. En este articulo se propone una estrategia que, si bien es cierto que puede no ser la mejor, al menos es la mejor que el autor ha podido encontrar hasta el momento.

Con los criterios expuestos en el presente trabajo (que si bien es cierto se muestran fundamentalmente para el Karatedo pero son aplicables a toda artes marciales) no es nuestro interes ser tildados de anti-tradicionalistas. Por el contrario, quien haya leido nuestros trabajo es consciente de que en todos y cada uno de ellos tratamos de mantener la tradición…pero de un modo pertinente. De hecho uno de nuestros principales trabajos utilizados para la tesis doctoral, fue precisamente defendiendo el aspecto más tradicional y controvertido de las artes marciales: la energía internal. Al respecto no me averguenza declarar que luego de 11 años de estudio al presentar el trabajo no fue aceptado por falta de sustento, pero tres años más tarde el mismo fue aprobado por unanimidad.

Para usted estimado lector y colega en la enseñanza de las artes marciales, no tema no tema romper esquemas (siempre y cuando se fundamenten en teoria y se demuestren en la practica) Recuerde la frase que enuncia: “Cambiar de idea no es vergonzoso, vergonzoso es no tener ideas para cambiar”. Aún más, aquellos que asuman este nuevo reto podrán considerarse maestros de vanguardia con respecto a los que se abstengan a este cambio (evolucion), si tomamos como referencia el criterio de Philippe Greffet, (Citado por Solá Mendoza 1998), al referir que «…defender los métodos de enseñanza tradicionales representa hoy día un combate de retaguardia, una resistencia absurda destinada al fracaso; es confesar que uno es incapaz de adaptarse al ritmo vertiginoso de nuestra época, puesto que en este mundo que acelera su marcha, las viejas estructuras caducan y las costumbres tradicionales son trastocadas.»

Fuente: Red Marcial
Autor: Roberto Gonzalez Haramboure. PhD. Hanshi
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Roberto Gonzalez Harambouren

Author: Roberto Gonzalez Harambouren

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2 Comments

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    Despues de leer el articulo no me ha quedado claro cual es el cambio para los katas que cree el autor que es el adecuado. Se sugiere o se insinua, pero yo creo que seria mejor dejarlo mas explicito y asi podriamos opinar sobre ello.

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      En breve publicaremos la segunda parte del articulo y esperamos que te sirva de aclaración. Gracias.

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