Marketing y Karate III – El producto (Primera parte)
May19

Marketing y Karate III – El producto (Primera parte)

Angelica Velasco Torres El primer artículo trataba de la oferta, el segundo, de la demanda, el tercero, cómo no, del producto. Siempre he defendido que los que amamos el Karate tenemos un producto fabuloso en las manos, dispuesto para ser vendido. Sin embargo, éste es el artículo que más problemas me ha dado para ser escrito. ¿Por qué? Porque el Karate es algo diferente para cada uno. El que nunca se ha acercado al Karate, verá un mundo violento, de confrontación contínua. El neófito que ha visto el Karate de Hollywood y Youtube, verá en nuestro arte un mundo esotérico y misterioso, lleno de movimientos ágiles, de coreografías imposibles y de buenos y malos. El que lo dejó en la niñez o la adolescencia sentirá nostalgia de un mundo idealizado de relaciones entre compañeros, de amiguetes, de un profesor duro pero amable al mismo tiempo. El deportista asíduo verá largo recorrido que le habrá ayudado a mantener en forma el cuerpo, y por qué no, la mente. El competidor verá, además, victorias y derrotas, trofeos en las estanterías… Como es muy difícil definir el Karate de forma universal, sólo puedo hablar por mí, desde mi punto de vista y mi experiencia. Empecé a hacer Karate porque no me gustaba el ballet. Cuando era muy pequeña, mi colegio estaba en las afueras de Madrid, eso quiere decir que mis amiguitos del «cole» estaban repartidos por los cuatro costados de la región. Al ser hija única, mis padres decidieron que podría practicar alguna actividad extraescolar,para conocer gente del barrio. Como soy una chica, me apuntaron a clases de ballet. Ya desde el principio, algo no cuajaba. Y aunque con el tiempo descubrí similitudes entre las dos disciplinas, en aquél momento todo lo que sabía era que no quería ir al estudio de ballet ni atada. Por aquellas fechas, los hijos de un compañero de trabajo de mi padre habían empezado a hacer Karate, y estaban encantados. Fue mi padre el que convenció a mi madre que las escenas de lloros y protestas por el ballet podrían solucionarse si cambiara de actividad. Terminé vestida de blanco, con un cinturón del mismo color, en un gimnasio de Madrid. Ese gimnasio cerró sus puertas y me llevaron a otro, y luego a otro, hasta que terminé en uno que no cerró, y en el que entrené varios años. Con el tiempo, las circunstancias personales cambiaron, y dejé de entrenar, pero nunca me quité el gusanillo de volver algún día y terminar lo que había empezado, pues en mi ignorancia, como tantos otros, identificaba la obtención del cinturón negro como el final del camino, y...

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Marketing y Karate II – Clientes
May01

Marketing y Karate II – Clientes

Angelica Velasco Torres En esta entrada quedaron identificados los «vendedores» de nuestro producto: el Karate. Ahora vamos a ver quiénes son los clientes. Una de las partes más difíciles de organizar una campaña de marketing, ventas y comunicación es, precisamente, la segmentación del mercado, pues toda la comunicación posterior se basará en cómo hayamos etiquetado las necesidades y los deseos de nuestros clientes. La respuesta obvia es: el deportista. Pero no es el único. Si definimos un cliente como aquél que accede a un producto o servicio por medio de una transacción financiera u otro medio de pago, los clientes en el caso que nos ocupa son más. En primer lugar, el Estado. El Estado, como ya vimos, ofrece Deporte a sus ciudadanos financiando a las Federaciones deportivas, mediante polideportivos, campañas educativas o de fomento de la práctica de alguna actividad, organizando o financiando eventos, etc. Nuestro objetivo debe ser que la actividad elegida sea la nuestra. Así, Federaciones, deportistas y clubes, nos convertimos en potenciales vendedores de nuestro producto al Estado. La imagen, los resultados deportivos en competiciones nacionales o internacionales, la fisiología y las características de un deporte son fundamentales a la hora de decidir qué actividades potenciar. El Karate debe diferenciarse de las demás opciones para conseguir calar en las Administraciones. Además del Estado, tenemos a los clubes. Los clubes y gimnasios donde se imparten clases de Karate pagan una licencia anual a las Federaciones. Ellos deciden qué actividades se llevan a cabo en sus instalaciones. Lo más lógico es que se impartan clases que resulten atractivas al público. El culto al cuerpo y a la salud está de moda en una sociedad como la nuestra. En los últimos años hemos visto aparecer clases de yoga, Pilates, «spinning» y otros en la mayoría de los centros deportivos privados. ¿Por qué no Karate? Un club abierto es una fuente potencial de practicantes de Karate. No obstante, el club necesitará un monitor o un profesor para impartir las clases, y la garantía de que la creación de un grupo de Karate atraerá clientes a su centro. Las Federaciones tienen un gran trabajo en este sentido, potenciando el Karate en los colegios para crear afición y futuros clientes de los clubes privados. Otra tarea importante es la formación de monitores y entrenadores profesionales y la generación de una bolsa de trabajo donde los clubes y los monitores puedan encontrarse. Cuanto más facilidades se den a los clubes para encontrar personal cualificado, más oportunidades de crear un grupo de Karate. En tercer lugar tenemos a monitores y entrenadores. Sin personas que impartan las clases, no hay clases. Esto, que suena...

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Marketing y Karate I – Vendedores
Abr27

Marketing y Karate I – Vendedores

Angelica Velasco Torres Este es el primero de una serie de artículos que estoy preparando sobre cómo creo que deberían de hacerse las cosas en las Federaciones de Karate para acercarse al público. Partiendo de la premisa de que el Karate es un producto que queremos vender vamos a identificar, primero, a los diferentes actores que intervienen en este proceso de venta. El vendedor: El Vendedor es el que pone un bien o servicio a disposición del público. En el caso que nos ocupa tenemos varios posibles vendendores. El Estado: El Estado es el principal interesado en que sus Ciudadanos estén sanos y activos para que puedan seguir contribuyendo, en forma de cotizaciones, al bienestar del país. Una de las formas de lograrlo es la práctica continuada y regular de algún deporte. A través de organismos como el Consejo Superior de Deportes, las Concejalías de Deportes de los ayuntamientos y otros organismos oficiales, el Estado promueve la práctica deportiva, ya sea en forma de subvenciones a las distintas Federaciones, como en forma de organización de eventos o de campañas de comunicación. A este nivel, el Estado (entendido como Gobierno estatal, autonómico o municipal) podría contribuir, con costes mínimos, a la buena imagen de un deporte como el nuestro. Por ejemplo, cediendo la gestión de un centro deportivo municipal o local a una Federación que, a cambio, disfrutará de un local adecuado donde realizar sus actividades. O promoviendo la práctica de Karate en colegios, institutos y universidades públicas convirtiendo el Karate en una parte del curriculum escolar. O también, contribuyendo a la organización de los eventos que se celebren, por ejemplo, poniendo a disposición de los asistentes autobuses públicos para los desplazamientos (como ha sucedido recientemente en Zagreb). Mediante la promoción en escuelas y colegios, el Estado obtendrá mejoras en la salud de sus ciudadanos, además de la imagen de que se preocupa por el bienestar de su gente. Además, la práctica de deporte genera empleo (en forma de creación de empresas, formación de profesores, y personal relacionado). Por otro lado, esas empresas generarán riqueza para los municipios en forma de impuestos. Mediante la organización de eventos, el Estado puede mejorar su imagen a nivel local, nacional e internacional. Por ejemplo, un campeonato internacional atrae mucha gente entre deportistas, técnicos y público, generando ingresos a nivel local en hostelería y transportes y mejorando la imagen de la ciudad o el país en el extranjero y generando empleo a nivel local en temporadas bajas para el turismo. Las Federaciones: Una de las principales fuentes de ingresos de las Federaciones es el Estado, otra son las licencias de sus deportistas. Así, las Federaciones...

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