No dividas y reinarás
Cuentan que lo único que cierto sabio sufí dejó en herencia a sus cinco discípulos fue una hermosa alfombra de oración cuadrada. Cuando hubo pasado el duelo por la muerte de su maestro, los discípulos decidieron separarse. Cada uno quería quedarse con una parte de la alfombra como recuerdo, pero no sabían cómo dividirla. Discutieron durante largo tiempo para encontrar la solución. No les gustaba la idea de partirla en cinco bandas. Ellos preferían dividirla en cinco pedazos cuadrados ya que de esa forma podrían honrar mejor las enseñanzas de su maestro. Sin embargo, a ninguno de ellos se le ocurrió una solución aceptable, de modo que continuaron juntos, y juntos siguieron orando ante la alfombra. Maestro: el legado que deja este maestro no fue material (la alfombra), sino dio la inteligencia para pensar que la mejor solución era seguir rezando juntos (algo que quería el maestro). Fuente: Contarcuentos.com, Cuentos Sufis, la filosofía de lo simple Foto...
El sufrimiento de Kisagotami
En tiempos de Buda, murió el único hijo de una mujer llamada Kisgotami. Incapaz de soporta siquiera la idea de no volver a verlo, la mujer dejó el cadáver de su hijo en la cama y durante muchos días lloró y lloró implorando a los dioses que le permitieran morir a su vez. Como no encontraba consuelo, empezó a correr de una persona a otra en busca de una medicina que le ayudara a seguir viviendo sin su hijo o, de lo contrario, a morir como él. Le dijeron que Buda la tenía: Kisagotami fue a ver a buda, le rindió homenaje y le preguntó: -¿Puedes preparar una medicina que me sane este dolor o me mate para no sentirlo? -Conozco esa medicina-contestó Buda-, pero para prepararla necesito ciertos ingredientes. -¿qué ingredientes?-Preguntó la mujer. -El más importante es una vaso de vino casero- dijo Buda. -Ya mismo lo traigo- Dijo Kisagotami. Pero antes de que se marchara, Buda añadio: -Necesito que el vino provenga de un hogar donde no haya muerto ningún niño, cónyuge, padre o sirviente. La mujer asintió y, sin perder tiempo, recorrió el pueblo, casa por casa, pidiendo el vino. Sin embargo, en cada casa que visitaba le sucedía lo mismo. Todos estaban dispuestos a regalarle el vino, pero al preguntar si había muerto alguien, ella encontró que todos los hombres habían sido visitados por la muerte. En una vivienda había muerto una hija, en otra un sirviente, en otras el marido o alguno de los padres. Kisagotami no pudo hallar un hogar donde no se hubiera experimentado el sufrimiento de la muerte. Al darse cuenta de que no estaba sola en su dolor, la madres e desprendió del cuerpo sin vida de su hijo y fue a ver a Buda. Se arrodilló frente a él y le dijo:-Gracias… comprendí Foto portada:...
Felipe Hita Fidalgo
Fecha de nacimiento: 6 de Junio de 1958 Lugar de nacimiento: Madrid Residencia: Madrid Estilo: Shito-Ryu Profesión: Profesor de Karate Grado: 5º Dan Me llamo Felipe Hita Fidalgo, nací en Madrid un 6 de Junio de 1958, hace ya la friolera de 53 años, mi familia es de origen humilde donde todos los hermanos hemos trabajado desde muy jóvenes. Mis primeros pasos en el deporte fueron en el fútbol como casi todos los niños de la época, primero jugando entre los chicos del barrio y a medida que fui creciendo empecé a subir y jugué en el FEMSA, un equipo de una fábrica gigante que había frente a mi casa. También hice una prueba para entrar en un equipo ya más fuerte, el Moscardó, y a pesar de ser más joven que mis contrincantes me cogieron, aunque por edad todavía no podía pasar a esa categoría. Aún así me admitieron para tenerme listo en un año ya que veían muchas posibilidades en mí como guardameta. Estuve tonteando con el Boxeo, en el gimnasio de Renzo Casadey, donde entrenaron gente como Urtain y Carrasco, porque la madre de un amigo limpiaba allí. A los catorce años tuve que empezar a trabajar, ya que no se podía seguir estudiando por falta de medios. Comencé en una fábrica de ascensores, ASCENSORES MEDIAVILLA donde estuve un año y pico. Pasé provisionalmente a una empresa de fotocopiado de planos industriales, en la que estaría un par de meses aproximadamente hasta que tuve un trabajo en los laboratorios fotográficos HEINZE de España, en los que trabajaba como encargado del almacén de material de oficina, no porque me correspondiese sino porque tenía un poco de enchufe; mi madre trabajaba en la casa de la hija del dueño cuidando a sus hijos. Hacía las funciones propias de un almacén y solamente salía a la calle los sábados que no había reparto y yo iba en taxi desde la calle Julián Camarillo, cerca de Simancas hasta El Barrio de la Concepción y Ventas a entregar sobres de fotografías a unas tiendas. En este tiempo es cuando mi hermano me dice que ha visto una película de chinos llamada DE PROFESIÓN INVENCIBLE, y que se había quedado alucinado de cómo peleaban aquellos chinos. En aquellos tiempos apenas se sabía lo que era el karate y aún menos otras artes marciales que no fueran el Judo. Fui a ver la película y fue para mí tal el impacto que repetí varias veces la misma semana y los fines de semana repetía la sesión y volvía a verla. Hablamos varios amigos del barrio después de verla y unos cuantos pensamos apuntarnos...
El Hombre y la Culebra
Un hombre, pasando por un monte, encontró una culebra que ciertos pastores habían atado al tronco de un árbol, y, compadeciéndose de ella, la soltó y calentó. Recobrada su fuerza y libertad, la culebra se volvió contra el hombre y se enroscó fuertemente en su cuello. El hombre, sorprendido, le dijo: – ¿Qué haces? ¿Por qué me pagas tan mal? Y ella respondió: – No hago sino obedecer las leyes de mi instinto. Entretanto pasó una raposa, a la que los litigantes eligieron por juez de la contienda. – Mal podría juzgar – exclamó la zorra -, lo que mis ojos no vieron desde el comienzo. Hay que reconstruir los hechos. Entonces el hombre ató a la serpiente, y la zorra, después de comprobar lo sucedido, pronunció su fallo. – Ahora tú – dirigiéndose al hombre, le dijo -: no te dejes llevar por corazonadas, y tú – añadió, dirigiéndose a la serpiente -, si puedes escapar, vete. Atajar al principio el mal, procura; si llega a echar raíz, tarde se...
Jose Luis Prieto Méndez
Fecha de nacimiento: 1959 Lugar de nacimiento: El Entrego (Asturias) Residencia: Oviedo Estilo: Shotokan Profesión: Profesor de Karate y Goshin Grado: 8º Dan Es diplomado universitario en magisterio de educación física y desde hace ya casi 40 años, dedica gran parte de su vida a las artes marciales. Entre otros, es Cinturón Negro 7ºDan de Kárate, 5º Dan de Goshin, 3er Dan de Kobudo y 2º Dan de Tai-jitsu. En su afán de conocimiento, también ha estudiado y practicado Judo, Aikido, Kansen-Ryu, Escrima, Kyusho y Tambo-jutsu. En 1979 y 1982 fue campeón de España de kumite; también participó en varios campeonatos de Europa, además de en el Mundial de Taipéi de 1982. Forma parte de la comisión Técnica Nacional de la Federación Española de Kárate, es el director del departamento de autodefensa de la misma y a lo largo de su carrera docente ha formado a más de 200 cinturones negros y varios campeones de España y de Europa de distinta modalidades. Es director del Gimnasio Prieto en Oviedo. Su deseo de compartir experiencias e inquietudes, y recorrer el camino del aprendizaje le han llevado a construir el espacio: Goshinkai, escuela de...
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