EL Tao del guerrero. El ego
Imagen h.koppdelaney “Sal de tu ego y entra en tu vida” (1) ¿Cuántas veces te has sentido herido por un comentario, por un acto de alguien cercano a ti? De repente tu calma se trastoca, nos sentimos infravalorados, e incluso menospreciados. Automáticamente nuestras emociones se disparan, nos sentimos heridos en lo más hondo, el deseo de revancha aflora como un volcán. ¿Qué ha ocurrido? Nuestro ego, nuestro yo, ha sido herido, y claro, éste busca venganza y desea contraatacar. Matthieu Ricard hablando cómo ve el “ego” el budismo; apunta que nuestra visión del “yo” como una entidad única, distinta, autónoma y duradera no concuerda con la realidad y, por lo tanto, se convierte en una fuente de frustración y sufrimiento. Un sentimiento exacerbado de auto importancia, egoísmo y egocentrismo son la base de los impulsos de atracción y aversión que rápidamente se convierten en aflicciones mentales de odio, deseo, arrogancia, envidia y falta de discernimiento. ¿Pero donde está el ego? Lógicamente en el cuerpo no puede estar ya que no tiene ni forma ni color, no es algo físico para ubicarse en algún lugar. Este cuerpo donde habitamos va transformándose desde el nacimiento hasta la muerte donde la mente se va convirtiendo en multitud de experiencias emocionales y conceptuales. Tampoco puede estar en la conciencia, ya que en esta solo existe el presente, entonces el budismo concluye que el “yo” sería una mera convención. El ego sería entonces el escudo donde nos refugiamos para protegernos, y si llega el caso, contraatacar para defenderse; sería como un búnker donde nos atrincheramos y nos sentimos seguros para evitar el sufrimiento, pero al final se convierte en la fuente del sufrimiento. Que nos dice el diccionario de la rae, sobre su definición: Ego – Del lat. ego ‘yo’. (2) 1.m. Psicol. En el psicoanálisis de Freud, instancia psíquica que se reconoce como yo, parcialmente consciente, que controla la motilidad y media entre los instintos del ello, los ideales del superego y la realidad del mundo exterior. 2. m. coloq. Exceso de autoestima. Consultando en la Wikipedia (3) encontramos que el concepto de yo1 (y su etimología latina ego)2 es un término difícil de definir debido a sus diferentes acepciones.3 A lo largo de la historia su definición se ha relacionado con otros términos como psique, ser, alma, conciencia. La aproximación académica hace precisiones según la disciplina desde la que se enuncie. El estudio del yo abarca tanto disciplinas de orientación biológica (psicobiología, neurobiología, neuropsicología, etc.) como disciplinas de corte filosófico y humanista. El término yo se relacionaría con los conceptos de conciencia y cognición. La pregunta por el yo es quizás uno de los cuestionamientos fundamentales de la humanidad, por lo que no solo ha sido enunciada en el contexto de la ciencia sino en diversos sistemas religiosos y espirituales a lo largo de la historia...
Los Katas de Karate-jutsu no son fijos o inamovibles…
En el libro de 1934 del Maestro Kenwa Mabuni Kobo Jizai Karate Kenpo, el Maestro Konishi Yasuhiro escribió el Capítulo 18, y de aquel Capítulo he extraído varias frases que me han hecho meditar sobre lo escrito : «De hecho, los Katas de Karate-jutsu no son fijos o inamovibles. Como el agua, están cambiando siempre y se adaptan al recipiente que los contiene. Sin embargo, no son un tipo de danza competitiva bonita, sino un gran Arte Marcial de defensa personal, que determina la vida y la muerte.» En ese mismo capítulo hace referencia en muchas ocasiones al dominio de maai, la distancia de combate, o las varias distancias que existen bajo ese mismo nombre, y, aunque no las explica, hace especial referencia a aquella distancia que no depende del espacio existente entre los combatientes, sino en la mente de uno de ellos. Esa distancia se denomina como distancia mental, teniendo en cuenta que los japoneses utilizan indistintamente el kanji kokoro 心, que también se pronuncia como Shin, tendremos que a ese tipo de distancia, absolutamente subjetiva, se la denomina como kokoro no maai o Shin no maai 心 の 間合い. El Maestro Konishi dice en una de sus frases que los Katas de Karate no son fijos o inamovibles, que son como el agua que se adapta al recipiente que la contiene, y, permítaseme subrayarlo, esa es una gran lección, una lección que debería ser tenida muy en cuenta. Si unimos lo antes expuesto, con el hecho de que el Maestro Konishi señala en repetidas ocasiones la importancia de la distancia, y en especial la distancia sicologica, entonces habremos de colegir que eso es también muy importante en el Kata, que tiene una influencia muy importante sobre él. El único camino que se me ocurre para que se produzca esa influencia es a través de dos Conceptos : Toridai y Bunkai. Mediante el Toridai, la parte que no se ve del Kata, uno visualiza lo que realiza el enemigo y se adapta a ello. Mediante el Bunkai, uno desmenuza el Kata en partes y puede aplicar, tanto las técnicas visibles del Kata, como las invisibles del Toridai. Es como estar delante de un encerado resolviendo un problema que puede contener diferentes parámetros y que, según se cambien esos parámetros, habrá otras soluciones al mismo problema. Por eso es tan importante entender bien la frase del Maestro Konishi : “Como el agua, están cambiando siempre y se adaptan al recipiente que los contiene.” Es en el estudio del Toridai y del Bunkai en donde se puede encontrar la solución a esa afirmación, y, nos daremos cuenta de que, modificando...
De lo externo a lo interno a través del “Método Mabuni”
Reflexionando sobre mi karate Aunque será complicado, la intención de esta línea no es otra que intentar expresar y compartir mi experiencia y evolución en mi camino como karateka, es decir en mi propio DO. Llevo ya 50 años practicando, de ellos 40 como practicante del estilo Shito-ryu. Os podéis imaginar la de sensaciones acumuladas, desde un alumno novato a asistente del Maestro Mabuni Ken-Ei, pasando por Senpai, competidor de alto nivel, arbitro internacional, profesor de Karate y por qué no, como maestro para algunos. Empecé mi práctica de Shito-ryu en 1980 con la llegada del Maestro Mabuni Ken-Ei. La primera sensación que me dejó ese hombre de baja estatura, sencillo y amable, fue la gran calidad y simplicidad de sus técnicas. ¿Cómo conseguía tanto con tan poco? No me cuesta reconocer que no sabía cómo lo hacía, incluso reconozco también, ahora con un poco de vergüenza admitiendo mi ignorancia, que no lo creía totalmente la primera vez. Os cuento una pequeña anécdota al respecto: En uno de los primeros cursos, mi Maestro Yoshiho Hirota asistió al Maestro Mabuni en una explicación del kata Seipai. Todos los asistentes nos quedamos sorprendidos con la facilidad con la que se caía el Maestro Hirota. El pensamiento general era que Hirota facilitaba la explicación del M. Mabuni pero al cabo de unas cuantas veces irse al suelo, se levanto sonriendo diciendo: “no sé qué hace el Maestro pero siempre estoy en el suelo”. Aunque han pasado muchos años, sigo recordando como esa expresión sincera de Hirota me hizo comenzar a cuestionarme muchas cosas, cosas que con el paso del tiempo no solo experimenté personalmente como asistente del maestro Mabuni sino que a día de hoy tengo presentes en mi práctica diaria. Las técnicas del maestro Mabuni se apreciaban simples y cortas, pero realmente, muy efectivas. Esa eficacia quedaba patente en el control del oponente. Mabuni Kenei, Deogracias- budoblog.es Ese pequeño hombre prácticamente no se desplazaba, si lo hacía sus desplazamientos eran mínimos y ajustados a la perfecta distancia. Todo sucedía en un solo tiempo. Desde entonces mi investigación se dirigió a esa manera de utilizar el cuerpo, pero sin mucho éxito. Es verdad que avanzaba, pequeños avances que lograba estudiando karate Shito-ryu. Mucho de esto lo dejó escrito en su “Método” aunque no dejó muchas pistas de cómo desarrollarlo y obtenerlo. La frustración de no alcanzar el éxito no me desfalleció en absoluto, todo lo contrario, me hizo un estudiante más aplicado, tanto en lo que al físico se refiere como al estudio de textos, escuelas, otras influencias… Cualquier cosa que me ayudara a desarrollar y alcanzar lo que tantos años atrás...
El tao del guerrero. El miedo.
“El miedo es el primer enemigo natural que un hombre debe derrotar en el camino del saber, del conocimiento. Un hombre va al saber como a la guerra: bien despierto, con miedo, con respeto y con absoluta confianza. Ir en cualquier otra forma al saber o a la guerra es un error, y quien lo cometa vivirá para lamentar sus pasos […] cuando un hombre ha cumplido esos cuatro requisitos, no hay errores por los que deba rendir cuentas; en tales condiciones sus actos pierden la torpeza de las acciones de un tonto. Si tal hombre fracasa o sufre una derrota, sólo habrá perdido una batalla…” (1) He decidido hablar sobre el miedo debido a los tiempos tan tremendos que estamos viviendo con la pandemia del Covid19. Lo podemos ver a diario en nuestros alumnos, compañeros, amigos o vecinos. El miedo se apodera de toda una sociedad que se ve impotente para afrontar esta situación. Vamos a definir lo que es el miedo. Según la Wikipedia “El miedo es una emoción caracterizada por una intensa sensación desagradable provocada por la percepción de un peligro, real o supuesto, presente, futuro o incluso pasado. Es una emoción primaria que se deriva de la aversión natural al riesgo o la amenaza, y se manifiesta en todos los animales, lo que incluye al ser humano. La máxima expresión del miedo es el terror. Además, el miedo está relacionado con la ansiedad”. Existe miedo real cuando su dimensión está en correspondencia con la dimensión de la amenaza. Existe miedo neurótico cuando la intensidad del ataque de miedo no tiene ninguna relación con el peligro. Ambos, miedo real y miedo neurótico, fueron términos definidos por Sigmund Freud en su teoría del miedo. (2) Continuamente cuando ocurren situaciones de este tipo o en la cotidianidad de nuestras vidas es impresionante el ir descubriendo que no hacemos nada y lo mucho que reaccionamos. ¿Y cómo reaccionamos? Sencillamente basándonos en los viejos modelos dominados por el miedo acompañados del propio instinto de supervivencia. Osho en una de sus charlas para que intentemos entender en qué consiste el miedo nos lo explica así: “No se trata de deshacerse de algo; es una cuestión solo de entendimiento. Comprende el miedo, lo que es, y no trates de deshacerte de él, porque en el momento que empiezas a tratar de deshacerte de algo, no estás listo para entenderlo, porque la mente que piensa en librarse ya está cerrada. No está abierta a entender, no es simpática. No puede contemplar silenciosamente; ya ha decidido. Ahora el miedo se ha convertido en el demonio, el pecado, así que deshazte de ello. No trates de deshacerte de nada. Trata de entender lo que es el miedo. Y...
Karate con Síndrome de Down
Jesús Pindado “Hola, quiero traer a mi hijo a karate, pero… tiene síndrome de Down, ¿podría apuntarle?” Esta es una de las preguntas más frecuentes que algunas de las familias con hijos con Síndrome de Down se hacen a la hora de querer llevarlos a nuestros gimnasios. Cuando las personas, en este caso los padres, se enfrentan a situaciones nuevas, la ansiedad puede aparecer en ellas como una preocupación a lo que puede venir, originando preguntas como la anterior, en donde las dudas llevan a un miedo ante aquello que no se conoce. Por ello en este caso, nosotros como profesionales, lo primero que tenemos que hacer es tranquilizarles y darles nuestra confianza para que vean que su hijo en nuestras clases va a estar muy bien y lo que va a conseguir entrenando karate son muchas más ventajas de las que ellos piensan. Entre estas ventajas están tanto las que tenemos a nivel físico, como las que encontraremos a nivel psíquico. A través del entrenamiento en la clase de karate, el alumno con Síndrome de Down puede mejorar sus posibilidades de expresión, de relación y de movimiento tanto para sí como para los demás. Además, la práctica del karate provoca una mejora de la condición física en general, entendida ésta según el Diccionario de Ciencias del Deporte (1992), como la capacidad de trabajo físico del hombre y de la mujer, determinado por el grado de desarrollo de las cualidades físicas básicas. Por ello a través del entrenamiento de karate, se mejorará el desarrollo motor trabajando las cualidades físicas básicas (velocidad, fuerza, flexibilidad y resistencia) y las cualidades motrices coordinativas (coordinación y equilibrio), mejoradas ambas a través del entrenamiento diario en la clase de karate. Con el trabajo de la resistencia, se intentará mantener el peso ideal, pudiendo reducir así, este peso si es necesario y por tanto el volumen corporal, sin olvidar en ningún momento las posibles cardiopatías que puedan padecer. En lo que se refiere a la velocidad, se desarrollará a través del entrenamiento específico de las técnicas del karate, ya que se exige siempre y de manera reiterada la máxima velocidad en su ejecución, o a través de formas jugadas que ayudarán además a la consecución de una mejora de la velocidad de reacción. En relación a la fuerza, en entrenamiento de karate le ayudará a conseguir una canalización de esta, según la edad que tenga, ya que, al realizar las ejecuciones técnicas, se exige además de la máxima velocidad, un reajuste final (el kime), que les permitirá poco a poco, controlar la misma, además de provocar tonificación muscular, en todos los grupos musculares de forma...
La profundidad del Karatedo [2]
Imagen: h.koppdelaney II. Tres caminos, una práctica La práctica y el entrenamiento del karatedo son inconmensurables. Es un método de autoconocimiento y de autodefensa que, a través de este maravilloso aspecto sin retorno que somos, nos permite vivenciar la realidad de los fenómenos y la naturaleza de las cosas, incluida la nuestra. Ocurre que nuestra práctica no es del todo íntegra, solo vamos tras una cualidad de la totalidad. Nos gusta la fama, pero no la no-fama, queremos tener los mejores competidores obviando, a veces, a los que no lo son y en lugar de ser unos buenos maestros educando a todos, somos desdichados en querer conseguir prestigio y fama vagando en el mundo con retorno. Esto no es el verdadero karatedo, es solo karate. Este karate desde luego que es fantástico, está muy bien, mejor hacer esta actividad que otras, lo importante es quedar impregnados por la vía. Todos sabemos el significado de los kanjis que componen la palabra karate. Sabemos que “Kara” significa vacío y “te” mano. Karate entonces es el entrenamiento de vaciar la mano. Mano sin nada y mano vacía. Este último es el camino que conduce a la defensa sin armas, solo con nuestros pies, manos, dedos, cabeza, etc. Si le añadimos el kanji “Do” debemos ser coherentes con la vía. Es la vía del desapego, de la verdadera libertad, de la tranquilidad tranquila. El karatedo es una excelente fuente de energía llena de vitalidad y fuerza, descubrirlo depende exclusivamente de nosotros. Vivimos nuestro arte solo desde la perspectiva del kanji “Te”, el mundo material, el Samsara, el mundo relativo, condicionado, incompleto. Siempre tras algo por no saber utilizar esta fuente siempre fresca. Utilizamos el karate para nuestro beneficio aun haciendo daño al contrario, pero debemos saber que el contrario no es el mismo, pero tampoco diferente a nosotros. Nos falta descubrir a través de nuestra práctica-entrenamiento el “Do”, el vacío que nos lleva al desapego total, la libertad absoluta. El karatedo es una vía activa, mágica. ¿Dónde se encuentra el kata antes de su forma? Haz karatedo sin ser, sin desear, sin hacer, sin tener. Utiliza esta herramienta valiosa que nos puede hacer descubrir la serenidad y la paz de nuestra existencia, en lugar de la discusión y el conflicto. Tenemos que abandonar la búsqueda de fama, prestigio, honores y la búsqueda superior. Y allí donde está el “Do”, el Nirvana, más allá de todo ello hallarás la paz. Esta paz añorada no hace presencia al caer en la trampa de pensar en ella. No es que no esté, es que debido al pensamiento no nos deja impregnarnos de ella. Cuando paras y cae...
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