Posted by Ramon Fernandez-Cid on Abr 19, 2024
Nadie está donde está
«Nadie está donde está, escribe R. Mate (1991, 293-294), porque un buen día se le ocurrió dar una vuelta por la vida. Todos venimos de una tradición y traemos encima una historia… Imagen zenonline Podíamos haber nacido sobre un planeta en el que la herencia no estuviera manchada de sangre y hubiera sido acumulada en buena lid. Pero vivimos en uno en el que hay mucha miseria y sufrimiento y, por lo que sabemos de historia, no son males naturales sino frutos de la injusticia». Gardiner al respecto de Schopenhauer recuerda que la importancia que se le otorga a valores como la justicia, a la caridad y la abnegación radican para él en la distinción entre apariencia y realidad, es decir, idea y voluntad. El mundo como idea no es otra cosa que ilusión que nos ofrece una realidad fragmentada y rota bajo un principio de razón suficiente gobernado por la voluntad. En cuanto a la moralidad, el hecho de que no podamos percibir cómo es la realidad en sí, esto es como una voluntad unitaria, produce que los individuos se sientan ajenos los unos a los otros. Cada individuo asume la consciencia que le permiten los límites de su propia existencia individual, de su contexto y sus capacidades, y esto se traslada a que las relaciones entre personas que se auto perciben separadas de las otras tengan su expresión en el egoísmo. La conducta moral, según decía Schopenhauer : «tiene que ser algo que requiera poca reflexión y aún menos abstracción… y que, independientemente de la formación intelectual, hable a todos, incluido el hombre más rudo, se base meramente en la comprensión intuitiva y se imponga inmediatamente a partir de la realidad de las cosas. Mientras la ética no pueda mostrar un fundamento de esa clase, podrá disputar y desfilar en los auditorios: la vida real se burlara de ella» (Schopenhauer, 1993, 212). «La moral hay que construirla partiendo de experiencias concretas, avanzando por negación a partir de cada vivencia del mal y del dolor. Sólo el aprendizaje y la negación nos permiten esbozar una moral. Más aún, podríamos afirmar que sólo con la acumulación de experiencias puede la moral ir adquiriendo progresivamente un carácter universal que no lo será nunca de manera definitiva . La moral es una historia que comienza con la experiencia y continúa con la experiencia» (Ortega, 2006, 514-515). La ética (responsabilidad) no sucede a un sujeto (subjetividad) ya constituido. La subjetividad no es un en sí y para sí, es en su misma esencia para el otro. El otro en su necesidad y urgencia, antes de toda argumentación ética, me constituye en sujeto. «El Yo (Moi) no toma conciencia de esta necesidad de responder como si se tratara de una obligación o de un deber particular sobre el que tendría que decidir. En el hecho de ponerse, el Yo es por completo responsabilidad o diaconía… Ser Yo (Moi) significa, a partir de aquí no poder sustraerse a la responsabilidad, como si todo el edificio de la creación descansara sobre mis espaldas» (Levinas, 1993, 47). Los practicantes de Artes Marciales hemos recibido una base ética y filosófica que procede de nuestro propio entorno geográfico y cultural, expresada en todas las citas que he puesto más arriba, pero también hemos recibido unos valores morales eminentemente sociales, además de individuales, procedentes esencialmente del Confucionismo, que ha sido la Doctrina moral y ética imperante en todo Oriente. Quizá, de todas las frases y máximas expresadas por Kenwa Mabuni, el Fundador del Estilo Shito-ryu sea Kunshi no Ken 君子 の 拳 la que mejor define en toda la Historia del karate, el significado moral y ético que implica...
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