El Origen de las Artes Marciales Tradicionales en Japón. (6)
Sep20

El Origen de las Artes Marciales Tradicionales en Japón. (6)

  CAPITULO 5 BUDŌ VERDADERO ARTES MARCIALES. Que entendemos, por arte marcial verdadero y legítimo, nada de variantes y adaptaciones singularizadas. El arte marcial en estado puro: De los años 700 a 1570 después de Cristo, las Artes Marciales son guerreras y auténticas. Los comienzos de Seppuku16 (Harakiri), Zen, Cha17 no Ryu (ceremonia del Té), y del Sumo codificado. Esta fue la época de las luchas civiles incesantes entre los grandes feudos (clanes) y por tanto el zenit del Arte Marcial con disciplinas guerreras auténticas, los Kabuto Bugei. Por este motivo esta época fue elegida con mucha frecuencia por los cineastas para realizar los “Chambara-eige” (Westerns Samurai), valga el ejemplo el cineasta Kurosawa18.A partir del año 710 la casta de los Samurais fue reglamentada y jerarquizada por los Buke-Sho Hatto (reglas propias para los clanes Samurai). (Henry Plée, 1998:27). Occidente confunde a los Samurais con los caballeros de la Edad Media (poco numerosos y además todos nobles). Se designaban a los soldados y Suboficiales bajo el nombre de Bushi y a los oficiales Buke. Samurai Significa (el que sirve), pocos eran los Samurai que tenían armadura o caballo, solo los nobles y grados altos podían permitirse ese lujo. Una práctica muy habitual en la forma de suicido, después de haber perdido el honor, era el denominado Seppuku (pronunciación China) Hara Kiri (pronunciación Japonesa), de los ideogramas apertura de vientre. El primer caso conocido de que un Samurai se hizo el Seppuku data del 1170, decidió seguir a su señor en la muerte. A finales del siglo XII el Zen comenzó a calar entre los Samurai como religión de la voluntad instintiva depurada. Procedente de la India llega a China en el Siglo V y parece que se introdujo en Japón en el S. VI aunque no encontró su asentamiento hasta el S. XII en Kamakura. El Samurai no solo era un guerrero era un artista que tenía que dominar diversos artes entre ellos era la ceremonia del Té es una recreación inspirada y creada por los monjes Zen, aporto a los nobles y a los Samurai de clase, “Un frescor de espíritu engendrando la cortesía, la modestia, la paz del cuerpo y del alma incitando a la tranquilidad, la calma y el dominio de sí, sin orgullo ni arrogancia. Cosa que convenía muy bien con la tendencia natural de los japoneses a la melancolía y su gusto hacia lo simple (WABI), todo lo contrario a la tendencia de China o en Occidente. Interesante referencia es el “Elogio de las Sombras”, para ver ese gusto Japonés. 5.1 Figuras importantes: Yoshitsume (1159-1189), apodado el Bayado “sin miedo y sin reproche), fue...

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Tal armero, tal arma
Jul31

Tal armero, tal arma

  «El sable es el alma del Samurai», nos dice una de las más antiguas máximas del Bushidô, la Vía del guerrero. Símbolo de virilidad, lealtad y coraje, el sable es el arma favorita del Samurai. Pero el sable, en la tradición japonesa, es algo más que un instrumento terrible, algo más que un símbolo filosófico. Es un arma mágica. Arma que puede ser benéfica o maléfica, según la personalidad del forjador y del propietario. El sable es la prolongación de los que los manipulan, se impregna misteriosamente de las vibraciones que emanan de sus seres. Los antiguos japoneses, inspirados por la antigua religión Shinto, conciben la fabricación del sable como un trabajo de alquimia en el que la armonía interior del forjador es más importante que sus capacidades técnicas. Antes de forjar una hoja, el maestro armero pasaba varios días meditando y después se purificaba practicando abluciones de agua fría. Una vez vestido con hábitos blancos ponía manos a la obra, en las mejores condiciones interiores para crear un arma de calidad. Masamune y Murasama eran dos hábiles armeros que vivieron al comienzo del siglo XIV. Los dos fabricaban unos sables de gran calidad. Murasama, de carácter violento, era un personaje taciturno e inquieto. Tenía la siniestra reputación de fabricar hojas temibles que empujaban a sus propietarios a entablar combates sangrientos o que, a veces, herían a los que las manipulaban. Sus armas sedientas de sangre rápidamente tomaron famas de maléficas. Por el contrario, Masamune era un forjador de una gran serenidad que practicaba el ritual de la purificación para forjar sus hojas. Aún hoy día son consideradas como las mejores del país. Un hombre que quería averiguar la diferencia de calidad que existía entre ambas formas de fabricación, introdujo un sable de Murasama en la corriente del agua. Cada hoja que derivaba en la corriente y que tocaba la hoja fue cortada en dos. A continuación introdujo un sable fabricado por Masamune. Las hojas evitaban el sable. Ninguna de ellas fue cortada se deslizaban intactas bordeando el filo como si éstas no quisiera hacerles daño. El hombre dio entonces su veredicto: – La Murasama es terrible, la Masamune es humana. Foto: Mahir...

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Tameshigiri, probando la espada samurai
Jul20

Tameshigiri, probando la espada samurai

El “Tameshigiri” era una prueba de calidad que se realizaba en el Japón feudal para probar el filo de las espadas (Katana), antes de entregarlas a sus respectivos dueños. Era una práctica muy común en el mundo de los samurais, y actualmente se realiza en las artes marciales japonesas.   Samurais probando espadas en un criminal convicto – Por: 平凡社 (Dominio público) vía Wikimedia commons Esta práctica tiene su origen en el periodo Edo, y consistía en probar el filo de las espadas recién fabricadas por los herreros, para asegurar que las mismas estaban aptas para usarse en combates. Lo que se hacía era crear manojos de gran tamaño hechos de materiales semirrígidos como rollos de tatami (Goza), paja de arroz (Wara) o cañas de bambú, entre otros, y para realizar la prueba se pedía a espadachines habilidosos que utilizaran las katanas en esos materiales simulando “cortar” a un adversario. De esta manera se podía confirmar si la espada era de buena calidad. Si la misma hacía un buen corte y su hoja se mantenía bien, entonces era una espada lista para utilizarse en la vida real. Sin embargo, en el Japón antiguo no solo usaban este tipo de materiales para llevar a cabo las pruebas, sino que aunque suene un poco impresionante, también se sabe que por mucho tiempo han hecho estas pruebas en cuerpos de criminales convictos. Estas pruebas eran avaladas por el gobierno, y en ellas participaban samurais con grandes habilidades para asegurar que las pericias eran confiables. Obviamente, con el pasar de los tiempos esta práctica de utilizar cuerpos de delincuentes para realizar el Tameshigiri fue abolida, y las pruebas se siguieron realizando pero solo en materiales como los que mencione al principio. Actualmente esta práctica se lleva a cabo en los distintos estilos de la esgrima japonesa, y se basa en probar las habilidades de los espadachines. También se suele hacer para practicar los cortes o bien para dar exhibiciones. ¿Que te ha parecido esta antigua práctica? Fuente: www.mirandohaciajapon.com Foto portada: Bobo...

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Las puertas del cielo
Sep19

Las puertas del cielo

Un guerrero, un samurai, fue a ver al Maestro Zen Hakuin y le preguntó: «¿Existe el infierno? ¿Existe el cielo? ¿Dónde están las puertas que llevan a ellos? ¿Por dónde puedo entrar?». Era un guerrero sencillo. Los guerreros siempre son sencillos, sin astucia en sus mentes, sin matemáticas. Sólo conocen dos cosas: la vida y la muerte. El no había venido a aprender ninguna doctrina; sólo quería saber dónde estaban las puertas, para poder evitar la del infierno y entrar en el cielo. Hakuin le respondió de una manera que sólo un guerrero podía haber entendido. «¿Quién eres?», le preguntó Hakuin. «Soy un samurai», le respondió el guerrero. En Japón, ser un samurai es algo que da mucho prestigio. Quiere decir que se es un guerrero perfecto, un hombre que no dudaría un segundo en arriesgar su vida. «Soy un samurai, un jefe de samuráis. Hasta el Emperador mismo me respeta», dijo. Hakuin se rió y contestó: «¿Un samurai, tú? Pareces un mendigo». El orgullo del samurai se sintió herido y olvidó para qué había venido. Sacó su espada y ya estaba a punto de matar a Hakuin cuando éste le dijo: «Esta es la puerta del infierno. Esta espada, esta ira, este ego, te abren la puerta». Esto es lo que un guerrero puede comprender. Inmediatamente el samurai entendió. Puso de nuevo la espada en su cinto y Hakuin dijo: «Aquí se abren las puertas del cielo». El cielo y el infierno están dentro de ti. Ambas puertas están dentro de ti. Cuando te comportas de forma inconsciente, estás en las puertas del infierno; cuando estás alerta y consciente, estás en las puertas del cielo. La mente es el cielo, la mente es el infierno y la mente tiene la capacidad de convertirse en uno de ellos. Pero la gente sigue pensando que existe en alguna parte, fuera de ellos mismos… El cielo y el infierno no están al final de la vida, están aquí y ahora. A cada momento las puertas se abren… en un segundo se puede ir del infierno al cielo, del cielo al infierno. OSHO...

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El Samurái y el Perro
Dic29

El Samurái y el Perro

Había una vez un samurái que solía tener la costumbre de pasear con su perro al cual tenía una gran estima. Un día su perro se alejó de él y jugueteaba con las hojas que caían de los árboles. Más grande fue la sorpresa del samurái, cuando de repente su perro se lanzó corriendo contra él con aire fiero. El samurái, que estaba bien entrenado desenvaino su espada y justo cuando el perro saltó le cortó la cabeza. El samurái no entendió cómo era posible que su fiel perro se hubiera puesto en contra suya. Entonces elevó la cabeza y vio como una serpiente, que estaba en una rama, se estaba acercando peligrosamente a él. Cuando el samurái comprendió que lo que intentaba su perro era salvarle y no lastimarle lloró amargamente. Fue entonces cuando recordó una vieja enseñanza de su maestro: “El sentido de una acción no siempre es fácil de interpretar. Por eso, antes de desenvainar tu espada, asegúrate que esa es tu única opción.” RELATO...

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