Para ser malo no se necesitan razones. Basta una justificación.
Vivimos en un mundo que busca afanosamente el BIEN y hace del MAL su peor enemigo.Por ese motivo, los BUENOS están en constante batallar contra los MALOS, con el doble objetivo de diferenciarse de ellos y de crear identidad de grupo.Pero, cuando los MALOS sucumban, seguirá habiendo BUENOS? Pues no. Imagen Matryx en Pixabay El dia que desaparezcan los malos, también dejarán de tener sentido los BUENOS.Los BUENOS necesitan de los MALOS. Y, quizá inconscientemente, la vida social promocione las condiciones para que los MALOS existan.O sea que, los BUENOS también están llenos de MAL. Y a su vez, los MALOS también se creen BUENOS. Porque, todos los MALOS de la historia (miren a Hitler, Stalin, etc…) para hacer el MAL no necesitan razones; les vale una justificacion de que es por un BIEN. Por tanto, los limites se desdibujan y se entiende malamente lo que está BIEN y viceversa. Entonces, es cuando tiene sentido hablar del código ético marcial. El que usamos en karate de toda la vida para dirigirnos por el mundo. Hablo del JIN. Con el JIN ya no tiene sentido ese comportamiento maniqueo.Lo que se hace con JIN (benevolencia) para ayudar a los demás y con un comportamiento generoso que implica o denota magnanimidad….está MAS ALLA DEL BIEN Y DEL...
10 curiosidades del Shintoísmo
El Shintoísmo o “Shintō” (神道) es la religión nativa de Japón. Esta religión no tiene fundador ni tampoco un “Dios” especifico para adorar, sino un gran número de deidades llamadas “Kami”, que según esta religión son dioses que viven en la naturaleza. Actualmente hay aproximadamente 108 millones de practicantes, y es se trata de una religión importante para Japón, ya que influenció muchos aspectos de su cultura tradicional. A continuación te presento algunas curiosidades sobre la misma. Foto: Dario Britez 1 – Los santuarios Jinja Los Jinja (神社) son los santuarios shintoístas que los japoneses visitan para orar. En un jinja la gente también puede hacer distintos rituales para limpiar su espíritu, adivinar como está de suerte, comprar amuletos, o dejar alguna ofrenda. Muchos extranjeros visitan con frecuencia estos santuarios shintoístas, ya que tienen un aspecto tradicional muy atractivo, y un ambiente de mucha calma. Se estima que hay cerca de 100.000 santuarios en todo Japón. Foto: Japanexperterna.se / CC BY-SA 2- Torii, los arcos sagrados En los mismos santuarios, o incluso en ciertos lugares que los japoneses consideran sagrados están los Torii (鳥居). Son entradas que separan el espacio puro del profano. El torii es el símbolo del shintoísmo y se los puede encontrar en muchísimos lugares de Japón. Las empresas suelen comprar un torii para ubicar en lugares sagrados y así tener buena suerte en los negocios. Foto: TANAKA Juuyoh (田中十洋) / CC BY 3- Miko, Las sacerdotisas Los sacerdotes de los santuarios son llamados Kannushi, y ellos se encargan de manejar los distintos rituales y ceremonias que se realizan ya sea dentro como fuera del jinja. Pero por otra parte también están las sacerdotisas Miko, quienes se encargan de ayudar en las ceremonias, en la venta de amuletos y en el mantenimiento del santuario. Las Miko son jóvenes ayudantes de los santuarios shintoístas, que por lo general proceden de familias de los sacerdotes. En el anime y manga suelen mostrar a las Miko como fuertes heroínas con un gran manejo de la magia. Un ejemplo puede ser la Profesora Mizuki de Sakura Card Captor. Sacerdotisas Miko – Foto: Chris Gladis / CC BY-ND 4- Shimenawa En el shintoísmo hay muchos objetos sagrados que se utilizan para llevar a cabo rituales o bien para usar como adorno en los santuarios. Una de estos objetos que se ven a menudo en esta religión es el Shimenawa. Se trata de una cuerda sagrada hecha de paja de arroz, que se utiliza muy a menudo como cercado para impedir el paso de los malos espíritus. 5- Las ramas de Sakaki El Sakaki (Cleyera Japonica) es un árbol sagrado en la religión shintoísta. Es otro elemento que se usa muy a menudo como el Shimenawa. Se cree que el árbol de Sakaki es un lugar de residencia de los Kami, y es por eso...
Karate-Do y Competencia. Bueno o malo depende del prisma con que se mire.
Imagen Jesus Hurtado Una postura que se observa en cierta cantidad de instructores de Karatedo en la actualidad, consiste en criticar la competencia. Frases como “un entrenador piensa en la próxima competencia y un sensei en la próxima generación” y “la competencia es para un día pero el karatedo para toda la vida”, entre otras, son las premisas que esgrimen en defensa de su postura (aunque increíblemente muchos de ellos mismos luego son vistos llevando a sus alumnos a los campeonatos). En lo personal siempre he pensado que el karatedo es uno solo, y que bien enseñado debe servir para cualquier momento y circunstancia. Esa realidad se constata al analizar los componentes de la preparación, donde se observa la total congruencia de los planteamientos metodológicos propuestos en 1888 por Kanryo Higaonna en Okinawa, y los criterios posteriores al 2000 emitidos por diversos autores de España, Japón, y en Cuba por este humilde servidor en su tesis doctoral. En ese mismo sentido, si se analiza la situación más a fondo, se observa que a nivel internacional está aumentando la tendencia de participación en campeonatos de participantes en categoría master y senior, llegando incluso hasta los 80 años de edad a participar en eventos mundiales. Eso hace repensar los planteamientos anteriores, induciendo a cuestionarse no si la competencia es buena o mala para el karatedo (y sus practicantes), sino si la concepción que se tenga de la competencia de karatedo es buena o mala. O sea, si el error está en la esencia de la actividad o en la comprensión (o conveniencia) que de ella tengamos. Como diría un perito investigador de accidentes aéreos: si la causa fue una falla mecánica o humana. Para ese análisis parto de las siguientes bases: – Independientemente que a todos les gusta ser ganadores, la idea de hacer juegos deportivos entre países partió de buscar unidad y salud entre las personas, de acuerdo al postulado del Barón Pierre de Coubertin.- Como se dijo anteriormente, tanto en los componentes de la preparación tradicional y deportiva están las competencias como instrumento de evaluación. Sobre esas bases, terminaremos el análisis desde el punto de vista pedagógico. La enseñanza del Karatedo, desde sus inicios hasta la actualidad (independientemente de la competencia) busca formar mejores personas. Eso solamente se logra mediante un proceso educativo, que tiene como eje transversal la pedagogía, y que en este caso se concreta mediante el karatedo. Todo proceso pedagógico precisa de diversas mediciones y evaluaciones, que indican la eficacia del proceso, indicando los aspectos a mantener, modificar o eliminar, de acuerdo a los objetivos que se persigan y su posible cumplimiento. En ese caso existen...
Bōgyo kakugo [防御覚悟] -Sobre el Concepto global de Defensa y evitar el Conflicto.
Imagen de RENE RAUSCHENBERGER en Pixabay “ Los ideogramas significan «preparación para la defensa». El primer kanji 防 Bō significa «alejar, defender, proteger, resistir».El segundo Kanji御 gyo significa «honorable, manipular, gobernar» pero en su forma ortografíca alternativa 禦 (gyo) también significa defender, proteger. El tercer kanji覚significa «memorizar, aprender, recordar, despierto, estar sobrio». El cuarto kanji 悟 significa «iluminación; percibir, discernir, darse cuenta, comprender». La preparación para la defensa, similar a la preparación para el combate, significa que un practicante o practicante de autodefensa, sin distinción de si se trata de un arte marcial u otro medio, es una persona que tiene el espectro completo de conocimiento, comprensión y entrenamiento o experiencias que brindan la defensa personal socialmente aceptable. La preparación para la defensa, o mejor aún, la preparación para la defensa personal, se trata de un cierto estado de ser con el propósito de administrar recursos y capacitarse en preparación para la autodefensa en un conflicto ya sea de naturaleza social o asocial. Cuando miras la preparación para la defensa, tienes varios niveles. Los niveles más altos los ocupan los profesionales. El nivel medio es aquel en el que el individuo requiere los recursos para mantener la autoprotección mientras vive en un entorno que lo expone a niveles más altos de conflicto y violencia. El nivel bajo es aquel en el que en la mayoría de los casos la persona vivirá y trabajará en un entorno que la expone a muy pocos conflictos y, a menudo, a ninguna violencia de la que hablar, excepto en casos raros, es decir, con mayor frecuencia un tipo social.” Esta anterior es la traducción del inglés de un Glosario sobre Artes Marciales que encontré en Internet buscando sobre Bogyo 防御 para ampliar datos sobre el Concepto de Defensa, más de forma activa que sobre la forma mas pasiva que sugiere Ukeru 受ける o “Recibir”, porque entiendo que hay más factores y parámetros en la ecuación que, cómo habitualmente se hace, considerar a Ukeru 受ける o “Recibir” como la única opción para entender la Defensa. El Maestro Konishi Yasuhiro, Fundador del Estilo Shindo Jinen Ryu, un Estilo mixto, como el Wado Ryu, entre el Jujutsu clásico y el Karate de Okinawa, formuló su Bōgyo Roku Kyodo o Seis Acciones de Defensa. Bōgyo 防御 encierra en sí mismo conceptos que van mas allá del mero acto de interceptar un ataque, o recibirlo sobre nuestra guardia, canalizarlo, amortiguarlo, o esquivarlo. Bōgyo kakugo [防御覚悟] nos está indicando, a través del kanji 悟 Satoshi, que significa: para aprehender, para comprender, darse cuenta, tomar conciencia. Que es muy importante tener presente el Concepto de Defensa de forma global, porque...
UN CINTURON MAS LARGO QUE EL CAMINO (… o la devaluación de los principios…)
Reflexiones y más reflexiones, será que me hago viejo, bueno es lógico y seguro. Pero, no obstante, igualmente pienso en lo que veo hoy y en lo que viví hace años. Y al hablar del “hoy” no lo estoy haciendo sobre los últimos dos o tres años, ¡¡¡¡¡no!!!!!, me refiero a no menos de tres décadas por lo menos. ¿Y qué es lo que veo?, pues que ahora se pronuncia pronto la palabra maestro, hoy casi cualquiera con 3 o 4 años de practica ya es llamado maestro. Recuerdo que, en mis principios, y seguro que en el comienzo de una buena cantidad de los que lean estas líneas, poder llegar a cinturón marrón era algo casi inalcanzable y se valoraba (tal vez sobrevaloraba, no lo voy a negar) de una manera increíble. Y claro, se estaba a las puertas del “shodan “y todo lo que eso representaba. Los tiempos cambian, y está bien, es más, estoy muy de acuerdo. Sin querer, en un principio no nos dijeron todo, y generalmente porque nuestros profesores tampoco lo sabían y estos, si, probablemente por omisión de sus maestros. Y me refiero a que el ansiado shodan, en su lugar de origen (llámese Okinawa o Japón) tenía un valor muy relativo. Ya que ellos si sabían que el cinturón negro solo era el comienzo del camino. Igualmente pienso, sentado tranquilamente, escribiendo esta retrospección, que aquel tiempo tenía un cierto encanto. Entrenar duramente, cada día, cada año y saber que existía un premio a la constancia y al sacrificio. Que el cinturón negro solo dependía de la repetición una y otra vez de las técnicas básicas, cientos de veces por clase, sin preguntar, sin demostrar dolor, es más, agradeciendo el dolor que nos producía un entrenamiento que muchas veces no sabíamos a donde nos llevaba. Y porque no decirlo, sabiendo que una vez alcanzado, automáticamente nos ganábamos un “status” dentro de ese místico mundo nuestro del Karate de entrecasa. Pero también muy conscientes de la responsabilidad que involucraba. El respeto (medio mezclado con un poco de miedo, porque no decirlo), se palpaba en cada clase, no había cuestionamientos, no había pausas. El sensei era sagrado y su palabra no dejaba lugar a dudas. Nadie, o casi nadie dudaba de la veracidad de lo que se nos decía (había muy poca información para contrastar). Muchos instructores (con mucha vergüenza) ni siquiera aceptaban la titulación de sensei, y te corregían duramente diciendo que solo eran senpai. También y como dije, había muchos errores de interpretación por un lado e ignorancia por otro. Pero gracias a aquellos primeros sensei “no orientales”, fuimos haciendo camino. Aquella época...
«Tenemos siempre que intentar ser los mejores; pero nunca creernoslo»
Porque, ser los mejores es tan irreal como el yuyu de las profundidades del mar. Lo real no es ni ser el mejor ni el peor, ni bueno ni malo, ni justo ni injusto. Si bien es cierto que influimos un poquitín con el coraje y la buena intención, pero más aún influye el azar del mundo. Y…las personas somos poco. Nadie vale mucho. Empezando, por supuesto, por mi mismo (esto se llama KARA o vacío, de KARA-TE DO). Y sin embargo en ese ser muy poca cosa, somos las piezas que lo arman todo, porque todo descansa sobre nosotros y nuestra mejor expresión (eso se entiende como TE o mano, de KARA-TE DO. Viene de mano entendida como expresión. La mejor expresión de cada uno). No siendo casi nada. Nada es más real que nuestra mejor expresión. Y esa mejor expresión es nuestra riqueza. Somos ricos. Pero no hablo de tener más dinero, sinó más educación. Y con educación no quiero expresar conocimientos ni rendimiento a la hora de la realización práctica, sino de la educación en el sentido más estricto de la palabra. Educación en ese sentido significa que aunque podamos hurtar algo a alguien no lo hacemos. Educacion en ese sentido significa que cuando te cruzas con alguien en un paso estrecho lo dejas pasar y le dices: disculpa. Cuando alguien tiene esa educación que permite un respeto sin límites poñor los demás es rico. Rico porque tiene algo que puede repartir sin agotar; y además cosechará el efecto de la reciprocidad que viene de los demás. Y cuando en el arte marcial del karate sabemos esto, cada puño es expresión de bondad de crecimiento y no de ira de destrucción (ese es el DO o camino de KARA-TE DO). Entonces, cada puño sale del...
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