¿Por qué tu maestro te hace trabajar los fundamentos una y otra vez?
Los maestros de artes marciales dan mucha importancia a la técnica fundamental. Las bases de un sistema son consideradas casi sagradas y se repiten hasta la saciedad. Esto parece comprensible cuando se trata de alumnos principiantes o que aún no han alcanzado un nivel alto. Los fundamentos, como su nombre indica, son la base sobre la que se sostiene un arte marcial. Por tanto son lo primero que debemos aprender. Cuando nos introducimos en una disciplina desconocida, un buen manual nos ayudará a entenderla, y a partir de ahí podremos leer y comprender textos más especializados, sobre cuestiones más concretas de esa disciplina. Pero lo básico, lo más importante, está en el manual. La técnica fundamental es el manual de las artes marciales. Sin embargo, cuando se trata de alumnos avanzados, con niveles altos, que ya han “leído” las bases… ¿por qué se empeñan los maestros en seguir trabajando los fundamentos? Lamentablemente creo que hay veces en que podemos responder con un triste “porque no saben más que eso”. Pero no siempre será este el caso ¿no? Maestros de trayectoria contrastada y de amplios conocimientos, fuera de toda duda, también suelen insistir en la repetición y el estudio de las técnicas de base. ¿Por qué tengo que seguir trabajando esto? – se preguntan a veces los alumnos – ¡si lo he repetido miles de veces y ya sé hacerlo! Un amigo y gran maestro me contó una historia: “El Dojo de Morio Higaonna en Okinawa (uno de los más reconocidos Sensei de Karate Goju Ryu) tiene una pequeña ventana que da a la calle y desde la que se puede ver el tatami. Cierto día, un alumno pasaba por allí y se asomó con la esperanza de ver al maestro practicando, y averiguar así cuál es el secreto de su Karate. Tuvo la suerte de poder observar como Higaonna Sensei ejecutaba una y otra vez un potente chudan uke (defensa media). Cuando se aburrió de ver repetidamente la misma técnica, se marchó decepcionado. Al cabo de un par de horas, de regreso, volvió a pasar por el dojo, y decidió probar suerte de nuevo y asomarse a la misma ventana. Para su sorpresa, el maestro seguía realizando chudan uke. En ese momento comprendió el secreto del karate de Morio Higaonna Sensei.” ¿Repetir las técnicas fundamentales durante horas? ¿Puede ser éste el secreto de las artes marciales? Pues sí… pero no. Con repetir no basta. Si se llaman fundamentales debe ser porque son el fundamento de algo más ¿no te parece?. Las técnicas de base contienen los principios que rigen el sistema o el estilo. Por eso sobre ellas se asienta el aprendizaje, o lo que podemos...
¿Es importante la comprensión de la historia del Karate? ¿O es una distracción irrelevante desde la persecución de la eficiencia combativa?
¿Es importante la comprensión de la historia del Karate? ¿O es una distracción irrelevante desde la persecución de la eficiencia combativa? ¿Quizá puede que sea ambas cosas? Desde mi punto de vista la “historia” puede ser una fuerza tanto para el progreso como para el estancamiento y en este artículo me gustaría hablar sobre varias cuestiones relacionadas con la historia del Karate y de cómo pueden afectar nuestro enfoque del arte hoy. Aquellos que estén familiarizados con mis artículos anteriores sabrán que yo distingo entre “pragmatistas” e “historiadores”. Un historiador sería alguien que está interesado en cómo se practicaban las artes marciales en el pasado. La precisión histórica sería su principal preocupación. En cambio, un pragmatista es alguien que quiere hacer las artes marciales tan eficientes como sea posible en el mundo actual. La efectividad combativa sería su principal preocupación. Aunque pienso que la historia de las artes marciales es de gran importancia, me clasificaría a mí mismo no obstante como pragmatista ya que siempre coloco la eficacia combativa por encima de la adherencia a las prácticas de la historia. Mi identificación personal como pragmatista puede que sorprenda a algunos debido al fuerte énfasis que hago en la importancia de los katas tradicionales. Sin embargo, el kata forma parte de mi práctica precisamente porque sirve a mis objetivos como pragmatista. No practico kata por interés histórico o para “permanecer fiel a la tradición”. Practico kata y bunkai por mi interés en su aplicación combativa. Cuando empezamos nuestra práctica marcial nos enseñan el sistema de nuestros profesores. A medida que pasa el tiempo, deberíamos empezar a discriminar y decidir qué aspectos de esa enseñanza deseamos mantener tal cual, qué otros tenemos que reinterpretar, y qué aspecto descartaremos completamente. Éste es el proceso “shuhari” y hablé sobre el mismo en mayor detalle en otros artículos y podcasts. Como parte de mi propio desarrollo marcial, hay prácticas que he descartado. Por ejemplo, en mi dojo no hacemos combate a un paso (N.T.: ippon-kumite), a tres pasos(N.T.: sanbon-kumite) y a cinco pasos (N.T.: gohon-kumite). Me importa poco que estas prácticas me fueran transmitidas. También me importa poco que tales prácticas pudieran ser consideradas “tradicionales” (aunque yo personalmente discutiría esa definición) o de importancia histórica. En mi experiencia tales prácticas no conducen a la eficiencia combativa – de hecho se interponen en su búsqueda al introducir muchas falsedades – y por tanto no las he mantenido como parte de mi práctica. Puedo asegurar que si hubiera encontrado el kata y bunkai (aplicación del kata) de poco valor combativo, también lo habría descartado sin vacilación. También apoyo completamente a aquellas personas que no han encontrado...
El método de enseñanza en karate
El Método de enseñanza por excelencia en el Karate es el Conductismo, puesto que la Enseñanza tradicional se basa esencialmente en la imitación o emulación de los modelos y patrones propuestos por el Maestro, quien a través de esos modelos va condicionando las respuestas del alumno ante los estímulos que se le presentan. En Karate se unen ambos modelos, el de reacción al estímulo Clásico de Pavlov, y el Condicionamiento Operante de Skinner, ambos, uno y otro, interaccionan y evolucionan durante la práctica. Con poca experiencia, o ante un estímulo dado, la reacción será instantánea y muy rápida, al estilo de Pavlov, y, con mayor entrenamiento, nuestra mente discursiva buscará patrones de reacción y consecuencias de ésta, lo cual encaja con el modelo de Condicionamiento Operante de Skinner. Me gustaría que todos tuviéramos las ideas claras para los siguientes vídeos que voy a poner. Foto: Genista...
Enseña a las niñas a ser valientes, no perfectas
A lo largo de los siglos la sociedad occidental se ha encargado de acentuar las diferencias entre niños y niñas. A los niños se les enseña a mantenerse fuertes ante la adversidad, a no mostrar sus emociones y a desafiar los peligros mientras que a las niñas se les ha inculcado la idea de que son el “sexo débil”, se les permite ser más emocionales y se les repite que su tarea es convertirse en mujeres perfectas. Afortunadamente, en los últimos años hemos dado pasos agigantados en materia de igualdad de género, pero es difícil borrar de un plumazo las ideas sexistas que hemos arrastrado durante diferentes generaciones y que, aunque no siempre somos conscientes de ello, pueden representar un lastre para el desarrollo infantil. Eso explica por qué aún hoy algunos padres les siguen diciendo a sus hijos a que “los hombres no lloran” y que no deben tener miedo, mientras que a las niñas las educan para que luzcan perfectas en todo momento, como si fueran princesas. Niñas más vulnerables y menos seguras de sí En un estudio llevado a cabo en la Universidad de Columbia, los investigadores evaluaron las estrategias de afrontamiento que ponían en práctica un grupo de niños y niñas que cursaban el quinto grado ante una serie de problemas nuevos y complejos. Al presentarles los problemas, los investigadores comprobaron que los niños más inteligentes asumían las tareas como un reto, el cual les motivaba a esforzarse por encontrar una solución. En cambio, las niñas más inteligentes no se comportaban de la misma manera sino que eran más propensas a abandonar la tarea rápidamente. ¿A qué se debe esa diferencia de actitud? Los investigadores creen que las niñas eran víctimas de lo que se conoce como “indefensión aprendida”, un concepto que hace referencia a los comportamientos pasivos que se generan como resultado de no haber alcanzado los resultados previstos en el pasado después de varios intentos. En el caso de las niñas, la indefensión aprendida proviene de un estilo educativo demasiado sobreprotector, que incluso llega a ser discapacitante pues hace que las pequeñas pierdan la confianza en sus capacidades y, por ende, se den por vencidas más rápido. De esta manera, mientras los niños asumían que no podían solucionar los problemas porque eran demasiado complicados, las niñas dudaban de sus habilidades para conseguirlo y rápidamente perdían la confianza. Se trata de una diferencia sustancial en la manera de pensar sobre sí mismos que puede llevarles por caminos muy diferentes en la vida. Por una educación centrada en la autoconfianza Por desgracia, los resultados de este experimento no representan casos aislados. Esto sucede cuando las...
Benefícios Emocionales de la Práctica de las KATAS-DO
“Si puedes definirte porque te conoces, valoras lo que eres y pones todo ese conocimiento a tu servicio para conseguir tus objetivos, tus acciones se alinean con el sentido de tu vida”. Cuando consigues cumplir con tus objetivos la persona se siente realizada. La práctica continuada de las katas-do precisan de una sucesión de pequeños objetivos encerrados en el aprendizaje: la técnica; la respiración; el equilibrio; la potencia, etc., sumado y mantenido en el tiempo, acaba por transformar al practicante acercándole a la sensación de “sentirse realizado”. Estas percepciones fertilizan la vida social mejorando las relaciones con los demás. ¿Qué nos aporta la práctica de las katas-do? 1º. Satisface las necesidades psicomotrices que el cuerpo necesita. Cuando la persona abandona el ejercicio que el cuerpo demanda diariamente, aparece una sensación negativa que comienza haciendo que el cuerpo pese cada vez más y más. Con el tiempo esa sensación se proyecta en la mente provocando “malestar” psicológico, es un estado de desazón que la persona no puede identificar con claridad y si lo consigue lo hace con decepción se si misma. Podemos decir que, “LAS KATAS-DO SON DOSIS PSICO-FÍSICAS DE AUTORREALIZACIÓN”. 2º. Cuando practicas un kata, tomas conciencia de ti mismo. Te reconoces a través de los movimientos, SIENTES TU CUERPO y comprendes el sentido del movimiento. Esto es un gran entrenamiento de autorrealización. 3º. La complejidad que implica la realización de un kata induce en cada acción a que el practicante tenga una percepción clara de la realidad. Cada instante es único e irrepetible, las técnicas y combinaciones obligan a sentir cada “aquí y ahora” produciendo una HUMILDE SENSACIÓN DE PLENITUD. Este proceso acaba por proyectarse en cualquier campo de la vida: relaciones interpersonales, con la naturaleza, con la familia, en el trabajo, estudios, etc. Uno acaba sintiendo “qué es lo realmente importante en la vida”. 4º. Cuando se realiza un kata-do: lo que se piensa, cómo se procede y lo que expresas verbalmente, debe coincidir. PENSAMIENTO, ACCIÓN Y PALABRA se aúnan. Decimos que tu comportamiento ha sido auténtico. Extrapola este procedimiento a tu actuación en la vida y verás que tu vida será “auténtica” si sigues este CAMINO del DO. 5º. ¿Qué quiero expresar? Cada kata presenta innumerables problemas: preparación física, memorización, técnica, pero en la practica del kata-do, a parte de todo lo anterior, se busca la parte abstracta. Cuando se realizan las katas de una manera mecánica y perfecta para ajustarse a un reglamento moda, el practicante parece un estereotipo que sigue una programación digital, pero cuando se realiza con el concepto “–DO”, es el fallo lo que produce la mayor estimulación y concienciación. Ser consciente...
Autorrealización y Kata-Do ( 2º de tres)
“La autorrealización es un proceso a través del cual se desarrolla la personalidad”. Los problemas no resueltos que acarreamos desde la infancia y adolescencia; las fantasías no productivas; los vicios del carácter que nos infectan la madurez; la perdida de proyectos; la desmoralización social, etc., pueden resolverse. La falta de autorrealización nos conduce a las dudas, a la ansiedad, a la tristeza, la melancolía y finalmente la depresión. Las frases “rémora” que acompañan a la falta de realización en la vida definen perfectamente este problema: “no he hecho nada interesante en mi vida”, “pasa el tiempo y no consigo nada”, “no se qué hacer”, “ya soy viejo para eso…”, “es demasiado tarde”, “nadie me ha agradecido nada”, “he trabajado como un mulo para nada”, “no hay nada que me guste de verdad”, etc, etc. Hay muchas técnicas utilizadas en la Inteligencia Emocional para ayudar y resolver este problema, pero vamos a explicar, pues estamos en un foro de Artes Marciales, cómo por medio del entrenamiento de las KATAS-DO, podemos integrar, actuar y desarrollar la autorrealización y consecuentemente la personalidad. CINCO CLAVES QUE CONFORMAN LA AUTORREALIZACIÓN y cómo el entrenamiento de las katas-do tienen la posibilidad de desarrollarla. 1º. Hacer coincidir nuestros retos con nuestras capacidades. Cuando procedemos a realizar una kata-do ésta tiene que estar DENTRO DE NUESTRAS POSIBILIDADES. Para ello, las técnicas no deben sobrepasarnos, la velocidad debe ser la que podamos controlar, la potencia medida y sobre todo tiene que estar perfectamente memorizada. De no proceder así, la frustración esta esperándonos. Mejor “POCO Y BIEN QUE MUCHO Y MAL”. El alumno debe abandonar el Dojo con la sensación de haber hecho algo bien, aunque sea algo muy simple. ¡Nunca debe marcharse con frustración! 2º. Realizar la kata como si fuera una actuación en la que tu eres el protagonista. Cada momento debe ser vivido como si la acción fuera real. Durante el tiempo de actuación no debe haber tiempos vacíos: LAS PAUSAS Y LAS ACCIONES DINÁMICAS TIENEN LA MISMA IMPORTANCIA. Los “ibukis” (movimientos lentos), el zanchin (sensación final), el chakugan (mirada), y la respiración, son los contrapuntos que dan solemnidad a la sensación. El kata es una manifestación de la vida. Realizándola con sinceridad (libre de fingimiento) tienes la posibilidad de ver un fragmento de tu vida durante unos pocos, pero valiosos minutos. La observación de esta vivencia produce una sensación de plenitud y alegría. El practicante ha entrenado la autorrealización. 3º. El aprendizaje deber ser continuo. En el karate-do decimos con frecuencia el aforismo ”el karate es para toda la vida.” Y es verdad, si uno emplea un mínimo de tres veces por semana/una hora cada...
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